Por un Libro (TodoBaku)

①⓪ «𝙴𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊 𝚊𝚖𝚊𝚛𝚐𝚊»

Al terminar de cenar, envió un mensaje.

«Soy yo. Bakugou. Este es mi número, pero no tengo buena señal, así que no intentes llamarme. Lo voy a hacer yo» 20:38 p.m

De aquel mensaje, diez minutos pasaron hasta que el segundo tic avisó su reciente llegada. Al par de minutos Shoto respondió.

«Esta bien. Puedes hacerlo cuando quieras» Mitad-Mitad 21:10 p.m

Bajó las escaleras y marcó el numero (Le había comenzado a tomar cariño al viejo teléfono fijo) Contestaron casi al instante.

—Hola.

—Hey.

Un par de segundos de profundo silencio incomodo. Mordió su labio antes de cortarlo.

—Dime, por favor, que no eres Slytherin.

—Soy Ravenclaw, según el sitio oficial.

Katsuki sonrió enrollando su dedo en el cable enroscado.

—Hermano de casa —Vociferó Katsuki—. Nunca antes había conocido a otro Ravenclaw, estamos casi en peligro de extinción.

—Todos son Gryffindor.

—Todos son Gryffindor.

Rieron al unísono.

Su madre apareció por el marco de la puerta con mirada interrogativa, tal vez había hecho demasiado ruido. Mitsuki, al darse cuenta de que, Katsuki estaba en el teléfono se alejó con una cariñosa sonrisa que se le escapaba de sus labios.

Atenuó un poco su voz, intentando no habar mas fuerte de lo habitual y continuo hablando.

—Supongo que va siendo hora de una presentación en condiciones —Dijo Todoroki, aún con carcajadas entre medios de sus oraciones —. Soy Todoroki Shoto, un placer.

—Bakugou Katsuki —Respondió recuperando el aliento perdido—. Un placer bastardo mitad mitad.

—¿Mitad-mitad?

—¿Prefieres pelo teñido?

—No es teñido —Alegó con tono dolido—. Es natural. Me quedo con mitad-mitad, tiene mas personalidad.

—Vale, pero ahora tengo muchas dudas al respecto.

—Tengo cincuenta de batería y una hora de plan de datos gratis ¿Sirve?

—Es suficiente.

Se secó la mano sudorosa en el pantalón y volvió a sostener el auricular contra su oreja.

Durante la hora que estuvo en el teléfono, nadie los interrumpió. Sus piernas se entumecieron en un momento, por lo que (y sin que la viese su abuela) se sentó sobre la mesa dónde reposaba el teléfono.

Hablaron de tantas cosas que ya casi no se acordaba. Pero cuando se metió entre las sábanas para irse a dormir, no podía dejar de reírse y reproducir en su mente todos los comentarios divertidos de Todoroki.

Y sabía que cada minuto que se reían, que cada sonrisa que le sacaba. Se iba acercando cada vez mas a su objetivo principal.

«•❁•»

Luego de preguntarle a su abuelo, este le concedió el permiso para entrar al garaje olvidado.

Las telarañas macabras descansaban en las esquinas, las antiguas herramientas de trabajo llenas de una gruesa capa de polvo, la luz que no encendía y un auto abandonado en mal estado, esperaba volver a funcionar algún dia.