① «𝚅𝚒𝚊𝚓𝚎 𝚢 𝚕𝚒𝚋𝚛𝚘𝚜»

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Dificultoso, entre medio maletas y bolsos, Bakugou, logró salir del auto.
Respiró el limpio aire del lugar en el que se encontraba parado, luego de viajar, por lo menos, cinco horas.

Cinco horas de tan solo escuchar musica mientras veía como cambiaba el paisaje a su alrededor.

Vacaciones de verano, en la zona más rural que el había imaginado. Llegando al punto de que el pueblo más cercano estaba a diez kilómetros de distancia.

En realidad lo que menos deseaba era, separarse de su cómoda casa en medio de la gran ciudad, con supermercado cercano y tiendas de todo tipo.

Pero nadie podía interponerse ante los arrebatos de su madre, Mitsuki. Una mujer de un carácter bastante fuerte y que contrastaba demasiado con el tranquilo de su esposo.

La casa frente a su mirada era bastante grande, con un jardín delantero verdoso y abundante, el cual no dejaba ver el patio (y rancho) (y cultivos) que, en teoría, estaban por detrás de la estructura.

Apagó la música, se sacó los audífonos de sus oídos y guardó su celular.

Apreció con mayor detalle el lugar en donde viviría el próximo mes y medio.

Peinó su cabello hacia atras, cerró los ojos y suspiró, mientras retiraba de su asiento la mochila con la que llevaba su suministro de vida.

Libros.

Había traído cinco y ya se había terminado uno, no sabía cómo iba a sobrevivir bajo aquellas condiciones.

Su madre caminó delante suyo y tocó el timbre de la gran (casi) mansión. Un sonido estridente y muy viejo, penetró sus oídos, Bakugo se sobresaltó.

Una mujer, igual de rubia que su madre, les abrió la puerta, Mitsuki se estrelló ante los finos brazos de la mujer.

Katsuki sabía de sobre manera que era su abuela, Kiyohara y aunque sonaba bastante mal, no le entusiasmaba verla. Y no, no es que la odiara, más bien, su personalidad al ser igual a Mitsuki y a él, chocaban todo el día.

Masaru, su padre, sonrió tímido, la señora lo obligó a estrecharse en un largo y fuerte abrazo.

-¡Pero mira que grande estás, mi pequeño inútil! -A Katsuki se le tensó la sonrisa que había formado con mucha dificultad, la mujer lo abrazó mientras le cortaba la respiración-. ¡Igualito a su madre! -Kiyo se separó del cuerpo estático de su nieto. Katsuki logró recuperar el aliento-Pasen, ya tengo las habitaciones listas.

Al entrar, la sonrisa amable de su abuelo, Taichi, les dió la bienvenida.

Como en el caso de su hija, Taichi al igual que Masuru, concibieron matrimonio con una mujer bastante difícil de sobrellevar pero, ambos amaban muchísimo a su familia.

Su abuelo le dió un gran abrazo a Mitsuki, apretó la mano de Masuru y abrazó a Katsuki. También le regaló dos mil yenes para que se los gastara en lo que deseaba.

Aunque Katsuki se cuestionaba en qué cosas había para que lo utilizara pero, agradeció el presente, pensando que lo ocuparía al terminar el verano en la ciudad.

Volvió a salir, con la orden directa de su madre de traer las maletas de dentro del auto. Después de agarrar dos asas de dos distintos bolsos y lo llevó a la parte superior de la casa.

Su habitación era la misma que alguna vez utilizó en su infancia, con colores cálidos, cortinas de superhéroes, una estantería repleta de legos y un escritorio viejo de madera junto a una lámpara de dinosaurios.

Si, de niño tenía gustos bastante variados.

Esa era una de las razones por las cuales leía, el poder leer libros de (básicamente) cualquier cosa, desde dinosaurios, ingenieros y superhéroes .

Dejó la pequeña pila de libros que llevó sobre su mesa de noche.

Se sentó sobre la cama para contemplar en donde estaba pisando y descansar un momento.
Era un lugar en el que el tiempo no había pasado y se quedó estancado en su "yo" de ocho años.

Ahora tenía diez y seis, y a finales de mes sería un año mayor y tan solo le faltaría otro para ir a una universidad (que aún no sabía cuál), estudiar algo (que no tenía claro que) y trabajar (tampoco poseia la más mínima idea de lo que quería dedicarse a futuro)

Abrió la ventana logrando que una pequeña corriente de aire penetrara la habitación y le removiera (aún más) sus cabellos alborotados.

Desde su ventana lograba ver un paisaje de atrás, veía como las vacas de sus abuelos pastaban, las ovejas se removian inquietas en el corral, los pollos, gallinas y gallos, graznaban a todo pulmón y como algunos de los perros de el campo perseguían a algunas cabras que se separaron de su grupo. También vió los cultivos de papas, lechugas, tomates y maiz, todos y cada uno se notaban frascos y listos para la cosecha.

Un repentino calor empezó azotar a eso de de las tres.
Y a su "maravillosa" madre se le ocurrió la idea de visitar el pueblo en medio de la nada.

Así que ahí se encontraba de nuevo, en el auto apretujado entre su abuelo y abuela, mientras contaba los minutos de tortura y la musica ochentera de su familia.

Cuando el coche se detuvo y pudo volver a tocar suelo. Respiró hondo y siguió la espalda de su padre quien hablaba sobre trabajo con su suegro.

Luego de quitarle a Bakugou su celular y utilizar más de 1GB en tan solo fotos, siguieron su rumbo a un supermercado. Según su madre está sería la compra de la semana.

Le dieron la pequeña libertad de pasear por los alrededores, con el teléfono encendido, mientras ellos hacían la compra.

El pueblo era en extremo pequeño, contaba con lo básico y poco más. La plaza central estaba lleno de ancianos, con sus nietos.

Pasó por las letras de metal que indicaban el nombre del lugar, las miró y luego se sentó en pasto.

El sol abrazador que se alzaba en el centro del lugar le miraba. Ya sentía como su piel comenzaba a quemarse y el no tenía protector solar para ponerse.

Y ahí fue cuando lo vio.

En un paradero, al lado de una confitería estaba su salvación.

Un pequeño cubículo que dentro tenía libros. Caminó hasta acercarse y abrió las puertas de la pequeña casita.

Tenía aparte de algunas revistas sin sentido y un par de biblias existía un libro.

Un único libro.

Lo tomo y examinó pasando las hojas con lentitud. Tenía notas en las partes donde la persona anterior había puesto.

Esa persona era como él.

Guardó el libro en su mochila y lo intercambió por aquel que había terminado, también tenía notas y subrayados en las hojas.

Al menos había encontrado algo bueno en toda la extensión del pueblo.

Cuando vio a sus espaldas, su abuela le hacía señas que le indicaban que le llamaban de vuelta.

Agarró la asa de su mochila y comenzó a correr en su dirrección.

Apenas encontrará un hueco de tiempo libre, leería el libro que había tomado prestado.

Se subió en el auto está vez disfrutando la voz de Elvis Presley en los parlantes del auto.


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Hola!
Nuevo Fanfic TodoBaku.

Otro AU pero, está vez con muchas más referencias.

Referencias a música, videojuegos y sobre todo...
Libros.

Espero que les gusten y disfruten está obra.

Y empezamos con referencias a los nombres de los abuelos de Katsuki.

THE_MACHINE

Por un Libro (TodoBaku)Where stories live. Discover now