29: Arrepentimientos

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Hermione pasó varias semanas en la enfermería. Corrieron rumores sobre su desaparición cuando el resto del colegio regresó a Hogwarts al final de las vacaciones de Navidad, porque naturalmente todos creyeron que la habían atacado. Eran tantos los alumnos que se daban una vuelta por la enfermería tratando de echarle la vista encima, que la señora Pomfrey quitó las cortinas de su propia cama y las puso en la de Hermione para ahorrarle la vergüenza de que la vieran con la cara peluda.

Harry y Ron iban a visitarla todas las noches, así que Alanna prefería ir en las mañanas o antes de que anocheciera para no tener que encontrarse con ellos.

—Deberías estar descansando, no estudiando —dijo Alanna uno de los días que la visitaba. Su mesa de noche estaba repleta de libros y pergaminos, además de unos cuantos esparcidos por la cama y el piso cercano.

—No puedo retrasarme con las lecciones —replicó Hermione.

—Sabes bien que no lo harías, nunca te retrasas.

—Eso es porque estudio mucho, algo que tu deberías estar haciendo.

Alanna se ahorró las ganas de hacer un mohín.

—No puedo concentrarme en nuestra habitación, Lavander nunca está en silenció.

—Podrías estudiar en la sala común —propuso Hermione, pero al ver la mueca en la cara de Alanna supo enseguida que su amiga aun no resolvía sus problemas con Harry. —¿Aún sigues creyendo que él es el Heredero?

—Todo apunta a él Hermione, Draco era la única otra posibilidad.

—Y si así lo fuera, ¿crees que él sería capaz de atacarnos?

—No, pero ¿no has pensado la posibilidad de que Harry no lo recuerde?

Porqué ella sí, cada segundo del día pensaba eso. Tal vez Harry si era el heredero, y tal vez si cometía todas esas horribles acciones; solo que no lo recordaba. Eso explicarían sus repentinos dolores de cabeza justo antes de que se encontrara una víctima (aunque a ella también le sucedía). Pero, el pensar en eso (y desconfiar de su amigo) solo la hacía sentirse una persona horrible.

—No puedo creer que desconfíes de Harry —le recriminó Hermione, claramente molesta.

Alanna abrió la boca dispuesta a contestarle, ya tenía en mente todo lo que le diría a Hermione, pero, cambió de opinión. Prefirió guardar silenció a dejar que las dagas que tenía preparadas salieran de su boca. No iba a complicar aún más las cosas.

—No desconfió de él —dijo finalmente—, le tengo miedo.

Ya había pasado suficiente tiempo con Hermione, y la cena estaba por comenzar. Se despidió de su amiga, la cual aún seguía procesando sus palabras, y abandono la enfermería.

El comedor le quedaba relativamente cerca, así que Cedric -quien siempre la acompañaba a visitar a Hermione, pero prefería esperar afuera para darles privacidad- por primera vez no la había esperado, tal vez por los rumores de que ese día servirían cerveza de mantequilla para los chicos de cursos mayores. Alanna dudaba que eso fuera cierto. Seguramente el rumor lo habían empezado los gemelos, sería raro si no fuera así.

Como ella había supuesto, no sirvieron cerveza de mantequilla. La mayor parte del alumnado se sintió estafado, mientras tanto en la mesa de Gryffindor los gemelos Weasley no paraban de reír por su pequeña broma. Como Alanna pensó, ellos habían sido los encargados de esparcir el rumor antes de la cena.

Cuando el festín hubo terminado, Alanna se apartó de su ahora cotidiano puesto entre Neville Longbotton y Percy Weasley, quien últimamente se sentaba muy cerca de los de segundo, tal vez tratando de espiar a Harry para atraparlo en el acto. O eso había escuchado de uno de los amigos de Cedric Diggory, una de las tardes que pasaba el rato con ellos. Alanna, en cambio, creía que se trataba de que desde el lugar habitual donde los chicos de segundo año solían sentarse a la hora de la comida se podía ver perfectamente la mesa de Ravenclaw. Era un secreto, pero ella había visto a Percy pasear junto a una chica de esa casa, una de las tardes que salía de la biblioteca. Ese secreto lo mantendría para si hasta que fuera el mejor momento de revelárselo a los gemelos y que ellos hicieran lo que quisieran con él.

Una ninfa en Hogwarts | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora