26: Slytherin vs Gryffindor

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Después del desastroso episodio de los duendecillos de Cornualles, el profesor Lockhart no había vuelto a llevar a clase seres vivos

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Después del desastroso episodio de los duendecillos de Cornualles, el profesor Lockhart no había vuelto a llevar a clase seres vivos. Por el contrario, se dedicaba a leer a los alumnos pasajes de sus libros, y en ocasiones representaba alguno de los momentos más emocionantes de su biografía.

Habitualmente sacaba a Harry para que lo ayudara en aquellas reconstrucciones; hasta el momento, Harry había tenido que representar los papeles de un ingenuo pueblerino transilvano al que Lockhart había curado de una maldición que le hacía tartamudear, un yeti con resfriado y un vampiro que, cuando Lockhart acabó con él, no pudo volver a comer otra cosa que lechuga.

Alanna y Ron debían aguantar la risa en clase, pero en privado no desaprovechaban oportunidad para recordarle a Harry sus actuaciones.

En la siguiente clase de Defensa Contra las Artes Oscuras sacó de nuevo a Harry, esta vez para representar a un hombre lobo. Alanna, quien había decidido sentarse en los primeros puestos para poder ver mejor, le hacía caras raras a Harry para tratar que este se riera y así Lockhart tuviera que comenzar su actuación nuevamente.

—Aúlla fuerte, Harry (eso es...), y en aquel momento, créanme, yo salté (así) tirándolo contra el suelo (así) con una mano, y logré inmovilizarle. Con la otra, le puse la varita en la garganta y, reuniendo las fuerzas que me quedaban, llevé a cabo el dificilísimo hechizo Homorphus; él emitió un gemido lastimero (venga, Harry..., más fuerte..., bien) y la piel desapareció..., los colmillos encogieron y... se convirtió en hombre. Sencillo y efectivo. Otro pueblo que me recordará siempre como el héroe que les libró de la terrorífica amenaza mensual de los hombres lobo.

Sonó el timbre y Lockhart se puso en pie.

—Deberes: componer un poema sobre mi victoria contra el hombre lobo Wagga Wagga. ¡El autor del mejor poema será premiado con un ejemplar firmado de El encantador!

Los alumnos empezaron a salir. Alanna se puso de pie y fue al fondo de la sala, junto a Hermione y Ron, esperando a Harry.

—¿Listos? —preguntó Harry.

—Espera que se hayan ido todos —dijo Hermione, asustada—. Vale, ahora.

Se acercó a la mesa de Lockhart con un trozo de papel en la mano. Alanna, Harry y Ron iban detrás de ella.

Habían planeado esto al día siguiente de saber que necesitaban un libro de la Sección Prohibida. La idea había quedado en el aire, solo les faltaba pensar en la victima perfecta. Y a Alanna se le vino el nombre perfecto a la mente, claro que al principio Hermione se había ofendido por pensar en él. Les había tomado medio día convencerla de hacerlo, pero, Alanna podía ser muy insistente cuando era necesario, y no había dudado en ser una molestia total con tal de que su amiga aceptado. Lo había hecho, de malas ganas eso si.

—Esto... ¿Profesor Lockhart? —tartamudeó Hermione—. Yo querría... sacar este libro de la biblioteca. Sólo para una lectura preparatoria. —Le entregó el trozo de papel con mano ligeramente temblorosa—. Pero el problema es que está en la Sección Prohibida, así que necesito el permiso por escrito de un profesor. Estoy convencida de que este libro me ayudaría a comprender lo que explica usted en Una vuelta con los espíritus malignos sobre los venenos de efecto retardado.

Una ninfa en Hogwarts | Harry PotterOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz