16: Celebración

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El profesor Dumbledore casi había llegado tarde, pero había llegado. Harry estaba en la enfermería, pero vivo y casi recuperado. Y eso era todo lo que a Alanna le importaba. 

La noticia de la pelea contra el profesor Quirrell se había propagado como un reguero de pólvora encendida. Alanna no sabía exactamente quien lo había comenzado, o como se había enterado, pero lo que sí sabía era que un día después de la caótica noche todo estudiante de Hogwarts sabía lo sucedido. Muchos alumnos se le habían acercado para preguntarle la veracidad de la historia, era bien sabido que algunos slytherins aludían todo a un invento por parte de los gryffindors para ganar puntos. 

Para ser sincera Alanna ya no sabía que creer.

Habían tantos rumores corriendo que incluso ella misma se cuestionaba lo que había visto. Cada rumor era más absurdo que el anterior, solo los rasguños en la cara de Ron, la constante preocupación de Hermione y el pómulo morado de Neville la convencían de que había sido un sueño. 

Pero si todo era verdad, ¿que había sido esa extraña visión mientras cantaba? ¿Quien era la mujer, y por qué sentía conocerla de alguna manera? 

Pensó en preguntarle a sus padres cuando volviera a casa, pero había sido advertida por la profesora McGonagall de que sus padres habían sido avisados de la travesía en la que ella había participado. Le hubiera gustado ver la cara de su padre, seguro esa vena en su frente que siempre aparecía cuando él estaba enojado (casi siempre por algo que ella provocaba) habría estado por explotar. Imaginarse el castigo la atemorizaba, pero no podía ser algo peor de lo que ya había pasado.

Esa mañana se había reunido con Caroline y Cedric, por separado obviamente, y les había contado lo que sabía y lo que había vivido, para así tratar de evitar más conjeturas apresuradas que ellos se podían estar creando. La cara de Cedric fue cambiando a medida que ella le contaba todo, desde las primeras sospechas hasta el ajedrez gigante, primero era de sorpresa e incredulidad, luego la preocupación de hizo presente. No estuvo tranquilo hasta que comprobó que Alanna no tenía más que unos cuentos rasguños, resultado de los escombros que las piezas lanzaban al ser destruidas. 

Por otro lado, Caroline fue totalmente un caso distinto. Al igual que Cedric su cara era de sorpresa, asombro e incredulidad, pero todo eso cambio cuando escucho sus sospechas sobre el profesor Snape.


—Él no es una mala persona—le había dicho. Alanna al escuchar eso prefirió seguir con su relato, no quería problemas.—Es el padrino de Draco, pasa mucho tiempo en mi casa, sé que el no es lo que ustedes creen. 


—Fue un equivocación, ¿esta bien? Cualquiera lo hubiera juzgado así. Las pruebas apuntaban a él.


—No—respondió Caroline—tu no pensabas así al principio, ¿ o me equivoco?— Alanna se quedo en silenció, su amiga había dado en el clavo.—Te dejaste influenciar por tus amigos. Te estas volviendo igual como esos gryffindors.

Una ninfa en Hogwarts | Harry PotterWhere stories live. Discover now