Desde que Alanna puede recordar ha vivido aislada en la mitad del bosque, solo acompañada por sus padres y criaturas que viven en el.
Apenas supo de la existencia de Hogwarts ha deseado poder asistir. Cuando su carta por fin llega también lo hacen...
¿A alguien le gusta Percy Jackson? (me refiero a la saga, no al personaje) porque estaba pensando hacer un fanfic sobre los libros.
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Editado
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Alanna regresó dos días antes del comienzo de clases. Antes de volver ordenó su habitación, a sabiendas de que cuando regresara estaría igual de sucia que al inició de las vacaciones. Antes de marchar al anden se despidió de Igni, quien había sido obligado a quedarse en la casa durante las fiestas, algo que Alanna aprovechó al máximo, ya que él era mejor maestro que la mismísima Hermione. Si no lograba subir sus calificaciones, no quería imaginar lo que su padre le haría.
Juntó a su padre viajo por flu hasta Hogsmeade, ya que el viaje por tren no seria hasta dentro de un día, pero ella quería volver cuanto antes. El pueblo le pareció hermoso, aún más cubierto de nieve.
—Espero que te comportes.
Ya se encontraban en los portones de Hogwarts, más enormes de los que Alanna recordaba.
—Por supuesto, no haré nada que tu no hubieras hecho.
Aaron se puso rojo hasta las orejas, recordar sus años escolares nunca era algo que le trajera en si orgullo.
—Alanna ni se te ocur...
Pero ya era demasiado tarde, su hija ya corría por la nieve en dirección a la entrada del castillo, donde sus dos amigos la esperaban.
Se afirmó en uno de los pilares de la entrada, correr sobre la nieve no fue una buena opción, sus pasos solo se habían sentido más pesados. Pero valió la pena haber visto la cara de su padre. Apenas hubo recuperado la respiración fue arrastrada por sus dos amigos a la sala común, que aún seguía muy vacía, parecía ser la única en haber vuelto antes de las vacaciones. Ni estuvo sentada cuando Harry comenzó a relatarle su aventura con el espejo de Oesed.
—Espero, ¿me estas diciendo que encontraste un espejo que te muestra lo que más desea tu corazón? —Harry asintió —¿Y entraste a la sección prohibida de la biblioteca? —volvió a asentir—¡Fantástico! Espera a que Hermione lo oiga.
Pero Hermione, que volvió el día anterior al comienzo de las clases, consideró las cosas de otra manera. Estaba dividida entre el horror de la idea de Harry vagando por el colegio tres noches seguidas («¡Si Filch te hubiera atrapado!») y desilusionada porque finalmente no hubieran descubierto quién era Nicolás Flamel.
