23: Un castigo bien ganado

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—Temprano —respondió—Vamos al comedor a desayunar, Harry va a entrenar y con Ron queremos ir.

—Me uno—respondió enseguida.

Aunque le costo varios minutos más estar lo suficientemente despierta como para poder levantarse y vestirse sin caer al suelo.



Se sentaron en las gradas comiendo parte del desayuno que habían guardado. La mañana estaba helada, pero no lo suficiente como para que se vieran obligados a regresar al castillo. Aún así Alanna se preguntaba como Harry podía aguantar un entrenamiento con un clima para nada favorecedor.

Pasaron varios minutos antes de que los jugadores aparecieran en la cancha de juego, entre todo ellos venía Harry, cubierto por su capa del colegio. Al verlos, este se separo del equipo y caminó hasta las gradas.

—¿Aún no han terminado? —preguntó Ron, perplejo.

—Aún no hemos empezado —respondió Harry, mirando con envidia las tostadas con mermelada que ellos se habían traído del Gran Comedor—. Wood nos ha estado enseñando nuevas estrategias.

Alanna al ver esto, y pensar en que seguramente Harry no había desayunado, no dudó en ofrecerle la tostada que estaba por comer, de todas formas ella ya había comido mucho.

—Ten, aún no la he mordido—Alanna le extendió la tostada sonriente.

Harry no dudó en aceptarla. Apenas terminó montó en su escoba y, dando una patada en el suelo, se elevó en el aire. Alanna se apegó a Hermione para evitar que el frió aire matutino la hiciera temblar, recostó la cabeza en el hombro de su amiga y desde esa posición se quedo viendo como Harry hacía una carrera con los gemelos Weasley.

No paso mucho tiempo para que un ruido los desconcertara. Los tres miraron en la dirección desde la que procedía, y ellos no habían sido los únicos en hacerlos, varios de los integrantes del equipo de quidditch (incluyendo a Harry) habían detenido sus actividades para ver quien era el responsable de desconcentrarlos.

Alanna miró hacía su izquierda, en unas gradas más allá Colin estaba sentado en uno de los asientos superiores, con la cámara levantada, sacando una foto tras otra, y el sonido de la cámara se ampliaba extraordinariamente en el estadio vacío.

—¡Mira hacia aquí, Harry! ¡Aquí! —chilló.

—¿Cuando llegó aquí? —preguntó Alanna.

—Creo que ya estaba cuando llegamos—respondió Ron.

—Creo que tengo competencia como fan de Harry—dijo Alanna riendo, la situación le causaba gracia, en especial que los jugadores hubieran detenido su entrenamiento para ver al fotógrafo.

Los tres se quedaron viendo como se desarrollaba la situación hasta que por el otro extremo del campo un grupo de personas vestidas con túnicas verdes se acercaban cada vez más al campo de juego. Alanna y Hermione se miraron entre si antes de que las dos agarraran una de las muñecas de Ron y lo obligaran a bajar de las gradas a tropezones.

Para cuando llegaron al centro del campo, la riña ya había comenzado, aunque todos los gryffindors se habían quedado callados, sin saber que decir.

—¿Qué ha ocurrido? —preguntó Ron a Harry—. ¿Por qué no juegan? ¿Y qué está haciendo ése aquí?

Ron miraban con enojo a Malfoy, vestido con una túnica del equipo de quidditch de Slytherin. Alanna no se hubiera percatado de su presencia de no ser por Ron.

—Soy el nuevo buscador de Slytherin, Weasley —dijo Malfoy, con petulancia—. Estamos admirando las escobas que mi padre ha comprado para todo el equipo.

Una ninfa en Hogwarts | Harry PotterTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang