Capitulo 27- Dulce planeta

Start from the beginning
                                    

—Claro que sí, ya sabes. Detrás del silencio se esconde la esperanza. No digas nada más. Estaré allí a las once.

Terminan la llamada y ambos se retiran. Me quedo unos minutos más para que nadie sospeche de mi y salgo del arbusto.

El cuerpo me duele por la posición en la que me encontraba. Hace poco aprendí que en esta dimensión si tienen teléfonos móviles, unos que están mucho más actualizados que los que tenemos en la tierra, hasta conseguí el mío propio. Pero el que llevaba chico era diferente, me trae el recuerdo de algo similar que había observado.
La voz de la chica resuena en mi mente sin llegar a conectar con ningún rostro. Intento no darle tantas vueltas al hecho de que se verán fuera del muro. De todos modos yo misma me escape con Noah una vez.

Camino por el parque confundida. Por un momento me olvidó de mí motivo real de estar aquí, pero ese motivo atrae mi atención el momento en que me llama por teléfono.

—¿Qué quieres?

—¿Qué sucede, Mariposa? ¿Estas molesta por algo?

—No, solo estoy... Ocupada.

Me sacudo las pequeñas ramas que aún quedan en mis cabellos.

—Te iba a invitar a tomar algo, ya terminé mis clases particulares.

—¿No tienes qué estudiar para algo más? ¿Tu amiga no tiene qué enseñarte otras cosas? —respondo a la defensiva.

Escucho su risa grave a través del teléfono.

—No, ¿Estas celosa? Como amaría ver esa expresión tuya. —Lo escucho sonreír en mi oído y exclama—: ¡Espera! quiero ver tu rostro ya, voy en cinco minutos a tu casa.

—¡No! —me pongo nerviosa, ¿Como le explicó que no estoy en la casa sin decirle que estoy en el parque del que se acaba de ir?—. ¿Donde tomaremos algo?

Acepto su invitación para poder alejarlo de mi casa, donde claramente no estoy.

—Nos vemos en la plaza, allí te llevaré a nuestro destino.

—No me gusta el misterio —gruño, pero aún así hago lo que dice.

Paseo lentamente por el parque admirando su belleza. El sol brilla cálido en lo alto del cielo. La plaza no queda lejos, así que en unos cuantos minutos estoy donde el pidió. Pasa el tiempo mientras espero, me siento en una banca viendo a la nada, ¿Qué sucederá entre él y esa chica? ¿será qué sólo soy paranoica?
Alguien se detiene frente a mi dándome sombra.

Levanto la vista para observar y me encuentro con una vista muy graciosa.

—¿Qué traes puesto? —pregunto, me río un poco ante lo que viste Noah.

—¿No te gusta?

Con su mano hace que el pequeño neptuno en la gorra que trae rebote. Me ayuda a levantarme y me guía a un establecimiento de dulces.

—Bienvenida a Dulce planeta. ¡Donde tus sueños mas dulces se harán realidad! —Hace un ademán para que entre—. Empecé a trabajar hoy, ahora si me disculpa señorita, escoja una mesa y la atenderé.

Me río mientras me siento en una mesa. La situación me recuerda mucho a la primera vez que nos vimos, pero esta vez su uniforme es más ridículo. Se aleja de mi mesa hacia una barra, le susurra algo a la chica que está detrás y ella se pone manos a la obra.
Desaparece por un momento y yo me quedo sola en la mesa. El local es interesante pero esta lleno de trabajadores innifus y la mayoría de las personas que lo frecuentan son de esa misma raza, me hace sentir un poco incómoda.

Minutos más tarde él se sienta frente a mi. En sus manos observo una gran copa de vidrio, relleno de un líquido marrón y una crema formando un espiral, concluido por una cereza.

Secretos (Editando)Where stories live. Discover now