ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏ

El epílogo

-¡Mamá Sakura entró a mi cuarto y desordeno todo!

-¡No es verdad! ¡Te voy a acusar con papá por tu falsa acusación!

Kagome blanqueo los ojos mientras no dejaba de terminar de cocinar, esto era cosa de todos los días.

Había pasado diez años desde que Kagome e Inuyaha habían dado inicio a su familia, Daichi ahora tenía 13 años, Sakura la de en medio 10 años y...

-¡Tengo hambre! - corearon los gemelos de seis años entrando saltando a la cocina.

Haru y Yasha, los revoltosos e hiperactivos de la casa. Claramente Inuyasha y Kagome no habían perdido el tiempo.

-¡Mamá!  - Daichi también entró a la cocina seguido de Sakura.

-Todos los días tenemos está conversación, ustedes ya saben la respuesta así que no la repetiré. Preparen la mesa para cenar, su padre llegará pronto, molestenlo a él-  en silencio los cuatros Taisho's salieron de la cocina, el genio en su mamá en estás temporadas no era recomendable para nadie.

°°°

Inuyasha diez minutos después llegó y fue abordado por sus hijos, unos pidiendo atención y otros dinero.

Inuyasha se libró de sus hijos llegando hasta su esposa saludandola de beso y acariciando su vientre de siete meses de embarazada.

-¿Cómo están? 

-Mejor contigo aquí-  se mostró sonriente besandolo.

-¡Comida! - grito desde el comedor Yasha y ambos voltearon los ojos.

°°°

Kagome había decidido dedicar su tiempo completo a su trabajo de ser madre, dejando a la suerte a Inuyasha en su trabajo. No se arrepentia de su decisión, ser madre fue lo mejor que pudo haberle pasado después de sus amados hijos.

Daichi había crecido y con eso la práctica para Inuyaha y Kagome de ser padres, él era el consentido de Kagome aunque ella lo negará.

Sakura era la única con cabello azabache, la única mujercita de la casa y consentida y "favorita" de Inuyasha, una princesa Taisho junto con su prima Mizuki.

Y los gemelos, los pequeños y adorables par de niños peli plata, ambos como un gota de agua, réplica de Inuyasha, eran los más pequeños, los favoritos de todos a pesar de sus travesuras.

Izayoi estaba más que feliz con su papel de ser abuela, sus dos únicos hijos le habían dado nietos, siempre que podía (que era siempre) le daba regalos a escondidas a todos sus nietos, los años no le quitaron su escencia y su personalidad única.

-Así que Hotaru me dijo que no, que no le gustaba en absoluto Erios pero yo sé que miente así que voy a trabajar en que se de cuenta de sus sentimientos-  contaba Sakura en la mesa en medio de la cena, todos obligados la escuchaban como ya era costumbre.

-Primero, come, no te levantas hasta que acabes el contenido de tu plato-  dijo Kagome-  segundo, no te incumbas en asuntos que no son tuyos, eso nunca sale bien - aconsejo.

-Pero mamá, entiende que mi amiga necesita de mi ayuda.

-Son muy chicas para pensar en eso, concéntrate en la escuela. Tienes 10 años Sakura - reprendio Inuyasha protector.

-11 años papá.

-Tienes diez, hasta que no llegue Septiembre 26 tienes 10 años- receloso siguió comiendo su cena.

-¿Todos los días tenemos que escuchar sus problemas de niña? - hastiado reclamo Daichi.

-¿Quieres hablar de algo en particular? - pregunto su padre sabiendo la respuesta.