10: Seis meses.

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10

Seis meses

-Está creciendo muy bien el pequeño Daichi – anuncio la doctora después de anotar el peso y talla del pequeño en su carnet – 7,5 Kg y 65 cm ¡Es muy bien! – exclamo su pediatra – Ahora... sus inyecciones – puso una expresión seria mirando al pequeño, quien estaba en brazos de la azabache.

-¿Daichi? – lo llamo Kagome al ver como de repente, el pequeño Taisho se empezó a remover entre sus brazos, queriendo escapar - ¿Cariño? – lo llamo otra vez, pero este no paraba de quejarse empezar a gemir molesto, Kagome miro a Inuyasha a su lado.

-Te lo dije, odia las inyecciones – le recordó con los labios apretados mirando el comportamiento habitual de su hijo al visitar el médico.

-Tráelo de nuevo a la camilla – ordenó la doctora, Kagome un poco aterrada hizo lo pedido, mientras la doctora cogía la inyección y le ponía la dosis indicada – Ponlo boca abajo y bájale su pantalón y el pañal – dijo cogiendo una bola de algodón con alcohol entre sus manos siendo cubiertos por guantes de silicona.

-Esto...- tartamudeo mientras le bajaba los pantalones y un poco el pañal, Daichi empezaba a llorar, sabiendo lo que venía - ¿Esto en necesario? – detuvo a la enfermera al ver que le ponía el algodón en unos de los cachetes del pequeño – Digo... ¿No le podemos poner en unos meses más? – no quería ver al pequeño sufrir, ella también odiaba las inyecciones y conocía el miedo del pequeño.

Inuyasha se puso de pie y la abrazo por los hombros. La doctora se había reído de la pregunta de Kagome.

-Tranquila, le dolerá pero, es por su bien, así evitara enfermarse – Inuyasha le sonrió aun abrazándola, Kagome relajo un poco sus expresiones y suspiro – Trata de tranquilizarlo, tú lo haces muy bien – le aconsejo.

-Bien...- murmuro y se inclinó hasta el rostro del pequeño, quien no paraba de llorar, ya estaba rojo del llanto, Inuyasha no retiro su mano, solo la deslizo hasta la espalda mientras la refregaba, a la vez, también él tranquilizándola a ella – Cariño – tomo sus manitos – Tienes que estar tranquilo, respira, exhala, respira, exhala – empezó a hacerlo de una manera graciosa haciendo que Daichi callará y la mirara confundido – Cuando lleguemos a casa te prometo que te daré fruta ¡Ha! y tu juguete favorito ¿Bien?

-Babababa – balbuceo junto con una sonrisa.

-Listo – la voz de la doctora la sorprendió.

-¿Ya termino? – asombrada Kagome se reincorporo y le pregunto.

-Por supuesto, si esto es un ¡Mete y saca! – Kagome se sonrojo ligeramente al tomarlo con otro significado - ¡Vaya! – la doctora se carcajeo y solo la miro con complicidad mientras divertida negaba con su cabeza.

-Lo acomodare – murmuro Kagome, empezó a subir con delicadeza el pañal junto con el pantalón, temerosa al tocarle su parte pinchada.

-Escuche que ya le dan fruta – nuevamente la doctora, tomo asiento en su lugar, Inuyasha se sentó y Kagome se mantuvo de pie a su lado con Daichi en brazos limpiándole las lágrimas de sus mejillas.

-Las chupa y las muerdes con sus encías – le informo Kagome.

-Acércamelo un ratito – Kagome con desconfianza le miro – No le pondré otra inyección – se río y Kagome le acercó, la doctora cogió un palillo de madera y le abrió la boca al pequeño mirando el interior con una pequeña linterna - ¡Le están creciendo sus primeros dientes de leche! – exclamo terminando su inspección.

-¿Escuchaste? ¡Tus primeros dientes Daichi! – le exclamo Kagome moviéndolo haciendo que lance risas ahogadas.

-Ya le pueden dar papillas y agua ¡Y a partir de ahora, no se asusten por el color de la popo o de la pipi! – exclamo – Varios padres se asustan por eso, pero es normal, al ingerir nuevos alimentos, con otras texturas y color, la popo y pipi cambiaran, eso sí, no se excedan, tres veces al día será suficiente hasta que se acostumbre.

Ambos asintieron acatando las órdenes de la profesional. La pediatra le recomendó comprarse un cepillo de dientes para bebés para empezar a cuidar los primeros dientes de leche del pequeño.

Estaban ingresando ya a la mansión del peli plata, acababan de volver de la cita con la doctora y también de pasar por el supermercado, habían comprado frutas, algunas frituras para ellos, también para hacerle papilla al pequeño Taisho y el cepillo de diente recomendado por la doctora, el cual era uno en dónde había que introducirle su dedo para manejarlo, fácil de utilizar.

-¡A comer! – exclamo Inuyasha mientras los tres se dirigían a la cocina.

-¡A comer! – le siguió Kagome.

-¡Bababa! – grito también Daichi, haciendo sonreír a los dos adultos.

°°°

Hey mis queridos, perdón por tardar en actualizar... todas mis obras ¬¬ 

Traeré doble capítulo de mis obras queridos, pero solo de algunas porque de algunas aun no me puedo librar del desbloqueo JIJIJI.

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Nos leemos mis queridos


ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora