ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏ

43: Año nuevo juntos.

43

Año nuevo llego y con ello inició un nuevo año lleno de promesas y planes para el futuro.

Cenaron y celebraron el final de año y comienzo de uno nuevo en el patio delantero. Por parte de los gemelos tiraron algunos fuegos artificiales sin sonido, Kagome y su madre vigilaban a Daichi, en sus manitos por primera vez sostenía una estrellita mientras sonreía y feliz daba patadas al piso, Inuyasha conversaba y tomaba con el abuelo/suegro, se llevaron bien de inmediato.

Su festejo término a las tres de la madrugada, los gemelos se fueron a una fiesta de amigos en el pueblo mientras que los demás se preparaban para ir a dormir.
Daichi con su pijama ya, al momento de tocar la cuna-que fue de Kagome- se durmió. Inuyasha a pesar de haber tomado se encontraba bien despierto y sin rastros de estar borracho, todo lo contrario  a su abuelo.

Kagome con una lenceria sexy se acercó a la cama del lado de Inuyasha, sentándose a horcajadas encima de él. Él la miro excitado posando sus manos en los gluteos de su azabache.

-¿Celebramos el año nuevo juntos amor? - murmuro Kagome abrazandolo desde el cuello acercando su busto al rostro de su peli plata.

-Celebremos todos los días, de todos los años en adelante cariño...

La beso apretandola más a él, sintiendo la excitación en los pechos ya erecto de su azabache y ella gimió al sentir el abultado miembro cerca de su intimidad.

Aquello fue el comienzo de una noche apasionada y salvaje, en donde con sus cuerpos y palabras demostraban el amor y deseo que se tenían el uno con el otro.

°°°
-Ire a comprar, vuelvo enseguida - se despidió de Inuyasha con un beso de pico, él se encontraba ayudando al abuelo a limpiar el depósito.

-¿Te acompaño?

-¿bajarás y subirás las escaleras?

-ah ¿Sabés cariño? Ve tu sola, ya estás grande - desde el día que habían llegado él peli plata no se acercaba a la escalera, tenía pavor.

-Cuando nos tengamos que ir, tendrás que bajar las escaleras.

-Bajarlas, no subir.

-¿Enserio? Yo quería enseñarte el pueblo - una expresión melancolica apareció en sus facciones femeninas.

-Tal vez en otra ocasión cariño - le dio una caricia en su mejilla pidiéndole perdón.

-Está bien, vuelvo enseguida.

Kagome se marcho y desapareció escaleras abajo, Inuyasha suspiro, no quería volver a subir las escaleras porque no quería demostrar su debilidad, su falta de resistencia. Su orgullo estaba en juego.

Media hora después ya había terminado de limpiar el depósito y entró a la casa, Daichi jugaba con su suegra mientras que los gemelos jugaban a los videojuegos sentados en el piso de la sala.

Esos niños, le habían querido jugar diversas bromas pero no lo lograron. El fue también un adolescente y estaba un paso adelantado a todos los planes de ese par de demonios.

Noto la ausencia de Kagome y apunto de preguntar por ella los gemelos empezaron a hablar.

-Ma' ¿sabías que el ex de Kagome está en el pueblo? - dijo Sota.

-Pero si Suikotsu vive en el pueblo-  respondió distraídamente su suegra, entretenida con el pequeño Taisho.

-No, el no - fingiendo inocencia Shippo respondió-  el complicado.

-¿Hoyo?

-¡Él es una mosquita muerta! - se carcajeo Sota.

-Pues no sé quién entonces - la mujer rendida se encogió de hombros.