20: ¡Tú, tú...!

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-¿Qué? – confundida gimió.

-Cuando estábamos en la oficina, me dijiste que gustabas de alguien ¿Quién es? – con seriedad pidió Inuyasha, Kagome detuvo su andar siendo imitada por su jefe y ambos se miraron.

-¿Qué pasará si le digo quién es?

-¿Es de la empresa? – pregunto y Kagome asintió con una pequeña sonrisa – Lo despediré – con cinismo respondió - ¿Quién es? – sonrió falsamente.

-Señor...- Kagome se quiso carcajear, entonces Inuyasha despediría a Inuyasha.

-No andes con rodeos, ve al punto – Kagome abrió su boca dispuesta a confesársele, pero el llanto de Daichi la interrumpió - ¡Hijo que inoportuno! – exclamo volteando sus ojos y acercándose al coche en de su hijo.

-¿Qué le pasa?

-Creo que tiene más hambre – murmuro mirando a su hijo, quien chupaba el dorso de su mano – Sigamos, no falta mucho y podremos descansar bajo un árbol – Kagome asintió y empezó a empujar el carrito otra vez, pero Inuyasha la detuvo y la miro serio – Cuando lleguemos seguiremos con la charla.

-Como desee señor – con burla Kagome le sonrió para empujar con un poco más de fuerza haciendo a un lado a su jefe.

Daichi paro de llorar al notar que su coche volvía a estar en movimiento y volvió a mirar con curiosidad todo a su alrededor. Llegaron a lo alto de la subida y dos pasillos muy largos con árboles de uvas, haciendo un techo con las ramas por su camino en el interior. Los arboles de las frutas dichas por Inuyasha también se encontraban allí, la cosecha ocupaba varios metros.

-Vaya – murmuro Kagome viendo maravillada la cosecha, observando los árboles y como daban una sombra deseosa de descansar en ellas. El pasto muy buen podado y limpió.

-Maravilloso ¿Cierto?

-Cierto – contestó aun sin apartar la vista, siguió avanzando con un poco de cansancio ya, cerca miro árboles y se dirigió a ellos.

Llegó y la sombra grande y fresca que las hojas, las ramas y lo alto del árbol le ofrecían, Inuyasha de cerca la seguía y observo como Kagome extendía en el suelo debajo del árbol una manta ancha y saco a Daichi del coche para sentarlo y ella a su lado.

-¿Te cansaste?

-Aun teniendo que subir 100 escalones te cansas – murmuro ventilándose con su gorra, que se la había retirado dejando su frente sudorosa, se estiro y saco desde la canasta del coche una pequeña mochila con las cosas del pequeño - ¿Qué trajo usted? – pregunto a su lado, Inuyasha ya se había sentado al lado de Kagome, teniendo a su hijo de frente a los dos.

-Termo con café, biscochos salados, azúcar, cuchillo, cuchara y frutas – dijo a la vez que sacaba lo dicho del bolso. Kagome tomo una botella de agua del bolso que había traído y se lavó las manos secándose con una pequeña toalla.

-Páseme el táper de frutas señor – pidió e Inuyasha se la paso. Kagome sacó una manzana y con el cuchillo corto un pedazo dándoselo al pequeño en su mano, quien de inmediato se lo llevo a su boca – Ya puede comer solito, pero con supervisión – aclaro llevándose también un pedazo de manzana.

-Por eso es que ya quiere sostener la mamadera solo – le dijo al recordar los movimientos de su hijo.

Desayunaron acompañados en unos de los tantos silencios cómodos a que acostumbraban todos los días dándole de comer y beber al pequeño Taisho quien se tragaba todo lo que le daban en la boca.

-Señor... ¿Usted de quien gusta? – largos minutos de silencio pasaron hasta que Kagome pregunto directamente su curiosidad que la carcomía por dentro.

-¿Qué? – sorprendido jadeo mirándola fijamente.

-Que... ¿De quién gusta señor?

-Pensé... pensé que ya lo sabías. Creí que ya estaba claro eso – confundido exclamo.

-¿Cómo que claro? Ah... ¿Es su vecina Ángela? – inocentemente y ocultando muy bien su malestar de saber que él gustaba de alguien más.

-¿Qué? No, no.

-¿La de pechos operados de recursos humanos, Kikyo Miko?

-No, no, no – ya casi estaba molesto por la indiferencia y despistes de Kagome, la mujer de la que sí él gustaba y estaba enamorado.

-¿La rusa Natasha, con la que tuvo una reunión hace poco?

-¡No, no, no! ¡La que me gustas eres tú! ¡Solo tú! 

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¡Nos leemos! 

ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora