39: Rencor.

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Sango y Miroku Parte 2

-¿Y?

-¿Y qué Inuyasha?

-¡Ay! No me digas que eso es todo, es imposible. ¿La ayudaste y 11 años después huyes de ella? Vamos amigo, algo ocurrió - Inuyasha se puso de pie poniéndose frente del ojizarco.

-Pueeees...

-¿Inuyasha? - el peli plata volteó al llamado de su mujer, aún cubriendo con su cuerpo a su amigo.

-¿Sí? - Inuyasha abrió sus ojos al ver a la amiga de su azabache, Sango.

-Ya la conociste pero ahora te la presento más formal - Kagome volteó un poco su cuerpo para enseñar completamente a su amiga-  Inuyasha, mi mejor amiga Sango.

-Hola Inuyasha-  el peli plata le sonrió y se acercó para saludarla de beso en la mejilla - Feliz cumpleaños.

-Muchas gracias - Inuyasha se mostró un poco nervioso, no por el, sino por Miroku - ah...- que su amigo se la aguante y enfrente su pasado - ¡Ah! El es mi mejor amigo, Miroku - y por fin se hizo a un lado, enseñando a Miroku sentado y con su mirada llena de pánico.

El silencio reino en aquel grupo de personas, la tensión se sentía y se podía ver el aura negra que cierta castaña empezaba a emanar.

Inuyasha miro a Miroku, él no despego sus ojos azules de los cafés de la hermosa castaña, una mirada culpable. Kagome miro a Sango y ella misma se tensó, la mirada fusilante y ardiente de su amiga se presentó para mirar en solo una dirección, esa mirada era de puro rencor.

-Me tengo que ir, recordé que tenía un compromiso Kag - su mirada se despegó del ojizarco, haciendo que este al fin pudiera tomar aire.

-Pero me dijiste que tenías libre San.

-Olvide que no era así, nos vemos amiga, Inuyasha...- y a Miroku solo lo miro como si quisiera matarlo. Dio media vuelta y se marcho.

-¿Qué acaba de pasar?  Sango no actúa así-  pregunto Kagome para ella misma -¿Tú tienes algo que ver? - se dirigió al amigo de su pareja.

-Pues si... - quiso seguir pero un estremecimiento lo hizo ver al frente.

Sango a paso decidido se empezaba a acercar nuevamente. Su mirada determinada a no dejarse intimidar por su pasado. A pesar de su mirada matadora pudo apreciarla mientras cada vez ella se acercaba. Sango ya no era aquella ingenua adolescente, se había convertido en una hermosa mujer. Sus curvas y sus rasgos tan bien definidos eran la prueba de aquello.

-¿Saben? - Sango llegó-  no tengo ningún compromiso-  camino hasta estar frente a Miroku y se inclinó hacia él-  no dejaré que  un estúpido pasado impida divertirme, para mi el pasado está muerto - a pesar de que halla sido un susurro los tres la escucharon quedando intrigados por el significado detrás.

-Sango...- al fin pudo Miroku llamarla, pero ella lo detuvo levantado su mano.

-Inuyasha, puedo divertirme ¿Cierto? - la castaña con tono agradable se enderezo y pregunto.

-Sí, haz lo que quieras.

-Muchas gracias-  y Sango se dirigió en dirección de los apuestos primos de Inuyasha, al menos a uno de ellos usaría como un tranquilizante.

-¡Por dios Miroku! ¿Qué barbaridad le hiciste?

-Esto es serio, Sango nunca actuó así...- murmuro impactada Kagome y también miro intorragante a Miroku.

ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora