Capítulo 15B

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Ese tiempo de espera se prolongó por tres largos años.

Los primeros meses las cosas se volvieron complicada, era difícil levantarme en las mañanas, algunas noches no podía dormir en buscando una posición cómoda para descansar otras veces simplemente el sueño terminaba venciendo y me quedaba en el sofá de la sala.

Al principio me he rehusado a salir hasta que los medios de comunicación me dejen en paz de una vez por todas, pero esto era imposible donde quiera que iba tenía una cámara en mi rostro y personas desconocidas queriendo saber que pasaba en mi vida privada.

No podía mas con el acoso, la inquietud de que alguien me puede estar siguiendo y las noticias tanto en las revistas como en canales de televisión me tenían al borde del colapso. Entonces me convencí que esto no era sano y estaba enfermando por la situación.

Unas de las medidas que opte fue la de mudarme a otro sitio, más bien a otro país. Me fui sin dejar rastro, me aseguré de ello o eso quiero creer.

Antes de partir trate de ir a la casa de Ower, pero este ya no se encontraba ahí. Me dolió bastante que él se olvidara de mí, así como si nada hubiese pasado entre los dos. Trato de no pensar en eso y continuar con mi vida.

Pude establecerme en una pequeña isla del caribe donde las personas son amables y puedo realizar mi vida cotidiana con normalidad.

De mi antigua vida extraño muchas cosas en especial al abuelo Lu que murió el año pasado, no puedo hablar de él sin que se me forme un nudo en la garganta, él fue quien me dio la idea de vivir aquí ya que una de sus hijas viajo a este lugar, se enamoró del sitio y se estableció aquí formando su familia. Su perdida duele mucho, pero tengo la satisfacción de que conoció a Nicolás y pudo compartir con él, aunque fue poco tiempo.

Agradezco tanto el apoyo de mis seres queridos, no saben lo agradecida que estoy con ella, con el abuelo Lu, con David y sobre todo con mi madre la cual no lo pensó dos veces para apoyarme.

—¿En qué piensas?

La voz de mi madre me retorna a la realidad.

—En nada importante.

Acaricio el pequeño cuerpo que se encuentra sobre mi pecho el cual se revuelve entre sueño.

—Deberías acostarlo cariño.

Entierro parte de mi rostro en su cabellera y lo presiono un poco más como resultado se queja en forma de suspiro. Sonrió por su actitud, decido levantarme y llevarlo a mi habitación para acostarlo en su cuna.

Con cuidado lo dejo sobre sus colchas con caricatura de Winnie the Pooh, enciendo el aire acondicionado lo pongo en un nivel que no sea tan alto para que Nico no sienta frio más bien para que la habitación se refresque y cubro la mitad de su cuerpo con la colcha. Aparto lo rizos que caen sobre sus ojos, creo que es momento de cortar su cabello.

Antes de salir de la habitación dejo la puerta junta, nunca me ha gustado cerrarla si estoy fuera de ella. Hace dos años y seis meses que nació Nicolás, para mi enterarme que estaba embarazada fue una impresión bastante fuerte, con todo y lo de la prensa, el proceso de divorcio con Ower. Todo fue un caos.

No sabía si decirle o no, pero cuando estaba convencida de informarle de su futuro hijo, no estaba y sus padres en especial su padre no le caería en gracia que una simple secretaria fuera la madre de su nieto.

Mi conciencia no iba a quedar tranquila si no le informaba de la situación, pero quería que escuchara todo lo que tenía que decirle y él no me lo permitió, estaba muy lastimada y trastornada para continuar en aquel circo, además no quería que mi hijo sufriera por estar expuesto en un mundo como al que estuve y prefería no volver más.

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