Capitulo 18

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Al llegar a casa el estrés era casi nulo, entre sonrisas y juegos abro la puerta en lo que dejo todas las pertenencias, con la promesa de que más tarde las voy a recoger. Mi rutina es darle todo el tiempo que sea necesario a mi hijo después de un día tan largo sin vernos.

Le realizo preguntas de cómo le fue en la estancia, el en su lenguaje me describe su día, trato de prestarle mi mayor atención para poder entender la mayoría de las cosas, él se cansa de estar sentado así que va en busca de sus juguetes.

Me siento con a jugar con sus cochecitos a las carreras, nos reímos, hacemos mucho ruido y lo mejor de todo es que nos divertimos.

Ya cuando me doy cuenta son las siete treinta, le pregunto a Nicolás si gusta en ayudarme hacer la cena y mueve la cabeza negándose al pedido.

—Mami tendrá que hacer la cena cielo, si te cansas de jugar a los carritos mami estará en la cocina jugando a ser chef y te hará de comer ¿está bien?

—Si mami, te amo.

— Yo más cielo.

Beso su frente en lo que me pongo manos a la obra, ya en la cocina busco un bol, lo lleno de agua, y le pongo unas gotas de sal. En total la cena me toma unos veinte minutos, hice pasta en salsa roja, la cual Nicolás ama con toda su alma.

Le quito la camiseta para que coma a gusto sin importar el desastre que haga. Me encanta ver a mi hijo comer feliz y que su nariz y boca se ensucien de salsa.

Yo acompaño la pasta con un poco de papas fritas y Coca-Cola, si después de un día tan ajetreado es bueno un poco de grasa y cafeína. No acostumbro hacer eso, pero hoy es la excepción.

Luego de la cena nos dirigimos al baño para que la noche cierre con éxito, después de un baño espumoso y con bastante chapoteo por parte de Nicola logro ponerle su pijama y acostarlo con medio tetero de leche.

En lo que él se está tomando su leche, le leo un cuento esta vez los cuatro cerditos, me toma un lapso de seis páginas para que mi hijo este rendido, el reloj marca las ocho treinta, todo un record.

Después de salir de la habitación, me doy cuenta el desastre que soy y que tengo una media rota y manche la blusa de salsa, me encojo de hombros y salgo hacia la cocina y me encuentro a mi mamá comiendo parte de la pasta.

—Buenas noches mami.

—Buenas noches cielo, cuéntame de tu día.

—Todo estuvo... bien.

Siento como la adrenalina que llevaba mi cuerpo se va agotando poco a poco y siento un cansancio extremo, le voy contando mi día de mierda que tuve hoy y de un momento otro la voz me falla y mis ojos se llenan de lágrimas, trato de continuar, pero sé que no se entiende nada de lo que estoy diciendo.

—Lo siento.

Entre sollozos me disculpo por mostrarme tan vulnerable en un momento que debo tener paz y sentirme bien y agradecida, tengo a mi madre, la cual está un ochenta por ciento recuperada del nefasto suceso en el cual ella perdió a su esposo y a su hijo mayor.

Ella ha pasado por cosas peores que las que me ha tocado vivir, se comparan a nada. Odio sentirme así, con estos bajones emocionales, luchar con mis malos pensamientos, desde si estoy haciendo un buen trabajo con mi hijo hasta que hago con mi vida actual.

En estos tres años no he tomado vacaciones, prefiero que me sean pagadas para poder cumplir con cada una de los pendientes que he tenido y las inclemencias del tiempo que me ha tocado vivir.

 —Todo estará bien amor, ya verás estoy aquí para ti, llora todo lo que tengas que hacerlo.

Sus palabras acaban de derrumbar las represas que impedían salir el agua que he acumulado poco a poco en estos últimos momentos que he soportado todo sin queja alguna.

—Mami...

—Sí, mi cielo, ven.

Llore, llore tanto que sentía que mi vida se me iría, me sentía desesperada y llore más al recordar que mañana tengo que trabajar por más tiempo porque tenemos mucho trabajo del que he tenido en todo este tiempo que estoy en la compañía.

Sin decir nada, beso su mejilla. Entiendo que es el cansancio reaccionando a todo lo que pase, aunque no es el momento para tirar la toalla, hay que seguir adelante tengo un hijo que mantener y deudas que pagar, aunque llore o me sienta miserable las cosas no se solucionaran solas.

Hay que continuar la vida, aunque en el proceso nos volvamos mierda.

—Gracias.

Con esto me despido, necesito ir a mi habitación a descansar, es importante que recupere las fuerzas ya que en unas cuantas horas esto será pasado y tendré que afrontar nuevas cosas.

Hago todo en automático, saco la ropa del niño, la que utilizare, arreglo el bolso de con lo que necesitara para la estancia y el mío. Cuando procedo a limpiar mi rostro del poco maquillaje que suelo ponerme, me observo con detenimiento, y si estoy horrible, ojos hinchados, maquillaje un poco corrido y mi cabello hecho un asco.

Suspiro.

Tengo que lavarme el cabello esta noche o levantarme mañana muy temprano para poder hacer el desayuno y todo lo que necesito para ese día.

Me pongo manos a la obra y para mi mala suerte cuando salgo del baño son las una treinta de la madrugada y la alarma sonara en cuatro horas y treinta minutos.

Esto será todo un desastre.

Esto será todo un desastre

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2023 ⏰

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