Capitulo 7

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Evitó por todos los medios posibles siquiera rozar su cuerpo con mis dedos, la atmósfera se siente caliente dentro del auto a pesar de que el aire acondicionado está prendido, fijó la mirada en la ventana para distraerme y evitar que mi cerebro juega otra vez con mi cuerpo, calmó el desbocado corazón, respirando despacio, con lo débil que están mis piernas creo que besaré el suelo con mi rostro.

Vamos Ali esto no puede superar tu fuerza de voluntad cierro los ojos trato de vaciar mi mente y el ejercicio de respiración ayuda a calmar las ansias.

El auto deja de moverse, levantó la mirada estamos frente a un prestigioso restaurante el cual solo he podido admirar por los documentos este posee cuatro estrellas del máster en la gastronomía ya que esta constituidos por excelentes chefs los cuales realizan unos platos que cuestan un riñón y la mitad del otro, trago grueso la puerta es abierta una mano es tendida frente a mis ojos, la tomó para poder salir.

Le sonríe agradecida por ayudarme a salir del auto mi jefe me espera paciente en la entrada de restaurante, cuando estoy a su lado puedo sentir el calor que emite su cuerpo, una joven nos guía hacia nuestra mesa de ocho lugares.

El lujo que desprende este lugar es tan impactante que aún no creo los detalles delicados, sofisticado y sobre todo caro, el señor Cheap's aparta la silla tomó asiento, pocos minutos después los tres socios llegan junto a sus acompañantes trato de sonreír amable con las señoras que resultan ser las esposas de los magnates esto es incómodo.

Antes de empezar el trato deciden comer antes, pero en estos momentos el hambre se fue la incomodidad aún persiste, me disculpó, camino apurada al baño mi estómago esta revuelto, hace tiempo que esto no me pasaba. Entró aún cubículo respiro profundo, las náuseas aún persisten, buscó en el bolso una meta o algo para quitar esta sensación ya un poco familiar en mi cuerpo.

Encuentro un pequeño chicle de menta, al tragar el sabor controla las repulsiones evitando que vomite, salgo lavo mis manos miro mi reflejo lo pálido de mis mejillas me lleva aquellos recuerdos que no quiero tener presente más bien guardarlos en el baúl de la inexistencia.

Calmada, vuelvo a la mesa dando una sonrisa de disculpa.

—¿Todo bien?

Sus ojos están empañados por la preocupación.

—Sí, todo está perfectamente bien.

Contestó, el camarero retira las cartas y apunta los pedidos. La conversación que mantienen los señores ronda por los negocios, pero no hablan nada en concreto, estrujo mis palmas de la falda del vestido mi estómago vuelve a quejarse lo sostengo disimuladamente muerdo un poco mi labio, tomó un poco de agua.

En el momento en que llega la comida como un poco el resto lo dejó en el plato, me siento lo suficientemente mal por hacer aquello, pero si digiero algo más mi estómago no lo resistirá, esto no es tan normal pensé que esto lo había controlado, pero estoy equivocada.

—Señores si me disculpan tendremos que retirarnos —atónita por las palabras de mi jefe lo veo directo a los ojos, se pone de pie lo imito—. Mi asistente hablará con sus secretarías para coordinar la fecha de la próxima reunión, disfruten de la velada.

Con una inclinación se retira le sigo los pasos con una distancia prudente si camino deprisa temo devolver lo poco que comí.

Cuando salimos el aire fresco impacta mi piel, Matyas nos espera con la puerta abierta. De camino a casa el silencio es incómodo, pero estoy tan distraída en no vomitar. No llevamos ni cinco minutos cuando siento la bilis subir por mi garganta.

—Matyas para el auto —digo él me mira por el espejo retrovisor—. ¡Para el coche!

Pisa el freno abro la puerta me inclinó, devuelvo todo lo que comí sostengo me sujeto de la puerta, escucho maldecir, Ower rodea con su brazo mi cintura sosteniendo parte de mi peso sujeta mi cabeza. Cuando ya mi estómago no tiene nada y mi cerebro así lo registra las náuseas paran.

—Toma.

Ower coloca una botella de agua, la tomó enjuague la boca el amargo que siento en mi paladar se vacuna poco, luego me pone entre los labios una pastilla.

—Saboréala esto quitará un poco el mal sabor y te ayudará con las náuseas— me brinda un pañuelo el cual lleva su olor, limpio el desastre, cierro por unos instantes los ojos avergonzada.

¿Por qué rayos tiene que pasar esto? ¡Bravo Ali!, te vas a quedar sin trabajo si las cosas siguen evolucionando de esta forma tan desastrosa.

—¿Mejor?

Escuchar su voz tan cerca de mi oído provoca escalofríos, muevo la cabeza dándole a entender que sí, jala mi cuerpo rozando su pecho a mi espalda inconsciente suelto un suspiro.

—Lo siento —susurro esto es embarazoso. Siento como sus manos se alejan de mi cuerpo la realidad golpea sin piedad—. Lo siento mucho señor Cheap's.

Al no recibir respuesta giro para mirarlo, el siquiera me observa, cierro la puerta me acomodo en el asiento el coche empieza el recorrido, la distancia y frialdad que hay aquí dentro es asfixiante, adiós trabajo, a la oportunidad de aprender del mejor magnate hotelero y adiós a mi sueño de forjar mi propia empresa, estos pensamientos me atormentan.

Cuando veo la cerca de mi hogar no dudó en bajarme sin siquiera despedirme, me siento horrible, al entrar a la sala mamá esta frente al televisor, trato de disimular la tristeza.

—Hola mamá.

—Hola cariño, la cena acabo temprano.

—Si

Esa simple respuesta no basta, sé que quiere detalles, pero aún no es como decirle que esta cena salió tan caótica que puedo estar sin trabajo además de que volví a enfermar. No es tiempo de malas noticias seguiré con el plan en pie mañana iré q ver al abuelo y después le informó que no seguiré trabajando.

—Iré a mi habitación dormiré temprano— le doy un beso en la mejilla antes de retirarme.

Bien Ali estas jodida y mira de qué forma. En la comodidad de mi habitación me quito todo el maquillaje el vestido lo colocó en una percha y los tacones lo dejó en el pequeño baúl, tengo que devolverle todo esto a David.

Buscó mi celular envió varios mensajes a el mismo, pero no está en línea, suspiro cansada no me molesto siquiera en buscar pijama no tengo ánimos para eso, tendré que buscar un trabajo tuve la oportunidad de mi vida, casi toque mis sueños, pero estos en un instante se desvaneció.

—Por tonta y estúpida.

Murmura debajo de la colcha, doy vueltas por la cama buscando una postura agradable, aunque sean menos de la noche necesito dormir, es imposible aún presiento su aliento chocar en el lóbulo de la oreja. Gracias a Dios que esto acabo mucho antes de que pasar a una estupidez de la cual arrepentirse.

En algún momento de la noche me quedé dormida aún con su recuerdo de tenerlo tan cerca, en la mañana hice todos los preparativos para ir a visitar a él abuelo Lu esta misma tarde tengo que comunicarle a mamá sobre mi despido.

Unos toques en la puerta me sacan de la cocina, tomó un trapo para secar mis manos, cuando abro la puerta me quedo de piedra.

—¿Qué haces aquí?

Me brinda una sonrisa chulesca antes de entrar como si fuera su propia casa. 

 

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