Capitulo 16B

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Levantarme de la cama ha sido un sacrificio, dormí unas cuantas horas solo porque estaba tan exhausta que mi cuerpo simplemente se rindió.

Después del drama que se protagonizó anoche, en el cual mi mamá me consoló como si fuera una niña, lo cual agradecí mucho porque eso era lo que necesitaba en ese momento tan crítico.

Pude irme a mi habitación y tratar de conciliar el sueño, el cual llego cuando menos lo esperaba y se esfumo cuando más lo necesitaba.

En conclusión, muchas horas más tarde al colapso emocional, aquí estoy de pie frente al espejo tratando de cubrir mis ojeras de todo el desastre.

Inspecciono cada área de mi rostro para ver si realmente hice un buen trabajo, pero tampoco me voy a exigir mucho. Me conformo con tener lo más básico del maquillaje sin exagera nada.

Antes de ir al trabajo tengo que dejar a mi madre en su cita de rehabilitación y a Nicolás en la estancia infantil.

Tomo el bolso, las llaves de carro y estuche de los lentes.

Cuando entro a la sala encuentro a Nicolás muy entretenido con un pedazo de manzana sentado en el mueble, mientras mi madre se toma una taza de té en mi espera.

Sonrió cuando mi niño me invita a comer de su manzana. Le hago el gesto que como un poco.

—Gracias amor.

Me da una sonrisa mientras entra el pedazo restante en su boca. Esta será una mañana muy movida.

En cinco minutos estamos toda la familia dentro del vehículo con el propósito de que en media hora más tardar este en mi trabajo.

Aunque las cosas nunca salen como uno se lo propone, dejar a Nicolás fue muy difícil, hoy es un día en lo cual no quiere quedarse en la guardería. Tuve que tranquilizarlo y eso me tomo unos veinte minutos.

Le doy un beso en la frente.

—Todo estará bien amor, volveré por ti pronto.

Me quedo unos cinco minutos más, hablando con la encargada del aula de Nico, le hago saber que si llora por un tiempo muy prolongado que no dude en llamarme para venir a buscarlo.

Seamos sinceros, es horrible dejar a tu hijo de dos años y medio sufrir por un tiempo prolongado.

Observo el reloj de en mi muñeca, aun me queda media hora para poder dejar a mi madre en rehabilitación para que reciba sus sesiones de terapia.

Los semáforos en rojo no me ayudan avanzar por la carretera.

Esto me estresa un poco, ya que siempre me gusta llegar temprano unos quince o diez minutos antes, pero hoy no será ese día. Busco en mi bolso los lentes ya que empiezo a tener molestias.

Unos tantos minutos después dejo a mi mama para que tome sus terapias. La llevo hasta la entrada, saludo a todos los fisioterapeutas y enfermeros que veo, tenemos bastante tiempo en esto y es común conocerlos a la mayoría.

—Nos vemos otro día.

Me despido con prisa, aún falta varios kilómetros para llegar a la oficina y espero no llegar tarde.

—Tienes que estar listo antes de la una, tendremos una reunión a las dos treinta con el nuevo inversionista. El informe que me enviaste está bien redactado. Solo te falto este punto por agregar.

Con abro el correo que hace segundos me envió mi jefe, lo ojeo en lo que él me sigue hablando acerca del nuevo socio y como la compañía va aumentar.

Siento una molestia en el cuello y en los hombros.

Cuando termino de escribir todo lo que tengo pendiente le repito uno por una de las cosas que me acaba de decir para que no se me escape nada.

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