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° Algunos demonios no saben cómo ocultar el pecado de admirar a un ángel °


Suga

Estaba conectado una vez más con el mundo, podía percibir el aire y escuchar el sonido de personas teniendo su propia fiesta a lo lejos. Después de que me fui, desconocía cuantos días habían pasado ya que el fastidioso de Yoongi se aseguró de mantenerme bajo control, impidiendo egoísta mis salidas y alejándome de mi propia vida. Él siempre era correcto, le quitaba lo interesante a todo y se portaba como un maldito antisocial que fingía estar bien para pasar desapercibido ante las personas de su limitado círculo social.

Quise molestarlo, controlarlo para que me dejara salir y sin embargo, el idiota se resistió, tomando esas odiosas pastillas que manejaban sus estados de ánimo. Los medicamentos me frenaban y él lograba salvarse de mí, me sentía frustrado, enojado, estaba perdiendo los estribos y lo único que me quedaba era esperar impaciente hasta que mi turno llegara porque bien sabía que ese chico tarde o temprano siempre terminaba rindiéndose y yo, Min Suga, aprovecharía la oportunidad para volver al juego.

—¿Y-Yoongi? —la misma chica de la fiesta estaba frente a mí, esa que me pareció bella desde el primer momento en que nos conocimos pero que por desgracia también causó que me despidiera de la realidad. Aún le tenía cierto resentimiento por eso más no podía molestarme por siempre ya que con alguien como ella, esas palabras quedaban inexistentes que incluso ni siquiera me enojé por el hecho de que me confundió en ese instante.

—No lo creo. —me sentía asombroso, le sonreí de esa forma que me caracterizaba, esa sonrisa rebelde que claramente te hacía saber quién tenía el mando. Estar de vuelta jamás se había sentido tan bien y lo mejor era que todo esto había sido posible gracias a que ella estaba ahí.

—¿Entonces tú eres...

—Bingo. —las comisuras de mis labios se ampliaron satisfechas cuando me reconoció. Mis ojos se conectaron con los suyos profundamente, haciendo que casi sin darme cuenta yo empezara a invadir su espacio personal, a tener la dicha de estar mezclando su lenta respiración con la mía. Ella no se movía, esa era mi señal, reclamarla como mía, acercarme a ella y romper cualquier muro que nos separara.

—¡Ah! —exclamó con un suspiro bastante frustrado, frenando de golpe mis intenciones y causando que me apartara de ella un tanto sorprendido por su inesperada reacción —¿Qué acaso el destino no tiene piedad de mí? Vine buscando a Yoongi y ahora resulta que su mala personalidad de bad boy esta aquí. —la chica se levantó del suelo mientras murmuraba cosas para sí misma. La miré no queriendo dar crédito a sus palabras e imité su acción desconcertado, enojándome porque nadie tenía derecho a rebajarme a la sombra de Yoongi.

—Oye, yo no soy ninguna personalidad, mi nombre es Min Suga y es lo único que tiene que ser suficiente para ti. —soné seco y admito que estaba siendo rudo pero de verdad quería dejarle en claro que conmigo las comparaciones no iban y si deseaba que ella permaneciera conmigo era conveniente ir implantándole esa idea.

—¿En serio? Porque entre discutir con Yoongi y contigo, ambos me siguen sonando exactamente igual.

—Créeme, yo soy mil veces mejor que ese patético chico ya que sin mí ese idiota ni siquiera estaría vivo así que soy mucho más importante de lo que crees, por lo tanto, él y yo no podemos ser parecidos en nada. —sentencié con una mirada oscura, con mi voz gruesa y profunda.

Seesaw❁[MYG]Where stories live. Discover now