-Bueno, ya. –me reí-. ¿Y cuando vamos, entonces? –pregunté. 

-Pues... ya. 

-Tonto. –me quejé. 

-Tonta. –se burló, sacando la lengua-. Veeeeeeenga, vamos. –en un segundo me había cogido como un saco de patatas y había empezado a dar vueltas y vueltas. 

-¡Para, para! –gritaba entre carcajadas. 

[...]

Paseábamos animadamente por un centro comercial de Canadá. A pesar de que toda la gente nos apuntaba con teléfonos y eso seguía siendo extraño para mí, todo estaba yendo bastante bien. Estaba siendo una mañana divertida. 

Ya teníamos el regalo de Jazzy, que constaba de una muñeca con complementos, un disfraz de princesa y un maletín lleno de maquillaje para niñas. 

La mayoría de las cosas de la pequeña las elegí yo, puesto que Justin no estaba muy puesto en el tema. Sin embargo con Jaxon le vi más avispado, supo que escoger, como un coche teledirigido, un par de muñecos raros con pistolas y alguna cosa más. Como regalo común, para que ambos niños se entretuvieran, compró la videoconsola llamada "Wii"  junto con un par de juego adaptados a su edad y a su género. 

Tras desayunar en una cafetería del centro comercial decidimos pasar a un par de tiendas de ropa por nuestro propio gusto. 

Justin miraba gorras de todos los colores, mientras yo me dedicaba a mirar algún vestido bonito para la noche de fin de año. Y a la vez, me burlaba de él por el mal gusto que tenía para elegir algunas gorras. 

Un rato después, cuando encontré algunos vestidos para probar avisé a Justin que iría al probador, él asintió con una sonrisa. 

Probé los dos primeros y los descarté, debido a que no se ajustaban demasiado bien a mí. Me coloqué el siguiente, que era también de color negro, pero más sencillo, elegante, a la vez que atractivo. Y sé que sonara típico, pero no tuve otra opción que llamar a Justin para que se ocupara de mi cremallera, ya que por mí sola hubiese sido imposible. 

Vi por el espejo como su mirada se endurecía al verme, y como lamía sus labios al bajar la mirada por mi espalda desnuda. Tragué saliva ante lo que me provocaban sus pequeños actos. Y, después, fue incontrolable que mi piel se erizara al sentir la yema de sus dedos acariciar el recorrido de mi columna, con la mirada perdida mientras admiraba mi espalda. Entonces hizo el mismo recorrido, pero hacía abajo, y allí, finalmente, cogió la cremallera y la subió a paso lento, aumentando el calor que ya se había impregnado en mi cuerpo. 

Antes de darme poder darme la vuelta, los brazos de Justin había rodeado con posesión mi cintura, pegándome completamente a él; ni una hoja de papel cabría entre nosotros. Cogí aire, haciendo a mi tripa encogerse, cuando sentí que su suave tacto apartaba con toda la delicadeza del mundo el pelo que se posaba sobre uno de mis hombros. Sabía lo que iba a hacer, y solo cuando lo hizo, y vi su atractivo rostro pegado a mi cuello, ahí, entonces, me di el lujo de morderme el labio como acto del deseo que sentía. Sus besos eran suaves y delicados sobre mi hombro, y aumentaron su presión al igual que su pasión cuando llego a la curva de mi cuello. Entonces una de sus manos, que estaba sobre mi tripa, se estiró, dejándola a uno de mis costados, rozando intencionadamente mi muslo que quedaba destapado por la raja del vestido. Perdí el sentido y tardé varios segundos hasta darme cuenta que estaba contra el espejo, mientras los labios de Justin devoraban mi cuello, estaba justo enfrente de mí. Él se separó para mirarme a los ojos, justo cuando yo alzaba mi mano para tocar su pelo y me di cuenta de que llevaba una de esas gorras feísimas.

-Tienes muy mal gusto, que lo sepas. –sonreí, de lado, hablando en voz baja. 

-Pues como tú... –picó.

Second Chances. {Justin Bieber} {Secuela de By your side} {TERMINADA}Where stories live. Discover now