·Nami-ah y Alan·

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Lean el capítulo anterior a este.



·Jungkook·

—Tu madre estaba dos años atrás de mi en la secundaria— empezó a contar— tenía su grupo de amigas estresantes, amantes del color negro y fumadoras, te acercabas un centímetro y se sentía el olor a chimenea.

Nami-ah se rió.

—Yo me fijé en ella porque uno de mis amigos en ese entonces la señaló y dijo— se aclara la garganta— "no entiendo porqué esa chica está ahí cuando ella es todo lo contrario a sus amigas emos" si él no hubiese dicho eso, tu no estarías en este mundo, Alanamya.

»Así que pensé, bueno, alguna esperanza tenía que tener ese grupito, y tenía razón, esas chicas vestían totalmente de negro, uñas negras, mil collares y el cabello en la cara, luego, veías a Nami-ah rebosante de naranja, el cabello recogido y las uñas perfectamente limpias, aveces las llevaba color fucsia— niega con la cabeza— y me gustó, todos decían que ella estaba loca y yo pensé que tal vez estaría lo suficientemente loca como para aceptar salir conmigo.

Observamos a Nami-ah, ella asintió derrotada y continuó con la historia.

—Alan llegó un día hasta dónde me encontraba con las chicas, esquivó a cada una de ellas y las miró con pánico— se rió— se puso de pie frente a mi, si debo ser honesta, a mi ya me había llamado la atención tu papá, pero no planeaba acercarme, siempre tenía la misma cara de desprecio a la humanidad y mi único acercamiento era con su amigo— se encogió de hombros— Alan era conocido entre las chicas por dos cosas; no le gustaba salir con ninguna de las que se le declaraban y su cara de pocos amigos, como era serio e inalcanzable, eso resultaba atractivo para todas nosotras— bufó, Al se cubrió la boca aguantando una risa— así que cuándo se acercó y me invitó a salir, le dije que si inmediatamente, incluso fui su pareja en el baile que organizó el instituto para los de último año.

—Recuerdo que— y se suelta a reír— hacíamos juegos escolares, tipo campeonatos y llegaban estudiantes de otros lados a competir, algunos jugaban sucio y entre ellos estaba un sujeto que me tacleó en mitad de la cancha, haciéndome lastimar horriblemente, y tu madre...— vuelve a reírse, se le dificulta continuar la historia en medio de risas— y tu madre se enojó tanto que enrolló el letrero que había llevado para apoyarnos, bajó las gradas y salió detrás del hombre golpeandolo casi por quince minutos— no puedo reírme con él, pues Nami-ah lo observa con odio— imagínate a una mujer enojada, con un vestido púrpura corriendo y golpeando con un cartel a alguien y gritando insultos por todo el lugar— aplaude— para ese momento ya éramos pareja, y después de eso estuve seguro de que me gustaba, estaba loca, pero era mi loca.

—Nuestros padres decían que no durariamos mucho, siempre estábamos discutiendo, gritando, y a veces pasaban días donde no nos hablábamos, pero jamás terminé con él, incluso cuándo se me acababa la paciencia por lo testarudo e imbécil que era— suspiró— seguía pensando que él era el único para mi, Alan siempre fue muy centrado y estudioso, tu sacaste eso de él, cariño— miró a Al con amor y nostalgia, conmoviendome— estaba a punto de culminar sus estudios y una noche, estábamos discutiendo.

—Tu madre gritaba histérica cuál loca en manicomio, nisiquiera recuerdo porqué, pero me culpaba a mi— blanqueó la mirada.

—Había una tal Yadia enviándole mensajitos y cartitas de amor a Alan— se justificó— y tu padre no hacía nada, no le decía que al menos se detuviera o algo así, iba a visitarme después de clases y su bolso estaba repleto de chucherías, de cartas en forma de corazón.

—Se molestó y me gritó hasta de que me iba a morir.

—¡No hacias nada! Supuse entonces que te gustaba esa atención.

—El caso es que esa noche, mientras la loca me gritaba— nos observó a ambos— saqué de mi bolso el anillo y se lo puse en toda la cara— acercó la mano al rostro de Al, casi rozando su nariz— solo así se quedó callada unos segundos antes de empezar a gritar y saltar por toda la habitación, me arrebató el anillo y se lo puso ella misma.

Esta vez si no pude no reírme e incluso aplaudí mientras lo hacia, Al me palmeo el brazo riéndo también y Nami-ah sonrió, al parecer recordando.

—No saben cuánto tiempo llevaba esperando a que su padre se dignara a pedirme matrimonio, incluso se lo dije muchas veces— suspira, Alan sorbe su sopa— le dije que quería una familia y que nos fuéramos juntos a dónde sea, pero que eso solo pasaría cuándo nos casáramos y tuviesemos que enfrentar todas esas cosas de adultos.

—Luego nació Alanamya, años después de casarnos, aunque no muchos.

—Si lo recuerdo, querido, cuando tuve a mi bebé en brazos me sentí como en una casa de muñecas, era tan pequeña y conforme crecía, Alan y yo siempre estábamos comprandole vestidos, juguetes, muchísimas muñecas— suspira, apoyando la cabeza en su mano— los que nos conocían siempre estaban dándole cumplidos a nuestra niña, Alanamya nunca tuvo favoritismo por alguno de los dos, siempre estuvo detrás de ambos ya sea para que Alan le enseñara a leer las revistas nuevas que encontraba por ahí o para jugar conmigo, le encantaba ponerse mi ropa y modelarla para Alan, aveces incluso le robaba los cinturones y los amarraba todos entre si para delimitar una improvisada pasarela. Alan no podía enojarse con ella.

—Luego de eso no compré más cinturones y empezó a hacer lo mismo con las corbatas— niega con la cabeza.

Reímos, siempre es agradable escuchar las historias de otros, es entretenido y te causa nostalgia, los buenos recuerdos puedes hacer muchas cosas por ti, es refrescante y bello.





Reímos, siempre es agradable escuchar las historias de otros, es entretenido y te causa nostalgia, los buenos recuerdos puedes hacer muchas cosas por ti, es refrescante y bello

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Ay, besitos rojos.

Taste Me»JJK;FAMOUS4Where stories live. Discover now