·Una tarde con los Hwan·

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—¡Alanamya!— nos separamos al escuchar el grito de mamá en el primer piso— ¡Baja a comer con Jungkookie!

Miro a Jungkook saltar fuera de la cama totalmente obediente y emocionado, ni yo cuando cumplí cinco y me regalaron zapatos que hacían ruido al caminar me emocioné tanto con algo respecto a mis padres.

—Tu mamá me ama.

—Es porque eres guapo— blanqueo los ojos— le gustan los chicos guapos.

Me levanto yo también, caminando a su lado y cerrando la puerta una vez abandonamos la habitación.

—¿Porqué?— pregunta.

—Porque dice que los genes son importantes y "ella no tuvo una hija guapa para emparejarla con alguien poco agraciado pues dañará la descendencia"— se muerde el interior de las mejillas evitando reír— fue tu culpa por aceptar comer con nosotros el día de la primera cita.

—Llamémoslo destino— dice, pff, claro— necesitaba acelerar un poco las cosas y todo se dió perfectamente.

—Es que tu quieres todo ya.

Llegamos a la cocina y si antes me cuestioné la estabilidad mental de mis padres, ahora me preguntaba desde cuándo poseían tanta confianza y vanidad.

Papá tenía un plástico en su cabeza cubriendo lo que parecía ser tinte negro, mamá se deshacia de los guantes cubiertos del químico y se acercaba a la barra de la cocina, llamó a Jungkook con la mano una vez notó nuestra presencia y este le ayudó a acomodar la mesa.

Yo me quedé viendo a papá.

—¿Porqué?— pregunté.

—¿Crees que mi cabello es totalmente negro porque así la naturaleza lo quizo?— niega con la cabeza— tengo que ocultar mis canas, así no se nota el hecho de que estoy envejeciendo.

—Nadie se daría cuenta de que estás envejeciendo si no lo aclararás cada dos minutos— responde mamá, me señala el asiento junto a Jungkook, él también termina sentándose— siempre te has visto joven.

—Tengo cincuenta y siete años, mujer— mamá toma asiento y le sirve a papá— lo disimularé mientras pueda, bien decía tu abuelo, Alanamya— vuelve a dirigirse a mi, jamás conocí al abuelo, pero según mamá, papá es igual de anticuado que él cuándo vivia— el que puede, puede y el que no, pues lo siento mucho.

Casi escupo el arroz, vale, eso había sido gracioso porque no tenía sentido.

Jungkook me observó un segundo, su mano se levantó y se posicionó  bajo mi ojo izquierdo, al alejarla sostenía una pestaña entre los dedos y la dejó caer en algún lugar del suelo, luego me sonrió, yo le sonreí también.

Y papá explotó la burbuja.

—Qué idiotas se ven— y resopló, como si le diera asco, Jungkook se rió y sus mejillas enrojecieron un poco y yo me uní a sus risas cuándo mamá lo golpeó en el hombro, reprochandole— Nami-ah, deja de golpearme con tanta fuerza, me vas a quebrar o algo.

—Es que eres tan inoportuno, Hwan Alan— suspira, picoteando su comida— no entiendo porqué me terminé casando contigo.

—Déjame refrescarte la memoria— dramatizo, luego nos dió una mirada a ambos— y ustedes presten atención, escucharán la historia de amor de Nami-ah y mía.

Jungkook los observó divertido, sin embargo dejó descansar el mentón en ambas manos entrelazadas sobre la mesa a espera de que papá comenzara.








Jungkook los observó divertido, sin embargo dejó descansar el mentón en ambas manos entrelazadas sobre la mesa a espera de que papá comenzara

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Traigan sus bebidas y palomitas que Hwan Alan nos contará su historia de amor en el próximo capítulo.

Ya saben, este es corto porque el siguiente se alarga, besitos rojos.

Taste Me»JJK;FAMOUS4Where stories live. Discover now