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El taxi ya había llegado a sus destino, estaban al frente del edificio donde antes vivía. Jungkook se bajó del auto, noto que Jin no quería bajar, si agacho y le habló al omega.

-Jin, vamos. -

Seokjin estaba asustado, ¿seguirá su papá enojado con él?, nunca hizo nada malo, su papá lo conocía, su papá sabe que el nunca haría nada para enojarlo, ni mucho menos traicionaría su confianza. En ese momento estaba entre la espada en la pared, su lindo hermanito estaba muy enamorado y por su culpa, no iba a dejar que sea infeliz, por eso acepto las crueles palabras de su padre, ahora solo esperaba que le diera su perdón por no hacer las cosas como se deben, no va a negar que Jungkook fue una gran ayuda, un alfa noble que se esconde en la máscara de un chico malo, cuando es todo lo contrario.

Observo a Jungkook unos segundos, antes de salir del carro. Caminaron directo hacia el ascensor, cuando ya estaba camino a su piso el lindo omega ya estaba muy ansioso, sería la primera vez que su familia lo vería hermoso, ya no había el Jin desaliñado, pieza de museo, cuatro ojos, no, ahora está un bello Seokjin con otros aires, bien vestido, maquillado y sin esos feos lentes.

- ¿Me coloco el cabello así o lo dejo como esta? - preguntó mientras acomodaba su cabello hacia atrás, mostrando su frente.

El alfa lo miro y suspiro.

-Déjalo como esta. – comento Jungkook.

-Te ves muy bien así. - y le regalo una sonrisa sincera.

Seokjin hizo un puchero inconsciente y luego volvió su cabello a como estaba, dándose la vuelta.

Después de unos minutos, llegaron su piso.

Antes de salir del ascensor, Jungkook le quito las bolsas para que pueda ir más tranquilo.

El omega trotó hasta el departamento de sus padres muy emocionado, pero lo que vio le destrozo el alma.

La puerta estaba abierta, había mucha gente en su casa y en una esquina estaba su foto, alrededor de ella había velas y unas cuantas coronas de flores. El cura estaba dando sus rezos y pidiendo paz para esa alma, su padre estaba vestido de blanco con los ojos cerrados rezando también.

Jungkook que se había tomado su tiempo para llegar al lugar, se quedó sorprendido al ver que Jin seguía ahí parado frente a la puerta de su casa.

-El nombre del difunto? - preguntó el cura.

-Seokjin- dijo su padre sin ningún temor.

-Del Clan Kim novena generación. -

En ese momento Seokjin sintió que le faltaba el aire, respiraba entrecortadamente y trataba de llenar sus pulmones de oxígeno, sintió las palabras de su padre como unas puñaladas directo a su corazón.

Tratando de huir de la cruel realidad se chocó con Jungkook, que al igual que él estaba atónito con lo que presenciaba, ni tiempo de reaccionar tuvo cuando vio a Jin salir corriendo.

En ese instante el alfa se sentía un ser inútil, una basura por no prever esto.

Cuando cato en la realidad de nuevo, Jungkook corrió para darle el alcance al omega.

Jin se había detenido después de correr casi dos cuadras, se sintió mareado todo le abrumaba, pero sobre esto se sentía tonto.

-Había olvidado lo decepcionante que pueden llegar a ser los padres. - comento el alfa cuando llego a su lado.

Jin tenía ganas de realmente estar muerto ahora, ya no tenía sentido, su padre nunca lo perdonaría y, ahora ya no existía más para él.

Jungkook con el corazón estrujado, saco fuerzas, pues, aunque no lo parecía Jin era muy importante para él, y no dejaría que se derrumbe por eso, la vida seguía, y Jin tenía que seguir.

I Swear on You ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora