Seguíamos besándonos hasta que la puerta volvió a sonar.
—Epa..-—dijo Erin divertida —Lamento interrumpirlos— dejó su bolsa y su caja de materiales en la barra.
—Hola, Erin— dijo Logan riendo.
—Hola, Christian.
—¿Christian?
—Es una larga historia— respondí.
—Luces igual que su ex— dijo Erin —Christian.
—¿Qué?— preguntó él un tanto exaltado mientras me miraba.
—Es broma— lo miré riendo.
—Christian Grey, el jefe sensual— dijo Erin mientras se echaba sobre el sofá riendo.
Logan mordió su labio inferior mientras reía levemente.
—Claro...
—Como sea— reí algo incómoda mientras tomaba su mano y tiraba de ella —Estaremos afuera.
Salimos hacía el patio y acomodé mi cabello.
—Eso fue raro.
—Dímelo a mi— reí.
—¿Christian Grey?— me miró.
—Es una broma entre nosotras— reí.
—Me siento halagado.
—Eso es bueno— sonreí mientras me sentaba sobre la hamaca.
Él sonrió y se sentó a mi lado
—Esto es lindo— reí
—Sí que lo es— respondió él.
—Es raro y lindo— asentí entre risas.
—De hecho— dijo él un tanto divertido.
—Erin nos esta espiando— reí mientras lo miraba jugar con sus manos.
—Eso explica porque estoy un tanto incomodo y nervioso.
—Oh, descuida— reí —Es inofensiva— él rió igual.
—¿Te puedo decir algo?
—Seguro— asentí.
—Te amo.
Lo miré y sonreí con la mirada agachada.
—Ya puedes decirlo.
—Si y creo que no me cansaré de hacerlo.
—Entonces dilo de nuevo— dije mientras lo miraba fijo.
—Te amo— repitió.
—Y yo te amo a ti— reí levemente.
—¿Quieres volver a trabajar para mi?— rió.
¿Es acaso que no tenía una propuesta mas romántica que hacerme
—Lo voy a considerar— reí leve.
—Se supone que ibas a aceptar— dijo frunciendo el ceño.
—Es que yo pensé que tal vez tenías una propuesta mas romantica para mi— levante los hombros.
—Pues creo que esta es la mejor que tengo— rió.
—Oh, entiendo— sonreí falsamente.
—Y la rechazaste.
—Es que no estoy segura de que quiera volver.
—Vamos, todos te adoran.
—Nadie noto que me fui.
—Yo lo hice.
—Solo tú.
—¿Necesitas alguien mas?
—Pues no... pero eso no me hace sentir querida en la compañía.
—Y yo que pensaba en convertirte en columnista.
—¿Qué?— dije rápidamente.
—Quiero que escribas para el Times.
—¿Hablas en serio?— dije emocionada.
—Muy en serio.
—¡Si quiero!— grité entonces Erin salió de la casa y corrió hasta donde nosotros.
—¡¿Se van a casar?!
—¡No!— dijo él muy rápido y alterado.
Mas de lo que me hubiera gustado.
Erin cubrió sus ojos y frunció los labios mientas reía levemente.
—No es que casarme contigo fuera una tortura— agregó viéndome.
—Descuida, yo entiendo.
—Eso dolió— dijo Erin.
—Cierra la boca— la miré.
—Perdón— rió —Yo ya me voy.
—Si, eso haz— reí entonces Erin corrió hacia la casa para luego entrar.
—¿Quieres ir a cenar conmigo?— preguntó él.
En serio que era tonto, ¿Por qué no me hacía la pregunta que verdaderamente quería oír?
—Seguro— asentí con una leve sonrisa.
—Bien, comida Italiana, será— sonrió.
—Perfecto.
—Paso por ti a las 8.
—Estaré esperando— se levantó, nos miramos fijamente y entonces el sonrió para luego besar mi frente.
—A las 8— repitió.
—A las 8— afirme entre risas entonces lo vi alejarse.
—¡Te amo!— gritó mientras subía a su auto.
—¡Y yo te amo a ti!— sonreí.
