Estábamos en el “Birch Coffee” y por estábamos me refería a Erin y yo.
—¿Cómo estuvo tu día?
—Fue aburrido— ella rió.
—¿Muy aburrido?
—Demasiado— bebí de mi café.
—No sé cómo puedes hacerlo, yo no toleraría el solo recibir órdenes— dio una mordida a su rosquilla —Sobre todo de una bruja como Tiffany— habló con la boca llena lo que me hizo reír levemente.
—Merezco algo mejor
—He leído tus poemas y créeme, sí que lo mereces.
Ambas nos quedamos en silencio y yo solo pensaba en que estaba harta de solo recibir órdenes de todos, no sólo de Tiffany.
—Tengo talento, Erin— le dije a mi mejor amiga —Yo sé que puedo escribir, puedo redactar historias interesantes pero no me dan la oportunidad— suspire —¡Trabajo para un hombre cuyo rostro ni siquiera conozco!— reí irónica.
—Te diré lo que harás, vas a enfrentar a ese maldito gordo calvo y enano de Ryder y le dirás lo que quieres— me dijo Erin mientras me señalaba.
—Apuesto que es tan feo que por eso no se deja ver— ambas reímos y luego di un sorbo a mi café.
—¿En serio nunca lo has visto?
—No, nunca.
—¿Cómo crees qué sea?
—Tal y como tu dijiste— reí —gordo, calvo y enano.
—Seguramente usa un peluquín— rió.
—Pero tiene dinero por lo tanto creo que ha de vestir bien.
—Puede ser— rió
Tomé otro sorbo de mi café y luego de unos segundos mordí mi muffin con chispas de chocolate.
—¿Tienes planes el viernes?
—No, ¿Por qué?
—Porque tienes 4 años aquí y soy la única amiga que tienes. No me malinterpretes, soy lo mejor que encontraras en esta ciudad— sacudió su cabello y ambas reímos —Pero necesitas más amigos y amigas. Tal vez puedas venir al “Mad46” con nosotros.
—Suena bien— sonreí.
—Invitaré a Trevor y a Lucas. Ambos son apuestos y solteros— reí —¡Oye! También necesitas un novio.
—Puede ser— bebí café.
—¿Lista para irnos?
—Si— ambas nos levantamos de nuestras sillas, dejamos la propina y luego salimos del lugar, compartimos un taxi quién primero dejó a Erin. Ella pagó lo que había sido y luego cuando el taxímetro volvió a “$00.0” el taxista condujo hasta mi casa, pagué 10 dólares pues mi casa no estaba muy lejos de la de Erin.
Entré a mi edificio y subí en el elevador hasta mi piso. Para mi suerte no iba sola, dos chicos, una pareja estaba siendo muy afectuosa. Trataba de no prestar atención. No quería quedar como una pervertida pero ¡Por dios! ¿Es acaso qué no podían esperar hasta llegar a la habitación?
—¿Pueden parar?— dije y la chica me miró.
—¿Qué si no?— contestó el chico.
—Son repugnantes.
—Esta celosa— dijo la chica
—Eso mismo, cariño.
—Cierren la boca— dije molesta y ambos rieron.
Tal vez si estaba celosa, no de ellos. Ugh, no. Ellos eran repugnantes por compartir tanto afecto en público, tal vez yo quisiera un beso en el elevador o algo como eso pero estando solos, mi chico y yo….
¿Por qué mierda habló de esto?
Salí del elevador cuando este se detuvo.
—Adiós, anciana— se despidió la chica.
—¡Tengo 30 años!
—Sin sexo— respondió el chico y ambos rieron.
El elevador se cerró y siguió subiendo
—Van solo 6— hice puchero y entré a mi apartamento.
Apenas entré me quité los zapatos, colgué mi bolsa en el perchero y fui hasta mi habitación para desvestirme y ponerme algo más cómodo.
Eran solo las 8 pm sin embargo ya no saldría así que bueno. Una vez cómoda y desmaquillada fui hasta la sala, me senté en el sofá y me cubrí con una manta.
—Tu eres mi verdadero amor, netflix. Tu estas siempre para mí, eres barato, me entretienes y no se… creo que te amo.
Mi sesión en netflix se abrió y entonces comencé a buscar algo bueno que ver, al final escogí “Friends” miré varios episodios hasta que dieron las 11:25pm. Apagué todo y por flojera de ir hasta mi habitación decidí dormir ahí mismo.
