Capítulo 14.

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—¡Ron!— le grité al chico de recepción, él me miro y vi como su postura se relajó.

 —¡Dios mío!— me abrazó  —No tienes idea de lo mucho que me alegro de que estuvieras fuera.

—¿Qué ha pasado?— lo miré extrañada.

—Unos malditos delincuentes entraron al edificio, tenían pistolas y comenzaron a dar tiroteos, la gente salió y supongo que robaron varias cosas de los apartamentos.

—Demonios— suspire —¿Hubo algún herido?

—No por suerte.

—¿Lograron detenerlos?— preguntó Logan.

—No, los hijos de puta lograron escaparse— miró el edificio —están revisando, si todo está despejado podremos entrar aunque de igual forma dudo que la gente se sienta cómoda.

Llevé ambas manos detrás de mí cuello para luego entrelazar mis dedos.

—Tenía mis ahorros ahí, varias joyas, reliquias familiares y esas cosa— mordí mi labio inferior y sentí como la mano de Logan se colocaba en mi cintura.

Lo miré y nuestras miradas se encontraron, él tenía el ceño un poco fruncido. Supongo que estaba enojado al igual que todos aquí, no era justo que alguien entrara al lugar que consideras tu casa y te quite tus cosas.

—No voy a dejar que te quedes aquí, si quieres subir para tomar algo está bien pero no te quedaras aquí y mucho menos sola.

Asentí levemente.

—Me podrías llevar con Erin

—Te llevaré a mi apartamento— miró su reloj —Ya es tarde.

—Bien— dije sin reclamar o decir algo al respecto. Solo acepte.

—Bien— afirmó él.

—Revisamos en todas partes y el edificio está despejado, pueden entrar— dijo un oficial. Llevé ambas manos a los costados, Logan tomó una de ellas, entrelazó nuestros dedos y subimos a mi piso para luego entrar a mi apartamento, estaba hecho un desastre.

—Dime que cosas de valor tienes o desgraciadamente tenías y yo verifico si están, mientras tú empaca algo— asentí.

—Primero tenía una foto mía con mis padres, de mi graduación. El marco es— dije “es” esperando que estuviera ahí —De plata.

—¿Por dónde está?— preguntó mientras yo entraba en mi closet con una maleta.

—En el mueble de la televisión que está en la sala— tomé mi joyero luego de haber empacado lo necesario entonces me di cuenta de que este estaba vació.

—Idiotas— lo escuche maldecir entonces me abracé a mí misma y fui hasta la sala.

—No está, ¿cierto?— lo miré.

—El marco no está y la foto está rota. Esos imbéciles la rompieron— me miró —Lo siento.

Me acerqué, tomé lo que ahora quedaba de foto y fruncí los labios.

—Tampoco están un collar de rubies que mi abuela me obsequió cuando cumplí los 18— reí leve —Mi abuela decía que era el de Elizabeth Taylor aunque era una réplica.

Se acercó a mí y me abrazó fuerte.

Tal vez estaba siendo exagerada pero la idea de que unos hombres armados se hayan metido a mi casa me aterraba, pude haber estado aquí y quien sabe que me hubiesen hecho además esas cosas que ellos tomaron eran importantes para mí.

Lo abracé de vuelta, escondí la cabeza en su pecho y el acarició mi cabello.

—Vámonos de aquí— fue hasta mi habitación, tomó mi maleta y luego regreso conmigo.

Salimos del lugar, subimos a su auto y condujo en silencio hasta su apartamento.




"Enamorada de mi jefe"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora