Capítulo 01.

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Capítulo 01.

Desperté al escuchar mi celular sonando con “I love New York” de Madonna. Miré mi despertador, las 6:40 am.

—¿Quién llama a esta hora?— Dije quejándome para luego tomar mi celular y contestar —¿Si?

—¿Y tú en dónde rayos estas?— preguntó Tiffany molesta.

—En mi casa, yo entro a las 8 am.

—Te necesito aquí, con 6 cafés expreso de Starbucks. No los prepares, eso lo harán ellos aquí.

—6 cafés de Starbucks, entendido.

—También necesito que pases a la tintorería por el traje del señor Ryder.

—¿Con el nombre de “Ryder”?

—Sí.

—Cafés y traje, entendido…  ¿Algo más?

—Eso es todo. Pero te necesito aquí para antes de las 7:20 am con todo lo que te pedí.

—Bien, no hay problema.

Si, si lo había. Era imposible.

—Eso espero— pasaron varios segundos en silencio — ¡A trabajar, Edwins! –me gritó entonces finalicé la llamada y me levanté de la cama.

Miré mi despertador una vez más. 6:50 am.

Tenía menos de 30 minutos, no podía tomar una ducha o tal vez sí. Llame a Erin.

—¿Si?— dijo adormilada luego de unos segundos.

—La bruja de Tiffany me llamo, necesito de tu ayuda.

—¿Qué necesitas, Tammy?

—6 cafés de Starbucks.

—¿Expreso?

—Sí.

—Bien, ¿Algo más?

—No, creo que ya con eso que me ayudes puedo ducharme bien, vestirme y luego ir por el traje.

—Yo paso por ese traje, voy a tu casa. Llevo las cosas, te quedas con mi taxi y vas a tu trabajo.

—¿Es en serio?

—Claro, Tammy.

—¡Erin, eres la mejor!

—Lo sé— rió.

—Te dejo, debo irme a duchar. Gracias, gracias, gracias— sonreí y finalicé la llamada para luego  correr hacía la ducha.

El plan de Erin funcionó, yo pude ducharme y arreglarme tranquila mientras que ella me hacía el favor de buscar las cosas que Tiffany me pidió. Llego a mi casa a las 7:15 y yo ya estaba lista.

—¡Eres la mejor amiga de todas, lo juro!

—¿Te molesta si desayuno algo aquí? No tengo gas— frunció los labios.

—Adelante, te quedas en tu casa.

Me coloqué el abrigo y tomé las cosas.

—Gracias, mucha suerte.

—Igual.

Salí de mi apartamento a toda velocidad y subí al taxi de Erin.

—Al edificio del Times, por favor.

El conductor asintió y me llevó hasta donde le pedí. El taxímetro marcaba 12 dólares, le di 20 y le dije que conservara el cambió. Entré al edificio y tomé el elevador para luego ir con Tiffany y poner las cosas en su  escritorio.

—Lo hiciste bien, Edwins— dijo ella para luego entrar a la oficina del señor Ryder con las cosas.

Me quité el abrigo, lo dejé en el perchero y me senté en mi oficina esperando alguna orden de la bruja pues era solo su asistente.

Eran las 10 am, la junta aún no acababa y yo estaba aburridísima, jugando con varios de mis útiles de trabajos, hasta que unas manos se recargaron en  mi escritorio. Subí mi vista encontrándome con unos enormes pechos pues la chica se había inclinado.

—¡Wow!— levanté la vista y mire a una chica rubia que sonreía falsamente.

—Se llaman pechos, por cierto.

—Lo sé— asentí —Tengo 2.

La chica rió mientras negaba con la cabeza.

—Como sea, ¿En dónde está Logan?

—¿Logan?                                

—Sí, Logan Ryder.

—Oh, él está en junta— señalé la puerta de su oficina.

—¿A qué hora termina su mierda?— preguntó mientras miraba sus uñas y luego a mí.

—Siendo honesta… no estoy segura— la miré y ella suspiró –Creo que no falta mucho –asentí.

—Bien. Dile que vine a verlo y que lo espero a la hora del almuerzo en el “Blue Hill”

—Disculpe, ¿Cuál es su nombre?

—Meredith Streep—  miró como anotaba  —S-t-r-e-e-p.

—Gracias, yo le doy su mensaje.

—Bien, gracias— me miró y luego se fue pavoneándose en su provocador atuendo mientras sus altos tacones sonaban.

Volví mi vista al escritorio y comencé a dibujar en una nota, mi obra de arte (Flores, nubes y corazones)  fue interrumpida  cuando escuche los murmullos de las personas que salían de la oficina del señor Ryder.

—Muchas gracias por venir— dijo Tiffany mientras sonreía y se despedía de la gente

Tomé la nota con el mensaje de Meredith y me levanté de mi silla para comenzar a ir a la oficina de Ryder.

Estaba a punto de llegar cuando Tiffany me detuvo.

—¿A dónde crees que vas?

—Yo, eh… tengo un mensaje para el señor Ryder.

—Entonces dámelo— extendió la mano y coloqué la nota en su mano —Gracias

Ella entró nuevamente a la oficina de Ryder y yo volví a mi silla.

“¿Por qué nunca puedo entrar a esa maldita oficina y por qué no puedo ver al famoso Señor Ryder?” fue lo que pensé mientras miraba como la puerta de su oficina se cerraba.

"Enamorada de mi jefe"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora