Poco tiempo de estar sentado una chica que siempre ha estado detrás mio, se me acerca coqueta moviendo las caderas más de la cuenta.

— Hola guapo. ¿Por que tan sólito?

— Hola Mía. ¿Cómo estas? — No respondo a su pregunta.

— Mucho mejor, ahora que te veo. — Se muerde el labio inferior muy sensual, aunque es un gesto sexy no lo encuentro atractivo en ella.

Asiento.

— Me parece, que estás cansado y necesitas de una buena distracción. — Asiento sin ponerle atención a lo que dijo.

De un momento a otro me percato de un cuerpo entre mis piernas, Mia me sostiene el cuello en un fuerte abrazo que me hace difícil alejarla de mi, comienza a besar mi cuello, mis labios y moverse entre mis piernas.

— Estás loca. — La alejo de mi con un fuerte empujón. — No vuelvas hacer eso, puede ser violación.

Cuando dirijo mi vista ha donde se encontraba Jessie no la veo. Volteo por todos lados hasta que la visualizo saliendo de la casa. Corro tras ella para no dejarla ir.

— JESS. — Grito con todas mis fuerzas para que ella me escuchara, pero con el ruido de la música era imposible.

Sigo gritando y empujando a las personas que se interponen en mi camino

— JESSIE, JESSIE. — Ella voltea a ver quien la llamaba y cuando se dio cuenta que era yo, siguió caminando como si no me conociera.

Me está ignorando.

Cuando estoy lo suficientemente cerca de ella le sujeto el brazo suavemente y la giro hasta quedar frente a frente de mi. Cuando nuestros ojos se toparon su ceño se frunció más de la cuenta, no hay que deducir cuando alguien está molesta y ella definitivamente lo esta. Nos quedamos en silencio hasta que decidí hablar.

- ¿Por qué me estas ignorando?

No dijo nada. Sus ojos verdosos se dirigieron al suelo.

— ¿Te pasa algo Jess?

Ella seguía sin contestar removiendo sus pequeños brazos como si le desagradara estar cerca de mi. No tengo la culpa de que, ella no haya ido a, hablar cuando se lo propuse, nadie me sacará de la mente que ese tal Tony hizo algo para que no pudiéramos vernos.

Me acerco más a la chica que tengo en frente, observando cuidadosamente cada detalle, sus pómulos, las ojeras casi invisibles por el maquillaje. Su rostro no ha cambiado sigue siendo tan bella como antes pero ahora está más madura y eso la vuelve más hermosa.

No se cuanto tiempo ha pasado desde que, me quedo viéndola como la criatura más hermosa de este universo, me acerco más a ella hasta quitar el espacio que quedaba entre nosotros, la suelto suavemente, levantando su cabeza obligándola a veme. Sus ojos en la oscuridad se ven más oscuro de lo que en realidad es, sin poder evitarlo bajo la vista a sus carnosos labios, y sin resistir la abrazo. La abrazo demostrando que sigo aquí, que nunca me he olvidado de ella. Al principio no me corresponde, pero cuando lo hizo fue un abrazo cálido, de esos que dicen mil palabras sin necesidad de hablar.

Aunque el ambiente estaba frío no me importo, puesto me sentía completo, fue el mejor momento desde la última vez que la vi. El celular de Jessie sonó arruinando este tiempo pero no estaba listo para soltarla, porque ya sabía lo que sucedería.

Ella me miró y supuse que quería contestar el celular. —Solo será un momento.

Asentí renuente.

Mientras hablaba, yo me percate de cada una de sus movimientos, la forma en como movía las manos, como caminaba de un lugar a otro, no puedo negar que mi cara se formo una sonrisa babilónica. Cuando termino la llamada, se quedo viéndome indecisa sobre que decir.

— ¿Y quién era? — Pregunte.

— Me tengo que ir.

No me dio tiempo decirle que se quede otro rato, cuando un carro llegó y ella se subió de inmediato. Me quedo parado, pensando en su huida. Sumido en mis pensamiento, siento que algo golpeo mi cara, contemplo el cielo, al ver innumerables gotas caer hasta que se convirtió en una gran lluvia. Abro los brazos, sintiéndome libre, despojándome de mi dolor.

Grito fuerte, tan fuerte que me duele la garganta. Me siento miserable, vació, camino algunos pasos pero me tropiezo con una pierda, cuando noto que me voy de bruces contra el suelo  alguien me sostiene.

— Logan no te encuentras bien vamos.

— Vete tú, yo estoy bien.

— Está lloviendo y no te puedo dejar aquí y tú lo sabes, ven no te haga el de rogar.

Mi cuerpo ya no daba para más me dolía mucho, no físicamente sino emocional.

— Camina amigo, si no tendré la obligación que llevarte como una princesa.

— Siempre tus chistes inoportunos, puedo caminar. — Cuando llegamos a donde estacione mi vehículo me preocupo al no verlo. — ¿Y mi moto?

— Sabía que te ibas a preocupar por eso. Tranquilo se la di a mi hermano para que se la llevará.

— ¿Que hiciste que? Mi niña, se la diste a tu hermano te has vuelto loco Johnny.

— Cálmate él no está conduciendo, solo se la llevo en la camioneta.

— Porque no me lo dijiste antes, quieres que me muera ahora.

 — Tú nunca cambias... Ven tenemos que irnos.

Caminamos unos metros en donde se encontraba el carro de Johnny el no me dijo nada de porque yo había enloquecido y se lo agradezco, no quiero hablar de ese tema.

Él es un gran amigo, siempre está ahí para todo sin duda. Él, me hizo reflexionar para enamorar de nuevo a Jessie y venir a este está ciudad, desde niño éramos buenos amigos, pero en la adolescencia tuve que irme por razones familiares a estudiar por estas zonas donde conocí a Jess, pero nunca nuestro lazo de amistad se rompió. A él es el único al que yo puedo llamar mejor amigo mi hermano de otra sangre no solo por venir aquí conmigo a estudiar y vivir, sino porque nunca me ha juzgado, a pesar de lo insoportable que soy nunca me ha dado la espalda y yo tampoco se la daré.

Cuando llegamos John estaciona el vehículo y me mira, se que esta tratando de dar mejores palabras. 

— Logan si te pasa algo no dudes en contarme. Sé que no soy el mejor dando consejos pero si pateando traseros. — Sonrío.

-Lo sé y gracias por todo.

Me desmonto del carro, trotando subo las escaleras y entro a mi habitación sumergiéndome en un profundo sueño en donde estábamos Jessie y yo.


Entre Tú y YoWhere stories live. Discover now