Capítulo 28

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Estoy en estado de shock, viendo la sangre derrapada en el camino. El carro no se detuvo en ningún momento más bien acelero mucho más.

Corro hasta quedar en medio de la calle observando como el canino respira entrecortadamente. Grito fuerte para que alguien me pueda a ayudar a quitarlo del camino antes de que la luz se ponga verde.

Logan llega trotando hacia donde estoy, acto seguido se quita la chaqueta y la pone en el animal sosteniéndolo entre sus fuertes brazos y llevándolo al vehículo de sus padres.

Los Wilson solo miran el animal sin medir palabra alguna. Pero basta una seña de Logan para que Luigi tome el volante y nos lleve al veterinario. Mis lágrimas salen de mis ojos al ver el perrito tan indefenso y lleno de moretones.

No entiendo cómo puede haber personas tan descabelladas al abandonar a un animal y dejarlo a su suerte. Margaret acaricia el perrito y me da palabra de aliento para que deje de llorar. Veinte minutos después llegamos al veterinario, Logan carga el canino y lo lleva de inmediato a dentro.

—Por favor dígame que se salvara. — Digo de manera suplicante.

La doctora nos mira a todos sin saber que hacer o decir.

—Lo siento pero estoy cerrando.

—Por favor, ayúdelo no deje que se muera. Usted como veterinaria debe entendernos y ayudarnos. Lo recogimos de la calle cuando un vehículo lo atropello y este siguió de largo. Por favor. — Dije de manera suplicante.

—Veré lo que puedo hacer. Pónganlo en la camilla y esperen afuera.

Estoy muy nerviosa. Detesto estar en suspenso y más aún si se trata de la vida de un ser vivo.

Cuando era pequeña mis padres no me dejaron tener un animal al que cuidar, pero cuando iba para donde mis amigas era como si estuviera una mascota porque me hacía más cargo yo, que ellas. También si me encontraba a cualquier animal de la calle lo llevaba a mi casa y ponía fotos para que los vecinos los adoptaran.

Veinticinco minutos fueron suficiente para que la veterinaria nos informara sobre el estado del canino y no todas las informaciones fueron buenas.

—El perro tiene una lección en la pata izquierda y una hemorragia interna no les aseguro que pueda caminar correctamente pero haré todo lo posible para que se recupere. Le inyecte un tranquilizante para el dolor ahora mismo está durmiendo, les recomiendo que vengan mañana para proceder a los tratamiento que se expondrá el can.

—Quiero verlo.

La veterinaria de nombre María nos deja pasar al pequeño cuarto donde duerme plácidamente el canino. Me encantaría adoptarlo pero no tengo casa propia para tenerlo y no quiero molestar a mis amigas o a Logan. El can es un mastín ingles de color cervato pero su hocico, oreja y nariz en torno a los ojos es negro. Lo acaricio suavemente brindándole esperanza de que estará bien.

—Debemos irnos. — Interrumpe Luigi mis pensamientos.

Nos dirigimos a la salida acordando con María llegar a primera hora al día siguiente antes de irnos al viaje. Por más que intentan sacarme conversaciones no hablo en todo el camino solo asiento de vez en cuando.

Al llegar a la casa nos disponemos a organizar lo que llevaremos mañana para la casa del lago. No tengo mucho ánimo pero quiero saber cómo van interactuando cada uno de ellos para que su confianza se fortalezca.

Mientras coloco unos jean mi mente viaja al episodio donde atropellaron el animal. Sus ojos estaban mirándome con miedo, su respiración era entrecortada pero cuando quería tocarlo usaba su escudo de defensa mordiéndome en la mano. Busco en mi celular la causa de aquello.

<<Porque cuando un perro está herido muerde la mano. <<

Escribo en google.

Inmensas informaciones me aparecieron en cuestión de minutos pero ninguna me da la que realmente necesito.

Qué hacer cuando un perro está sangrando.

Síntomas.

Perro atropellado.

Se puede morir después.

— ¡BUU! — Grito con fuerza colocándome de pie de inmediato. Frunzo el ceño al escuchar carcajadas, no hay que mencionar de quien se trata.

Coloco mi mano en el pecho para regular mi respiración, asimismo le dirijo una mirada de pocos amigos. Paso de largo hasta salir de la habitación para que sepa que estoy enfurecida.

Logan sabe que odio que me asusten de repente, más cuando se burlan de mí como si es un chiste. Cuando pongo un pie en la escalera me agarra de la mano.

—Cariño es una broma. — Me gira hasta quedar frente a él.

—Sabes que no me gusta que me hagan eso.

—Perdón sí. — Coloca una mano en mí mejilla izquierda. — Es que te vi tan preocupada que no supe como distraerte y eso fue lo primero que se me ocurrió.

Pongo los ojos en blanco ante su mención, aunque aborrezco que me asusten su distracción resulto. He estado pensando en tantas cosas sumándole lo de hace rato, que no he llamado a mis padres quiero hablar con ellos, aunque tengo un tiempo que no hablo con mi progenitor.

—Tienes razón cariño. Debo llamar a mis padres. — Le enseño mi celular y me aparto de él.

No dudo en marcar al número de mi casa. Sudores bajan por mi espalda e ideo una excusa para decirle a mi madre porque no la he llamado en estos días, ella me ha llamado pero yo no le he podido devolver porque no quiero que me convenza de volver a casa. Iré pero no aún.

Un tono.

Dos tonos.

Tres.

Frunzo el ceño, puesto siempre toman el teléfono de una vez, llamo de nuevo y ocurre exactamente lo mismo. Marco el número de celular de mi madre varias veces y no lo toma. Pienso por un momento en llamar a mi padre y lo hago sucediendo lo mismo... no coge el celular.

Comienzo a impacientarme por si algo malo le sucedió. Repito una y otra vez que deben haber salido y dejaron ambos su celular pero eso es muy extraño. Llamo de nuevo a mi padre sin tener éxito al igual que mi madre y el número de la casa.

Tengo un mal presentimiento de lo que está sucediendo vuelvo a marcar sin tener resultado. Comienzo a hiperventilar y repetir cosas buenas. Nada malo ha sucedido con tú familia. Vuelvo a marcar el número de mi casa cuando alguien lo toma.

Jessie. — Se me paraliza el corazón al escuchar la voz de mi hermanito. — Ha sucedido algo horrible con papá.

***

Hasta aquí llego el capítulo. Les envío un fuerte abrazo donde quieran que se encuentren.

Voten y nos leemos en la próxima.  

Entre Tú y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora