27. Temporal

65 13 0
                                    

La carita de felicidad del pequeño Minho se esfumó en cuento fue colocado de nuevo al carrito. Su mirada de confusión pasó de Hakyeon a Wonsik en pocos segundos, seguramente preguntándose que había hecho mal para estar sentado y no en brazos. En su boquita nació un puchero, inspirando pena a cualquiera que lo mirara, luego alzó las manitas para moverlas en un intento de volver a quien lo sostenía. Al ver que no le hacían caso, un llanto salió de su garganta.

- No llores mi niño. – Dijo Wonsik cogiendo su manita. – Pronto volveremos a vernos.

- Estaremos los tres juntos. – Hakyeon se agachó a su altura y le acarició la carita. El pequeño pareció tranquilizarse. – Y jugaremos todos los días, igual que hoy. ¿Vale?

Por supuesto, Minho no comprendía ninguna de las palabras que le decían, pero parecía escuchar con atención. Wonsik miró a la niñera, agradeciéndole de nuevo todo lo que estaba haciendo por él.

- Te llamaré en cuanto tenga novedades.

La chica asintió, y terminó de acomodar al pequeño, el cual ya comenzaba a bostezar por el cansancio. Se despidieron en mitad de la calle, con la promesa de volverse a ver pronto. Hakyeon colocó su mano sobre la de Wonsik, posada en la silla, mientras los veían desaparecer entre la gente.

- Los tres juntos... - Susurró el menor de los dos. Luego sonrió. – Me encanta como suena.

- A mí también.

Y entre bromas y palabras empalagosas, ambos pasearon bajo la luz de las farolas, rememorando su primera tarde como familia, y prometiéndose repetirla de nuevo y con otras actividades. También aprovecharon para hablar de sus respectivos temas, como la conversación que Wonsik había tenido con Taekwoon esa misma mañana, o la reunión que había tenido Hakyeon con su empresa.

- ...y están encantados con que haya aceptado al fin. – Pero esa última frase no salió muy feliz de sus labios, y por supuesto Wonsik lo notó.

- ¿Pasa algo?

Cuando se dieron cuenta, ya se encontraban bajo el portal de Hongbin, pero no tenían ninguna intención de despedirse todavía.

- Debo irme en dos semanas.

- Oh. – Dijo simplemente.

- La formación, mi presentación en la nueva academia, la adaptación... debo estar allí cuanto antes. – Hakyeon agachó la cabeza, triste. Wonsik quiso levantársela, pero por supuesto no pudo, así que se limito a sujetar fuerte sus manos desde abajo.

- ¿Por qué no estás feliz?

- No quiero dejarte solo. – Respondió. – Aún tienes que recuperarte, pasar el divorcio e incluso un posible juicio... No puedo irme sin más...

- Yeonie. – Se miraron fijamente a los ojos. – Esto solo será nuestro primer paso. Ambos necesitamos aplanar nuestras vidas para unirlas al final, y poder comenzar nuestros caminos juntos.

- Pero...

- Ven aquí. – Lo interrumpió para hacerle saber que quería besarlo. Hakyeon lo entendió a la primera y unió sus labios brevemente. – Nunca más nos vamos a separar, pero sabes que necesitamos esto, y no, no me apetece para nada dejar de verte, aunque sea solo algo temporal.

Dejaron el tema para juntar sus bocas nuevamente, no querían hacerlo más doloroso de lo que era, así que entre los dos decidieron simplemente disfrutar el uno del otro, el tiempo que les quedara juntos en tierras coreanas.

..

Por desgracia los días pasaban volando, tanto, que Hakyeon y Wonsik tomaron una última decisión, vivir juntos hasta que llegara el momento de despedirse hasta nuevo aviso. Este paso los ayudó a unirse mucho más, y la felicidad estaba presente cada mañana. Algo tan cotidiano como levantarse el uno al lado del otro, o darse los buenos días para luego desayunar de manera empalagosa, se había vuelto algo imprescindible.

Intentaban aprovechar todo el tiempo que podían. Hakyeon lo acompañaba a rehabilitación, recordando sus principios de conocerse, y Wonsik por su lado no perdía la manía de irlo a buscar al trabajo por las tardes cuando tenía oportunidad. Por suerte, y gracias a su esfuerzo por recuperarse, la silla de ruedas desapareció en pocos días, y aunque seguía andando con dificultades con ayuda las muletas, le gustó recuperar gran parte de su movilidad.
Sobre todo, para esas noches, e incluso algunas mañanas o tardes, en las que Wonsik no podía resistirse a las caricias de su ahora prometido.

Adoraba tener la disponibilidad de sus dos brazos para, al fin, recorrer su espalda como era debido, mientras Hakyeon lo marcaba bajo el cuello. Todo llegaba a ser perfecto, o al menos hasta que, sin poder evitarlo, las lágrimas salían de sus ojos al recordar lo poco que les quedaba a esos momentos.

Era realmente horrible pensar en ello, pero sabían que era más que necesario.

A esos días también había que añadir las charlas continuas con Taekwoon, el cual seguía luchando por lograr la custodia del niño. Seguía sin recibir noticias de Sungkyung, ninguno de los dos podía saber la decisión que tomaría la mujer, pues ésta ni se había dignado a asistir a las reuniones con el resto de abogados. Con ello a Wonsik le entró miedo, pero no perdía la esperanza, ya que al menos nadie le ponía ningún impedimento para seguir viendo a Minho.

No querían, pero cuando se dieron cuenta ya habían pasado catorce días. El avión salía a las seis de la mañana del día siguiente, y Hakyeon aún continuaba metiendo cosas en la maleta. Wonsik lo observaba desde la cama, con un brazo apoyado en su cabeza, desesperado por que terminara de una vez para despedirse de su cuerpo por todo lo alto.

- Mi amor, lo que no te lleves, te lo puedo enviar yo o llevármelo conmigo cuando vaya.

- Sí, lo sé, pero ¿Y si hace frío?

- Te compras más ropa. Ven aquí de una vez. – Y palmó el colchón.

Hakyeon suspiró, aceptando que tenía razón, así que terminó de cerrar la maleta para luego hacerle caso. Se coló entre sus brazos, lo abrazó muy fuerte inundándose con su aroma de jabón masculino.

- Te voy a echar de menos... - Wonsik lo estrechó mucho más.

- Verás que todo pasará muy rápido. – Le acarició la cabeza y posó un beso en la coronilla. - Cuando menos te lo esperes estaremos caminando hasta algún altar, Y Minho nos traerá los anillos en un cojín tan diminuto como él.

Ambos soltaron una de las primeras carcajadas de lo que iba a ser su última noche en aquella habitación. Fue difícil, pero intentaron no llorar y disfrutar del uno del otro. Ya quedaba menos, solo faltaba muy poco.

🌟🌟😳


Y tan poco que le queda a esto... :(  Siento la tardanza!! Soy una desastre...😣 Pero bueno, el trabajo es lo que tiene.🤦🏼‍♀️🤦🏼‍♀️

Os quiero ^^ Besitos!!😘😘😘

EXTRA PUBLI:

Os invito a leer los clichés de San Valentín! Iré subiendo parejas poco a poco aunque haya pasado la fecha. Puestos a ser un desastre, lo soy aquí también 🤣





My peace moment (Navi)Where stories live. Discover now