Capítulo 28: Intento

1.6K 174 322
                                    


Una familia pasó junto a nosotros, haciendo su camino hasta una cabina vacía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una familia pasó junto a nosotros, haciendo su camino hasta una cabina vacía. Dos niñas y un niño pequeño corrieron ruidosamente dejando atrás a sus padres, riendo y entonando una canción infantil. Todos ellos ajenos a la pesadumbre de nuestra mesa.

Kihyun carraspeó, mirándome.

—No importa qué haga ahora, jamás podré cambiar lo que te hice —murmuró, afligido—. Pienso en eso todos los días.

La angustia en su voz y la tristeza en sus ojos hizo que sintiera una punzada en mi corazón. Una súbita ansia por aliviar su inquietud me invadió.

—Sunbae, no. Espera —dije, de forma apresurada—. Lo que sucedió entre nosotros fue hace tiempo. Quedó atrás. Te disculpaste, y eso fue suficiente para mí.

Vacilé un momento. Tragué saliva, y continué.

—Quiza... no tuvimos el mejor comienzo. Pero no importa lo que ocurrió al principio —musité—, yo estoy muy agradecida de haberte conocido. Porque eso nos llevó a donde estamos ahora. Pensar en el hecho de que eres mi amigo hace que mi corazón se sienta feliz. Así que... ya no cargues con remordimientos en el tuyo, por favor.

Bajé la mirada a mi regazo, notando el dolor en la palma de mi mano derecha. Había enterrado mis uñas dentro de ella, nerviosa. Hablar de lo que sentía siempre había sido difícil para mí.

—Nabi...

Regresé mi vista a él. Su semblante había cambiado, un brillo apareció en sus ojos.

—Yo... también estoy muy feliz de haberte encontrado.

Una oleada de timidez se instaló en mi pecho. Lo miré, sintiendo mis mejillas calentarse.

Que sensación tan más extraña.

Kihyun volvió a aclararse la garganta.

—Nabi, en realidad, hay algo que he querido decirte desde hace tiempo.

Parpadeé, curiosa.

—¿Qué es, sunbae?

Él tomó una bocanada de aire, y separó sus labios.

Pero justo cuando Kihyun pareció decir algo, un estruendo en la mesa frente a nosotros nos distrajo. Giré mi cabeza hacía el lugar de donde prevenía el ruido. Una persona había empujado por accidente a un mesero, y éste había dejado caer un plato al suelo. El cliente comenzó a disculparse mientras el mesero le decía que no había problema. Eso me había ocurrido en varias ocasiones cuando trabajaba como mesera, pero no recordaba que alguien se hubiera detenido a disculparse conmigo de esa manera.

Volví a mirar a Kihyun. Él me observaba con desconcierto.

—Ah, ¿qué decías, sunbae?

El alboroto lo había interrumpido. Dejó escapar un suspiro.

from zero » yoo kihyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora