Capítulo 47: Parásito

1.9K 142 272
                                    

La primera vez que escuché a mi madre decir que no me quería tenía seis o siete años

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La primera vez que escuché a mi madre decir que no me quería tenía seis o siete años.

Por un largo tiempo creí que el cúmulo de conversaciones e imágenes difusas, que estuvieron atoradas en la parte posterior de mi cabeza toda la vida, habían sido solo malos sueños. Luego los olvidé. Y al final, cuando tuve la suficiente edad para reconstruir los vacíos, cayeron a mí como agua helada.

Había creído que esos pedazos de alucinaciones eran producto de mi mente. Debían ser pesadillas, no recuerdos.

Sin embargo, después de tantos años me di cuenta que, de forma inconsciente, yo misma creé esas lagunas en mi memoria. La evasión a mi propia realidad fue la única manera que mi cerebro encontró para protegerme durante tanto tiempo. Hasta que ya no pudo más.

—Siempre fuiste libre de irte.

La profunda voz de mi padre se escuchó como un susurro en la oscuridad.

—Aún lo eres —agregó.

Hubo un silencio, y luego oí la voz de mamá, turbada.

—Tú sabes que jamás he tenido un lugar a donde ir.

Mis ojos continuaban cerrados; debía de seguir dormida.

—No tengo absolutamente nada, ni a nadie.

—Lo sé —respondió papá—. Y sé que de haberlo tenido, te hubieras marchado hace mucho tiempo.

No entendía qué estaba pasando. Luché contra mis párpados pesados y cuando finalmente pude abrirlos, observé el suelo. No había ninguna luz encendida en la habitación donde dormíamos papá, mamá, Changkyun y yo. Pero las cortinas de la ventana junto al armario estaban abiertas.

Parpadeé muchas veces, sin moverme. La silueta de papá sentado a los pies de la cama fue lo primero que capté. Y después vi a mamá, de pie frente a él.

Changkyun debía estar dormido detrás de mí, sobre la gruesa colcha del piso. La confusión que sentí escaló al miedo cuando, con un volumen muy amortiguado, escuché la desesperación en la voz de mamá. Cerré los ojos de inmediato.

—¿Y qué sea supone que haga? —preguntó—. Ya no lo soporto. Vivir aquí es horrible. Y a pesar de que sabes eso, aún así seguimos en este lugar.

—Si pudiera sacarlos de aquí ya lo hubiera hecho.

—Tuviste la oportunidad de hacerlo, y aún así elegiste lo que tú querías sobre nosotros. Sobre tus dos hijos.

from zero » yoo kihyunWhere stories live. Discover now