Sabía que no había necesidad en mi acción, pero... Él no me soltaba y eso significaba claramente que no le molestaba ¿Verdad?

[...]

Cuando llegamos al lago, finalmente lo solté y luego le senté en él césped invitando al chico a qué se sentará a mi lado, lo hizo sin dudar en nada.

— Perdón por eso, ellos son muy curiosos, los Hemmings en general somos muy curiosos. Pasó con todos los integrantes nuevos llegando de la mano de algún joven como novio... Y, y amigos — aclaré.

— Tranquilo... Admito que me asusto, pero, no me molestó para nada tu familia Luke, está genial. - Frotó suavemente su nariz.

Le regalé una pequeña sonrisa en mis labios y luego miré al frente. Él recogió suavemente sus piernas mientras flexionada sus rodillas y las abrazaba a su pecho. O eso alcance a ver de reojo.

— Está bien entonces. - susurré suave y luego miré al frente. Mi pecho sentía una presión fuerte y había un nudo obstruyendo mi garganta y no sabía por qué... Bueno, ¡si sabía! Debía confesar todo. Mi cabeza y labios sabían que era ahora él momento.

Sí me rechazaba sabría al menos que lo hice y no me quedaría con el sufrimiento de verlo con alguien más sabiendo que jamás traté de hacer algo por que supiera de lo que sentía y lo que pasaba en mi cabeza... bueno, exceptuando el hecho de haberme tocado, eso era un tema aparte que tal vez le contaría cuando nos casamos y tuviéramos hijos y... Bueno, ya le adelanté demasiado.

— Bueno, aún no olvidó que estabas celoso de que Ashton estuviera hablando más conmigo que contigo. - susurró de repente. Ese comentario había sido inesperado para mis oídos, mi cerebro... ¡todo de mí! Hasta mis mejillas que adquirieron un tono rojo intenso.

— umh, bueno. - aclaré la garganta. Vamos Luke, piensa... piensa... — Si... sí lo estaba, perdón por ser tan raro. Solo en parte ya no se la pasaban con Calum y yo así que me sentía mal... Nos sentíamos mal, de hecho. - Finalmente... Bueno, en parte había dejado en claro que era cierto, aunque él ya lo sabía solo quería aclararlo.

— Vamos Luke... Ambos sabemos que no es toda la razón. Lo dice tu extraña actitud nerviosa, sudorosa, rojiza y adorable... - soltó una suave risa y lo acompañe en ésta antes de girar un poco la cabeza para poder mirarlo levantando un poco mis cejas.

— Vamos Michael, si vamos a hablar de gente adorable, debemos hablar de ti. - ahora fue mi turno de ver sus adorables y regordetas mejillas ponerse de un tono carmesí.

— No me cambies de tema. - murmuró tratando de ocultar sus mejillas. Yo solo reí y cerré los ojos cuando noté que sus hermosos ojos habían cambiado de dirección hasta el lago.

Vamos Luke, vamos Luke. Repetía en mi mente.

— ¡Bueno, ya! - él dio un pequeño salto, pero no da movió más. Abrí mis ojos y luego miré al lago adoptando la misma posición que el chico a mi lado tenía. Abrazando mis morenas contra mi pecho. Hasta el clima era perfecto para esta ocasión. — Admito que cuando llegaste, me pareció ridículo. Ya falta un mes para acabar el año y tú... Tu llevas un mes aquí. Yo solo pensaba ¿Para qué querría este chico pasarse los últimos dos meses de clases a una escuela de Australia? Aún me lo pregunto. - solté una tímida risa. — Tenía celos cuando mis amigos decidieron que estarías en el grupo... Yo antes creía que los grupos eran sagrados, que nadie podía entrar en ellos por nada del mundo... O no nadie, solo no cualquiera... Pero bueno, finalmente me caíste bien, muy bien. Pasó él tiempo y luego de 2 semanas todo se me revolvía en el estómago al verte, le gustas te Mike. - mis mejillas se sonrojado al decirlo. Él no comentó nada, sabía que él quería que siguiera hablando. — Siempre... Yo siempre quiero estar cerca tuyo, incluso Melissa ya no era dueña de mis pensamientos en las noches, solo eras tú, con tú cabello raro, con tú acento lindo, con tus ojos claros, con tú ... Con todo tú - solté aire antes de poder seguir hablando luego de un par de segundos. — Me gustaban los pequeños detalles de ir oyendo música, de almorzar juntos siempre, de estar a tu lado... Estar a tu lado me encanta, Clifford — reí suave y de repente me invadieron ganas de llorar porque había ablandado mi corazón frente a él. Cubrí mi rostro y dejé caer mis piernas dejándolas estiradas en el verdoso césped. Este lugar daba hasta la sombra perfecta para hacer el momento aún más perfecto. Ni siquiera había pasto amarillo por el sol como lo había en varias zonas cercanas al lago. — Me preocupas, me haces bien... Tengo miedo del que dirán pues mi familia bromea con la orientación sexual de las personas... Solo sé que no te quiero dejar ir ... - Y un pequeño sollozo se escapó de mis labios.

¿Por qué me pasaba esto? Ahora tenía mucha vergüenza de estar llorando justo en frente... o bueno, al lado de él.

Pasaron segundos. Llegué a creer que se había ido, pero en realidad sólo era mi mente nerviosa haciéndome querer creer que no valía la pena como persona; pero ya que no se había escuchado ningún movimiento a mi lado, mantenía la calma.

Más segundos y finalmente escuché ruido. Sus manos se posaron las mías, me asusté. Las quitó lentamente, me deje. Acaricio mi mejilla, de seguro limpiaba una lágrima y yo abrí los ojos por instinto; me los encontré. Ojos verdes brillando tal cual unas esmeraldas puras. Sus labios tenías una sonrisa y podía notar que tenía rastro de lágrimas. ¿Lo había lastimado? Oh dios...

— Luke... Dime qué no tienes heridas en tu boca. - Negué siendo sincero, aunque no entendía el por qué su interés en las heridas en mi boca hasta que lo sentí.

Sus labios se estamparon haciendo presión en mis labios. Cerré los ojos; su beso había sido tan sorpresivo, realmente un poco inesperado, pero en el fondo era deseado de ambas partes.

Ladeé la cabeza y respondí al beso con la misma intensidad y delicadeza. Sus manos se posaron en cada una de mis mejillas y mis manos se colocaron en cada lado de su cadera. Aquellos minutos fueron la terminada más bonita que pude haber deseado jamás.

Sentí cuando empezó a faltar el aire, pero aguanté. Yo no quería y por lo que sentía, el tampoco. En pocos segundos se cayó a mi lado y ríe; me fue inevitable reír a su lado. No quería hablar más o abrir mis ojos creyendo que era un sueño, una broma... pero, tomó mi mano.

Abrí los ojos y giré mi cabeza para poder verlo con atención.

Sus ojos estaban tan rojos como sus mejillas.

— ¡joder Luke! No sabía cuanto más podía aguantar sin hacerlo ya que no me decías nada. - mencionó con sus ojos llorosos. Acaricié su mejilla y sonreí ilusionado.

— Lo siento. - susurré algo apenado. Él negó.

— No, no lo hagas... Fue perfecto. - asentí de acuerdo.

Tal y como en una película, nos quedamos en silencio, demostrando los sentimientos a flor de piel con solo nuestras miradas hasta que sonó su teléfono.

— Puedes responder. - susurré con una sonrisa en mis labios. Me lleve una sorpresa cuando dejó un rápido besito en mis labios de nuevo. Estaba sonrojado, el también lo estaba y mucho.

— Volveré. - susurro y asentí mirándolo embobado antes de que se fuera llevando el teléfono a su oído.

Me volví a asustar, pero la vi. La pequeña de 5, Margaret.

— Demonios - susurré asustado mientras la menor se acercaba y se sentaba a mi lado.

— ¿Son novios, Lulu? - la miré algo sonrojado y sonreí de lado asintiendo, no sabía que decir. — ¡lo sabía! - hizo palmitas con sus pequeñas manos.

Sonreí amplio y la tomé sentando la sobre mis piernas.

— No somos novios... Solo fue un besito... - susurré mirando al lago.

— pero con besitos se hacen novios Lulú - mencionó la menor y solo asentí un poco.

— tal vez, tu... ¿Tú qué opinas de eso? - susurré dudoso de pedirle la opinión a una niña tan pequeña.

— Que sí son felices como mami y papi, me darán más primitos para jugar. - dio saltitos antes de apoyarse en mi pecho. Cerré los ojos con una sonrisa amplia y me apoyé en su cabello. Estaba feliz.

El capítulo más largo hasta ahora.

Ya saben, voten, comenten y si estás por ahí (tú sabes quién eres) perdón /n\ 

Hey ángel. ||m u k e||Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu