8(3/5)

134 23 8
                                    

Mientras el padre de Ashton hablaba con las autoridades, ya se habían llevado a Richard por escándalo público. Calum limpiaba la nariz de Ashton y yo estaba a su lado acariciando suavemente su hombro. Estaba tenso y sabía muy bien que no había sido por la pelea.

— Creo que no fue la mejor manera de pasar tu primera vez aquí. - Menciono Calum, logrando quitar un poco la tensión del ambiente.

— Solo fue un pequeño problema. Eso no quita el que me haya gustado el lugar. - Sonreí mirando a Michael y los dejé un momento para así acercarme a Sophie.

— Hey, ¿Cómo te encuentras? - la miré curioso mientras se limpiaba los ojos con un paño húmedo.

—Muchas gracias por salvarme - susurró antes de sentirla en mis brazos. Sonreí de lado y acaricié suavemente su espalda para calmarla.

— No tienes que agradecer. No podía solo quedarme viendo como este chico te obligaba a irse - Cerré los ojos sin parar de darle caricias a su espalda.

— Muchas gracias, enserio. - Sonreí negando y luego la solté lento, observando como secaba suavemente sus mejillas con sus manos.

— Bueno, podemos acompañarlos a la parada de los buses para que puedan irse a sus casas y demás- Ideó Ashton ya con su rostro limpio y solo un poco rojo el costado de su nariz por el golpe. Nos levantamos y salimos del lugar caminando hasta la entrada para poder irnos.

Ya fuera, algo nos detuvo a todos y se robó la sonrisa que Ashton llevaba en el rostro.

Su padre estaba en la pequeña zona de parqueo, abrazaba por la cintura a una mujer de estatura baja que tenía el vientre un poco abultado, junto a ellos correteaban dos pequeños niños, gemelos al parecer. El hombre nos vio y se acercó con una sonrisa en sus labios, tomado de la mano de aquella mujer.

— Pero que tenemos aquí. Luke Hemmings, Calum Hood... Que grandes están. -Sonrió y yo le sonreí por educación. Sabía que a Ashton le incomodaba todo esto y el hecho de que estuviera con aquella mujer, todo lo ponía peor. Baje la mirada y Calum sujetaba fuerte la mano del rizado. — Ashton, que bueno verte hijo. Te mande mensajes... Me gustaría verte y a tus hermanos...

— No digas más. -Lo freno en seco. Todos estábamos callados mirando a ambos. — No veré ninguno de tus mensajes nunca... ¡Tú me mentiste! Dijiste que estarías con nosotros, estarías en todos los cumpleaños, que nos veríamos cada fin de semana... Y te mudaste, las conversaciones por vídeo llamada fueron de todos los días a una vez por semana, luego al mes... luego no había. No volviste a los cumpleaños, no volviste los fines de semana por mí y mis hermanos... ¡Te mudaste! Odio tus cartas, odio que creas que mandando una cada cumpleaños, sanarás el hecho de que no estés ahí. Lauren tuvo sus 15 años y el vals no estuvo a tu lado. ¡Estuve solo yo! ¿Tú te alejaste de nosotros y esperas que te respondamos las cartas que te dio por mandar cada semana?

— Lo sé hijo. Déjame explicarte... Me enamoré de nuevo. Llegaron los niños y el negocio fue creciendo. se me fue el tiempo de las manos y no pude estar para muchos eventos especiales, pero, estoy aquí. Estamos mirando casas y así podré estar cerca de ustedes. Estaré en sus grados y momentos importantes... - Ashton tenía sus ojos llorosos, llenos de lágrimas.

— Los niños. - Ríe sin ganas antes de que su rostro girara a ver a los pequeños de no más de 4 años. — Esa edad tenía Harry cuando nos abandonaste, pero ahora si te importan tus pequeños. - Su voz se estaba rompiendo y al rededor tos estaba incómodos. Los rojizos ojos Hazel estaban fijos en el anillo de bodas que ambos traían en sus dedos.

— Ashton... ¿No puedes perdonarme? Salgamos, hablaremos un poco y así podemos... - Ashton levantó su mano deteniéndolo. Yo traía un nudo en la garganta de solo verlo así. Y no era el único sensible; Calum lo abrazaba y podía notar aquellos pequeños ojos verdes algo llorosos. Y es que la gente que sentía tristeza al ver a alguien mal, vale oro. A todos nos importaba la carga emocional de Ashton. El señor Irwin no era malo, solo quería lograr lo que quería demasiado rápido y primero debía esperar y ganarse el perdón. Rompió una pequeña familia y eso no era todo, se fue lejos y no cumplió sus promesas. Tarde o temprano estarían bien.

— No te puedo perdonar tan rápido. Las cosas no son así y no puede salirte todo a la perfección. Me hiciste daño, a mamá y a mis hermanos... Tal vez nunca te pueda perdonar- Admitió y por el rostro del hombre, le dolió, pero tenía que entender. Giró a vernos y suspiró. — Lo siento chicos, no me siento bien así que iré a casa. — Sin más, se fue caminando con su bicicleta.

— Mamá dice que me puedo quedar- Ni siquiera me había dado cuenta de cuando le había escrito y el moreno ya corría hasta estar junto a Ashton. Se dieron un abrazo y nos despedimos los cuatro con la mano en el aire.

— Luke... ¿Tú crees que me perdone? - Miré al señor Irwin y suspiré suave sin saber que decir. La mujer que estaba con él ya se había ido a sentar al auto mientras vigilaba a los niños.

— Dele tiempo. - Subí un poco mis hombros y el asintió. Se presentó con Michael y Sophie que había estado callada y lego se fue con su nueva familia.

— Entiendo mucho a Ashton. Que un padre se vaya de repente y empiece a faltar más de lo habitual, duele. - Volví a subir un poco mis hombros y solo vi a Michael agachar la cabeza.

Caminamos un par de pasos más hasta que nuevamente alguien interrumpió nuestro camino, era Josh.

— ¡Hey, Sophie, chicos! - Nos lo quedamos viendo esperando que dijera algo importante. — Yo vivo al Oriente y bueno, para que no deban hacer una vuelta demasiado larga, creí que sería bueno irme con ella. - Miré a la chica y esta se veía tranquila así que asentí restando importancia. Aún no confiaba en el cerca de Michael, pero, sí se iba a ir con Sophie, estaría solo con el chico.

— Bien, nos vemos. - Le di un beso en la mejilla a la chica y luego con un asentimiento de cabeza me despedí de Josh. Michael también se despidió con un par de abrazo y cuando se fueron en la Bici de Josh, nos quedamos solos.

Empezamos a caminar y sonreí de lado mirándolo.

—Tengo un atajo. ¿Confías en mi? - Sonreí de lado esperando su respuesta.

— Andando entonces. - Soltó una suave risa y lo tomé de la mano sumergiéndonos en la "selva" o así le llamaba yo. Era un poco húmedo, con árboles y hojas en el suelo. Perfecto para hacer aventuras y picnics cuando era temprano.

— Luke... esto se ve peligroso- Menciono el chico nervioso a mi lado. Aún no soltaba mi mano.

— Pregunte. ¿Confías en mí? - Lo miré a los ojos hasta que mis ojos bajaron a sus labios y estos se curvaban en una pequeña sonrisa.

— Si Luke, confió en ti. 

Hey ángel. ||m u k e||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora