Mientras trataban de llamar al señor Clifford, saqué el teléfono de Michael que aún seguía en mi bolsillo y suspiré, estaba tan frio como él. Lo puse entre mis manos y luego cerré un momento los ojos, de verdad me encontraba cansado. Luego de unos minutos me dejé caer para atrás y prendí la pantalla del celular.

En el fondo de pantalla se podía ver una linda familia, sonreí. Apostaba todo a que aquel hombre era su papá, aquella en la camilla seguramente era su mamá; era igual de pálida que él y sus ojos eran de un hermoso verde. Podía apostar que aquel pequeño bulto en los brazos de la mujer era Michael pues desconocía que tuviera hermanos. Suspire suave ladeando un poco la cabeza. Se veían bastante felices y traté de entender ¿Dónde estaba su madre? Parecía que Michael no la odiaba y alcancé a ver fotos con una mujer en su casa. ¿Por qué se habría ido?

No pude seguir dándole vueltas al tema pues vi al papá de Mike aparecer por las puertas completamente angustiado. La culpa volvió a invadirme. Cerré fuerte los ojos y me cubrí con mis manos tratando de volverme una pequeña bola y desaparecer.

[...]

Pasé un par de minutos así, apenas escuchando pasos y algunas personas hablando. Sentí una mano en mi hombro y suspiré creyendo que era Camila.

— Luke... - No, no era ella. Era el papá de Michael. — Él va a estar bien. Me mintieron ustedes dos, Michael nunca me ocultaba cosas y distancias...

— Lo siento tanto, señor. - Solté un suave suspiro y agradecí que se quedara callado para así poder continuar. — Es que... Michael no quería preocuparle. Yo pagué nuestro transporte de ida pues si es lejos. ¡Nos devolvíamos ya y lo lleve por un lado diferente... Quería mostrarle un lugar especial y él... perdió el conocimiento! Dios... lo siento tanto... - Me detuvo y me quedé callado.

— No me gusta que me mientan, Luke. Pudieron decirme la verdad e igual lo iba a dejar salir. Él estará bien, fue hipotermia grave. Sudó por la fiebre y se desmayó luego. - Miré atento como el hombre jugaba con sus manos y tenía un pequeño tic en la pierna, seguro por el susto. — Pero estará bien y no estoy enojado con ustedes. - Pasó saliva. — Pero dime una cosa... - asentí pidiéndole que continuara. — él se divirtió?

Levanté un poco las cejas. Cualquier padre prefiera la seguridad. El padre de Michael era un buen hombre. Padre soltero y luchador. Ante su pregunta yo asentí con una sonrisa y luego él sonrió. Se le notaba más tranquilo.

— ¿Quieres pasar a verlo? - No tardé en asentir. Él hizo lo mismo y nos levantamos juntos. Suspiré suave caminando detrás de él hasta que llegamos al cuarto. — Está consciente. Hablen un rato, le avisé a tus padres antes de venir rápido hasta acá así que no tardan en venir por ti. - Asentí de nuevo y luego de que él se fuera, entre al cuarto viendo al chico envuelto en tibias sabanas conectado a una aguja mientras mantenía la sonrisa en su rostro.

— Me diste un susto de muerte. - Le acuse. — Creí que habías muerto! - Suspiré suave y solo sonreí al escuchar su suave risa.

— Lo siento. No creí que pasara, Luke. - Empezó y negué restando importancia. — Pero hey, ya estoy bien y gracias a ti, Luke. Eres un gran chico. Noté algo estando a tu lado... - Su voz se hizo más baja. — Deberías hablar con tus padres. Ellos te adoran y te amaran sean cuales sean tus gustos. - Fruncí un poco el ceño y luego asentí.

— Ahora estamos contigo, Mike. No creí que te agarrara rápido la hipotermia grave. No creí que hiciera tanto frío... Debiste avisarme y te hubiera dado otra chaqueta. - Le regale y luego agie un poco mi cabello.

— Si, uh... Tal vez no sirvió mi chaqueta. - Aquel tiempo de silencio me hizo sospechar que había algo más pues el pelirrojo llevaba la chaqueta y un gran suéter. Le volví a restar importancia, solo eran cosas mías.

— Bueno, mis padres están fuera. Debo irme, pero... Te veo mañana en la escuela. - Sonreí viéndolo y el asintió, me dejo más tranquilo.

— Adiós Luke. - Me acerqué a su camilla y luego de un cálido abrazo, no pude evitar dejar un pequeño beso en su tibia mejilla como despedida.

— Te quiero, Mike. - Le hablé al oído como si fuera un secreto y me alejé sin darle tiempo de responder.

Salí del cuarto y caminé por el pasillo viendo a mis padres allí. Rápidamente mi mamá me abrazó y mi papá se acercó a nosotros.

— ¿Estas bien, cariño? - Susurró ella. Yo solo asentí y besé su mejilla calmándola. — Estoy bien, estamos bien. - Sonreí de lado.

— Nos llegamos a asustar mucho, campeón. - Le sonreí a mi papá y luego recibí la chaqueta que me traía en el brazo.

— Adiós señor Clifford. - Me despedí al igual que mis padres y suspiré caminando hasta la salida. Allí me despedí de Camila de lejos y ella lo respondió con una gran sonrisa en los labios. Sí ella fuera más joven...

No, me estaba gustando Michael.

Hey ángel. ||m u k e||Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum