~VI~Serpiente contra León

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Los rumores de cómo la jefe de leones le bajaba puntos a Slytherin, a la misma velocidad con que lo hacía el jefe de las serpientes, comenzaba a resonar por el colegio, pero aún no había llegado del todo a oídos del pocionista, o más bien no había puesto atención con las últimas cosas que hacía, y esas cosas eran una multiplicada por mil, "mantener en total raya a Potter y sus inútiles amigos".

El ex mortifago ni siquiera se había detenido a revisar los tableros de puntaje en las casas, así de ocupado estaba.

Después del caos sucedido en el corredor, Scarlet quedo muy alertada por lo que pasaba, así que se dedicaría a proteger el colegio.

Para ese día no quiso ir con ropas muy pesadas, por lo que solo iba con su falda larga hasta el suelo y una camisa manga larga de seda con su habitual camafeo en el cuello, rematando con su cabello totalmente suelto.

Así era mejor para poder moverse cuando sucediera algún imprevisto como la ocasión del corredor.

— ¡Profesora Scarlet!

La aludida freno su caminar de inmediato, ¿Lo había escuchado bien? ¿Le llamó por su nombre?, bueno ella misma pidió que le dijeran así, pero ahora se arrepentía, era lo que menos quería ver por el resto del día, giró sobre sus pies para verlo acercarse con agitación, era claro que había corrido—. Buenas, profesor Lockhart.

—Buenas, madame, se ve radiante hoy —sonrió coquetamente el mago, besando el dorso de su mano.

Scarlet sonrió tan fingidamente, pero no fue maleducada con su acción—. Gracias, ¿Apenas va a su clase?

—Aun no, tengo una hora libre, la acompañaré hasta su clase para que no vaya sola.

—"Lo que me temía" —pensó la Nobeless, ¿Y ahora como se libraría de esa?

—Eh...profesor Lockhart... —interrumpió la plática una alumna de Ravenclaw—. Lamento interrumpir pero venía a darle los trabajos que solicitó, recogí todos.

Esa era la oportunidad de la mujer para salir de ahí como nunca—. Profesor Lockhart se me hace tarde para mi clase, no lo retengo más tiempo ya que la señorita requiere que le atienda.

—No, espere... que tal una taza de té en la tarde —el mago trató de convencerla apenas.

—Lo siento profesor debo irme o no daré mi clase a tiempo —dijo Scarlet haciéndose como la que no escuchó el comentario, caminó tan rápido por los corredores como le era posible, hasta que al doblar la esquina cayó de sentón al suelo.

— ¡Que acaso no ven por donde caminan!

Scarlet solo se concentró unos momentos en tallarse un poco la cadera y además de soportar un leve dolor de cabeza por la agitación de la caída—. Disculpe, iba con algo de prisa.

Snape palideció al notar quien era la persona en el suelo, se agachó de inmediato para ayudarla—. Me disculpo por mi falta.

— ¡Oh!, pero si es usted profesor Snape —sonrió con diversión la bruja, quien diría que se toparían así, aceptó gustosa la mano del pocionista, que la ayudó a levantarse.

—Perdone, no sabía que era usted... —fue callado al sentir el suave toque del dedo índice de la dama sobre sus labios.

—No se preocupe, fue en parte mi culpa por no estar pendiente a mi alrededor —sonrió, retirando su dedo y poniendo atención ahora a su falda, sacudiéndose un poco ya que se había ensuciado por el polvo.

El hijo preferido «Dinastía Merlín»¹Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon