~XVIII~ Linea

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Aquel suceso se regó como pólvora, la noticia incluso había alarmado al profesorado. Pero como siempre el anciano director tenía sus métodos para calmar a los implicados externos.

Incluso se había hecho una pequeña reunión solo con los profesores de más confianza, Minerva, Snape y Pomfrey fueron citados a la oficina directiva para ponerse de acuerdo con las rondas de vigilancia.

Este hecho era más porque la medimago había descubierto en dos ocasiones a Lockhart, en su vano intento por acceder a la habitación de la profesora, donde era tratada para evitar visitas.

Solos ellos cuatro incluyendo la elfa podían acceder sin restricciones.

—Que acaso no ha entendido.

El pocionista reconocería la voz de Pomfrey donde fuera que estuviera, la medimago sí que estaba molesta.

—Por favor, quiero saber cómo está de salud.

—Se puede saber qué está pasando aquí —tuvo que intervenir de inmediato el ex mortifago.

—Oh, por suerte has llegado —expresó aliviada Pomfrey que aún bloqueaba la entrada de la habitación—. Sucede que el profesor Lockhart desea entrar, más el director ha dado órdenes que nadie más entre, solo los encargados de vigilar la torre.

—Qué extraño, se supone que el profesor Lockhart es muy obediente ante las reglas del director —comentó el mago con sarcasmo.

El rubio no dejaba de verlo con mucha molestia—. Eso mismo me pregunto, se supone que no debes estar tampoco aquí.

—El director me ha encargado la vigilia junto con la subdirectora McGonagall —la respuesta cual serpiente al apenas abrir sus labios, provocó que el mago rubio quedara mudo.

Sin duda esta reacción lo degusto Snape, ya que le presumió quien era de mayor confianza en esa situación.

—Como dije, nadie puede acceder, retírese por favor profesor Lockhart, muy pronto sabrá de la salud de la Merlina —recalcó la medimago.

—Pero puedo ayudar con cuidarla, tengo la medicina perfecta para su desmayo.

Que fue a decir Lockhart, se atrevió incluso a poner en tela de juicio las habilidades de Pomfrey quien enfurecida comenzó a empujarlo.

—Asumiré que no escuche ese insulto, ahora le pido retírese.

Snape mejor se hizo a un lado, la bruja estaba furiosa. Mira que poner en duda las capacidades de la mejor medimago de esa época era como dudar de la decisión tomada por Dumbledore.

—No sé de donde saco Dumbledore a este mago —decía en voz alta Pomfrey al regresar—. Por suerte no le permití acceder con esas según pociones.

Ese dato llamó la atención de Snape—. Que pociones.

—Lo que dijo hace un momento, según tiene el remedio indicado. Lleva diciendo eso desde que empezó a venir, pero no dejaré que use esas cosas. Aquí el único pocionista oficial eres tú y solo uno se requiere nada más.

El ex-mortifago solo asintió, retirándose del sitio para continuar con su ronda, aunque pasaría por cierta oficinita del aula de DCAO teórico.

~Londres, capital~

Observo todo el lugar al llegar a través de las sombras de espinas—. ¿Es en serio?, debajo del palacio.

—En realidad la reina Isabel es muy hospitalaria, me preparó una habitación en su palacio de Buckingham —explicó la elfa sin dejar de leer los documentos, mientras señalaba con la pluma hacia el techo—. Pero debemos ser silenciosos, más aún con el caso de los niños.

El hijo preferido «Dinastía Merlín»¹Where stories live. Discover now