Capítulo 46

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Vio a su alrededor un poco furiosa, ese día había optado por no beber una sola gota de alcohol para no hacer algún tipo de estupidez que la delatara, sin embargo allí estaba Yura delante de ella, más borracha que quien sabe que, se reía a carcajadas de un chiste pendejisimo que Renkotsu le había contado, luego estaba Sango que en medio de Suikotsu y Mukotsu les servía tragos a ambos como si no existiera un mañana, a su lado estaba Kyokotsu total y absolutamente dormido, algún pobre estúpido lo había retado a beberse media botella de tequila de una sola vez y aceptó creyéndose todo un macho, 10 minutos después cayó prácticamente muerto sobre la silla en la que estaba sin mover un solo músculo, un poco molesta se dio media vuelta para buscar a Jakotsu, tal vez él podía ayudarla a parar esta locura y que todos ya se fueran a dormir, sin embargo lo vio gritando como un loco en la playa que había visto luces en el cielo asegurando con toda convicción que se trataba de ovnis; disgustada se dio un golpe en la frente y se giró de nuevo, en la piscina estaba Bankotsu, con el último trago de cerveza en la mano y viéndola directamente a los ojos, ella se incomodó pero no dijo nada y trató de desaparecer de su rango de vista tras unas palmeras. Estaba harta de la borrachera que esos se habían pegado. ¿Que qué hacían allí? Pues la respuesta era simple, después de que los dejaron encerrados en la bodega y por fin salieron, aceptaron que habían arreglado sus diferencias pero omitieron contar que se habían cogido como animales allá adentro. Sango entonces les enseñó fotos de su nueva posesión y el motivo de su estreno, el cumpleaños de Kagome sería celebrado allí, un rancho privado a todo lujo con vista al mar con 4 habitaciones, una gran piscina con mesa dentro de la misma para beber y comer, una cocina equipada y al frente una pequeña terraza con hamacas, sillas y equipo de sonido.

Sango: Este es tu regalo de cumpleaños Kag, un fin de semana en este lugar todos juntos, como en los viejos tiempos.

La idea la hizo palidecer, tenía tiempos de no ir a un lugar como ese después de todo lo que había pasado y tenía una idea de cómo iba a ser aquello… Quiso protestar pero de inmediato todos estuvieron de acuerdo y sin poder negarse por su propio cumpleaños aceptó ir… 

Kagome: *Abrió mucho los ojos* ¿Que..? ¡¿Qué haces aquí?! Vete antes de que alguien te vea.

Le amenazó tratando de empujarlo contra su pecho para hacerlo retroceder, pero él no se movió, por el contrario cerró la puerta a sus espaldas viendo la mirada aterrada de Kagome.

Kagome: Te dije que te fueras *Molesta*

Bankotsu: ¿Por qué huyes de mi? ¿Cuál es el problema si ya nos reconciliamos?

Kagome: Aun no le he dicho a Sango y a Yura, además si alguien más se entera…

Bankotsu: ¿Quién más podría enterarse? Mis hermanos y tus amigas no abrirán la boca, menos para decirle a Sesshomaru.

Kagome: Aun así no me parece correcto *Frunció ambas cejas*

Bankotsu: A ver chica correcta *Roló los ojos* Ya cogimos sin que él lo supiera *Ella le hizo mala cara* ¿Que afecta una o dos veces más si no va a sospechar nada?

Kagome: Eres incorregible Bank, Sango en verdad cree que amo a Sesshomaru y se va a decepcionar si se entera.

Bankotsu: ¿Qué importa lo que Sango piense? *Empezó a acercarse a ella hasta acorralarla en la pared* Hasta tu misma sabes que lo de ese perro es mentira, tu me amas a mí.

Kagome: Bank, es mejor que primero termine definitivamente con él antes de avanzar… *Nerviosa* No quiero que mis amigas piensen…

Bankotsu: ¿Qué importa lo que piensen esas pendejas? 

Colocó sus manos en su cintura, al instante se estremeció con su tacto en la piel directa entre la parte alta del bikini y el short de lona diminuto que cubría sus partes íntimas, suspiró tratando de contenerse, la piel canela de Bankotsu era un poderoso imán para ella, difícil de ignorar.

Pobre Chica RicaWhere stories live. Discover now