Capítulo 4

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CAPÍTULO 4.

Kagome no habló, se limitó a cubrirse más con la toalla, entonces Bankotsu reaccionó… ¿Desde cuando se interesaba tanto en una chica? Además también reaccionó en cuanto a la situación, ella apenas estaba cubierta por la toalla, sin poder evitarlo notó todo aquello que su uniforme cubría, sus delicadas piernas, la estrechez de su cintura y los senos que aun no podía distinguir su tamaño debido a la posición que ella misma había adoptado para llorar.

Bankotsu: Perdón.

De inmediato se puso de pie para evitar verla más de lo debido, si bien era cierto que tenía una fuerte debilidad por las curvas de la mayoría de mujeres, la situación no era apropiada con Kagome y se hizo a un lado para luego sentarse a la par y esperar a que ella misma se calmara, ella apoyó su cabeza en el hombro de él y Bankotsu se empezó a sentir extraño y nervioso, minutos más tarde, ella dejó de llorar, secó sus lágrimas y se incorporó, apartó las manos del busto y Bankotsu no pudo evitar ver aquel par de impacto, dejó de verla tan rápido como pudo antes de empezar a maquinar cosas en su cabeza, si antes la chica no le había parecido atractiva ni por aquel rostro angelical que había visto, ahora se arrepentía mucho.

Kagome: Gracias por ayudarme Bankotsu.

Se giró para verla y ella ya se había puesto de pie para buscar ropa en el closet, se sorprendió de ver la poca ropa que tenía amontonada en una esquina del gran mueble, de seguro Sango ya le había amenazado con apropiarse del 99% de toda la habitación.

Bankotsu: Vaya… es la primera vez que te escucho agradeciéndome por algo en todo el dia.

Kagome: No suelo ser muy… simpática con el tipo de personas que ahora me rodean… y yo tampoco les caigo bien por ser..  hija de una mucama.

Bankotsu: Eso es una pendejada.

Kagome: Lo es… pero nadie puede hacerlos cambiar de idea.

Bankotsu: No deberías dejar que te traten mal.

Kagome: Me tomaron desprevenida *Sacó su pijama y la puso sobre la cama* ¿Te importaría…?

Bankotsu desvió la mirada a las prendas y luego a la toalla de Kagome, inmediatamente se giró un poco avergonzado, odió sentirse así porque nunca había actuado de esa manera con una chica, pero suponía que era diferente porque nunca había ayudado a una mujer como lo había hecho hasta ese dia.

Bankotsu: Yo deduje que esto pasaría pero no creí que fuera tan pronto…

Kagome: ¿Que? *Se coloca la pijama*

Bankotsu: Se que tu padre era la persona más poderosa de todo Japón, sabía que te tenían envidia y que no les agradabas por tu posición… no cualquier mucama consigue embarazarse de alguien como el señor Higurashi.

Kagome: ¿Tú también vas a hablar babosadas de mi? *Indignada*

Bankotsu: No lo digo en mala manera… *Se disculpó*

Kagome: Ya puedes voltear…

El moreno dio media vuelta cuando y la vio vestida con esa pijama de seda color rosa, compuesta por una camisa de tirantes y un pequeño short, Kagome se metió a la cama y se colocó la sábana encima mientras agarraba un peine para cepillar su cabello, la escena le pareció sencillamente tierna a Bankotsu.

Kagome: ¿Por qué no me advertiste que esto podía pasar? ¿Querías que todos me trataran mal?

Bankotsu: No lo quería… simplemente paso antes de lo que creí… le dije a papá que te iba a cuidar y es lo que pienso hacer.

Pobre Chica RicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora