Cuñadas

85.9K 4K 6.1K
                                    

Esta mañana me resultó menos violenta cuando sonó el despertador. En realidad, pensar eso es mentirme a mí misma. El despertador y yo somos enemigos mortales. Pero hoy no me moriré de sueño porque me acosté temprano anoche.

Estoy en la tercera hora de clase y me siento espabilada. El profesor de Biología parece que habla de alienígenas. ¿Protozoos? ¿Eucariotas? ¿Parásitos? Me suena a una invasión de seres microscópicos que se meten en nuestros cerebros y nos infligen daño desde dentro. Por lo menos miro atenta al profesor.

Si Laura supiera lo que pasa por mi cabeza, seguro que se reiría de mí. Tanto que la he juzgado y soy la primera que se distrae con tonterías. Ella está sentada a mi lado tan concentrada como ayer. Su facilidad para responder a todas las preguntas que formula el profesor me abruma. Levanta la mano con suavidad, como una pluma mecida al viento. Contesta una cuestión tras otra como si recitara un poema. Es, de lejos, la mejor alumna de mi grupo. Me hace pensar que es una superdotada en los estudios.

A Eric y a mí se nos había olvidado mencionarle que nos levantaríamos pronto para que él tuviera tiempo de repasar antes de sus exámenes. Tuvimos que despertarla, al menos para avisarle de que nos íbamos, pero quiso acompañarnos. Turnarse para el baño, preparar el desayuno, todo fue un caos. Pero aquí estamos.

La clase de Biología termina por fin. Toca el recreo, se nota el estruendo por los pasillos después del timbre. Recojo mis cosas a toda prisa, parece que quiero huir de un tornado. Mi apuro se debe a que tengo ganas de encontrarme con mi amiga Claudia, quiero contarle todo lo de ayer con lujo de detalles. Me echo la mochila a la espalda. Estoy a punto de correr.

—Ana...

Esa melódica voz me frena.

—Esto... No conozco a nadie. ¿Puedo ir contigo? Por favor...

Laura me lo pide con tal amabilidad que me hace recapacitar. Si es que soy una maleducada. Es mi cuñada y he estado a punto de abandonarla como un perro.

—Claro. Ahora somos familia, no tienes que pedirme una cosa como esa —digo.

—No quiero ser una molestia. Supongo que tienes tus propias amistades. Por eso pregunto. A lo mejor no les gusta relacionarse con una extraña como yo. No me gustaría dañar tu imagen.

Laura me sorprende con su comentario. Creo que, de algún modo, quería hacerme saber que había escuchado mi conversación con Claudia ayer. Me sabe tan mal.

—Oye, no eres una extraña. Te vienes conmigo a partir de ahora. Y no soy tan popular como crees, solo tengo una amiga de verdad y me llevo bien con casi todos mis compañeros, pero eso es todo. Venga, vamos, que el recreo dura un suspiro.

Le froto el hombro. Su ánimo se estabiliza, me sonríe con gentileza.

Marchamos juntas al patio en medio del tumulto que me recuerda a un rebaño de ovejas. Distingo a Claudia junto a nuestra pared favorita cerca de las puertas al aire libre; es como si llevara nuestros nombres grabados. Intuyo que Claudia también nos ha visto terminando de bajar las escaleras. Esa mirada burlesca suya lo dice todo.

***

—Claudia, te presento a mi cuñada Laura.

La conozco muy bien, no le ha gustado la sorpresa. Muestra su sonrisa forzada intentando camuflar su expresión de asco.

—Así que esta es la famosa Laura —dice Claudia con su tono sarcástico.

—Laura, esta es mi amiga Claudia.

—Encantada, Claudia.

Se dan dos besos, prácticamente por impulso de Claudia. Su rostro malicioso me preocupa.

La hermana de mi novio [Disponible en físico en 2 tomos + Extras]Where stories live. Discover now