Entrenamiento Peligroso

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—Habéis llegado un cuarto de hora antes, muy bien. Me gusta vuestra disposición. Seguid así y el castigo se convertirá en recompensa para la nota final —dice Bernarda mientras nos mira con cierta insinuación abrumadora. Es normal que llegáramos demasiado temprano, Laurita puso el turbo por gusto—. Aprovecharé para presentaros el equipo femenino juvenil de voleibol del cual te encargarás, Ana. Tú tranquila, ellas saben lo que tienen que hacer. Y tú, Laura, asistirás recogiendo pelotas y organizando el material. Tampoco te preocupes demasiado, las alumnas suelen ser disciplinadas y dejan las cosas en su sitio.

Las instrucciones de la profesora son claras, no parece que sea una labor muy pesada. Bernarda nos guía por el interior del polideportivo hasta las canchas. Aquello parece un panal de abejas alborotadas por la cantidad de alumnos que hay correteando y chillando. En un lateral abundan los niños de primaria, verdaderos pitufos revoltosos, jugando con pelotas. Cruzo los dedos para que la sargenta no me asigne esa banda de mocosos, no tendría paciencia como monitora de críos. En el otro extremo hay un equipo de fútbol infantil, fácilmente apreciable por sus uniformes y los balones. Esos están más pacíficos comparados con los otros, aunque no dejan de actuar como hormigas huyendo de un hormiguero inundado. También cuenta que tienen su propio entrenador, un chico joven y en forma. En el centro están las adolescentes que componen el equipo de voleibol. Todas poseen una apariencia deportiva y parecen amigables a primera vista.

Bernarda nos presenta a las diez chicas después de avisarle a voces al joven entrenador de que somos sus nuevas monitoras. La capitana del equipo, Flor, es especialmente simpática con Laurita y conmigo. Se nota que es la cabeza de la manada porque las demás la siguen cuando solicita aplausos de recibimiento. Si ella me respeta, todas lo harán, y espero que sea así porque me sacan entre uno y dos años y eso se les puede subir a la cabeza. La profesora me explica brevemente el proceso de entreno habitual, no muy diferente al del instituto, y me deja a mi aire, remarcando que ella estará cerca con la jauría de niños por si la necesitamos y que la capitana me echará una mano.

La primera misión de Laurita es buscar el carro de las pelotas mientras yo controlo el calentamiento. Me cuelgo el silbato, me ubico delante de las jugadoras y observo a mi cuñada andando al almacén.

—Muy bien, chicas, manos en la cintura. Vamos a calentar —ordeno.

—Venga, chicas, hoy será ligero —comenta Flor con un tono burlesco que me incomoda, en especial por las risitas que surgen detrás.

No le doy mucha importancia y continúo con el ejercicio. Movimientos de cintura. Todo debería ir sobre ruedas, pero veo algo que me disgusta de verdad. El entrenador ha dejado a sus niños calentando y ha corrido hasta alcanzar a Laurita. Le habla con excesiva cercanía junto a la puerta del almacén de los materiales. ¿Y este qué busca? ¿Por qué se atreve a saludarla con dos besos? ¿No se ha enterado de que ella es menor?

—¿Habéis traído un saco de dormir? Estoy que me duermo —dice Flor burlona y provoca una risa colectiva.

—Oye, ¿tienes algún problema? —Me empieza a molestar. Se hacía la amable delante de la profesora, pero es una desgraciada.

—Es que nos duermes con esta eterna danza del vientre tan aburrida —dice la jodida capitana y observo al entrenador poniéndole la mano en el hombro a Laurita. ¿Por qué la toca para hablar?

—¿De qué vas? ¿Te crees el centro del mundo por ser la capitana del equipo? —El tono escapa a mi control y las risas se extinguen.

—¿Todo bien por ahí? —nos vocifera la profesora.

—Sí, entrenadora —responde Flor y desliza su cola de caballo castaña por encima de un hombro. Se dirige a mí con más formalidad—. Ana, no te pongas así. No lo decía a mal. Es que estamos acostumbradas a que nos den gas. Esto no es como en Educación Física. Si te parece bien, deja que te enseñe cómo lo hacemos y el próximo día mandas tú.

La hermana de mi novio [Disponible en físico en 2 tomos + Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora