| Epílogo |

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Al principio era todo fuego y calor. Las llamas abrasaban su piel seca y su alma envenenada. Los escombros le cayeron encima, y no pudo moverse hasta que ya sintió como su espíritu abandonaba su propio cuerpo. Fue una sensación extraña, que hizo que todo se volviese negro por unos momentos.

De pronto, el calor abrasador desapareció. William sintió como si se encontrase en otro lugar completamente diferente. Logró abrir los ojos. Estaba en un cuarto oscuro, donde se respiraba una brisa fría, una situación totalmente opuesta a la anterior.

Miró a los lados, no había nada ni nadie. Se sentía raro, como si hubiese despertado de un sueño interminable. Entonces, se dio cuenta. Tenía los dos brazos. Miró sus manos sorprendido. Eran manos de humano. Se tocó la cabeza y la cara, notó que tenía sus verdaderos ojos, que todavía resplandecían con su color gris, y también tenía su característico pelo negro.

Sentía que volvía a ser él. Notó que tenía algunas arrugas y por esas marcas se dio cuenta a la perfección; tenía justo la edad de cuando se metió en Spring Bonnie aquella tormentosa noche de 1993.

Y aún así, no se sentía vivo. Se tomó el pulso, pero no sentía nada. El corazón no funcionaba, y los pulmones levemente hacían movimiento. William entonces intentó hablar, pero apenas le salían algunos sonidos de la garganta. Intentó sentir alguna emoción. Estaba solo, debía de sentir miedo, impotencia o tal vez hasta tristeza.

Pero lo máximo que podía llegar a sentir era un odio irremediable en su interior. William puso su mano en su frente, y notó como un frío helado le helaba la piel. En ese momento no tuvo más dudas de ello: estaba muerto.

Al principio no parecía pasar nada. El señor Afton decidió seguir caminando por esa interminable sala oscura, donde no parecía haber nada. Por unos instantes llegó a pensar que había alcanzado alguna habitación peculiar del Infierno; un vacío interminable donde estaba condenado a pasar su eterna vida.

Pero de repente algo sucedió. Se empezó a sentir un temblor que crecía fuerza por cada segundo. El suelo empezó a quebrantarse y las paredes se rompieron como si fuesen de cristal. William miró a los lados, sin poder reaccionar ante nada. 

De pronto todo cambió. William abrió los ojos. Ya no se encontraba en aquella sala oscura y fría. Miró a su alrededor. Todo se le hizo muy familiar. Estaba en una sala con forma de rectángulo, llena de polvo y telarañas. El suelo y techo estaban pintados al estilo de un Freddy Fazbear's Pizza. También habían tres máquinas arcade desenchufadas.

William miró a su espalda. El traje sin vida de Spring Bonnie se encontraba ahí, por alguna razón inexplicable. Es como si hubiese viajado en el tiempo, al momento de su verdadera muerte.

Abrió la puerta falsa de aquella pared, y se encontró de nuevo en la tercera pizzería de Freddy's, la de principios de los años 90. Miró a su alrededor. Todo estaba lleno de telarañas y ratas, pero, aún así, no estaba todo tan oscuro como debería, como si fuese todo un sueño mal estructurado.

Se escucharon estruendos lejanos que iluminaron el escenario, donde se encontraban los tres miembros de la banda. Freddy Fazbear, Bonnie y Chica parecían estar completamente pasivos y desactivados. Pero en el momento en el que se apagaron las luces todo cambió.

En ese mismo instante todo se volvió negro. William se sintió intranquilo. Siguió adelante, intentando buscar la salida en plena oscuridad. 

Entonces, una voz, la del conejo morado.

—¿Qué es esta nueva prisión? ¿Soy yo quien está atrapado, o eres tú? Tal vez seamos los dos.

Al rato, la de la gallina de color amarillo.

Five Nights at Freddy's - Donde las Memorias Nunca Mueren |FNAF Fanfic|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora