| Parte VI | Capítulo 2: Reunión Familiar

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El sonido del timbre devolvió a Michael al mundo real. Afuera hacía un día bastante nublado, y desde las calles emergía una extraña y abrumadora niebla. En el umbral de la puerta se encontraba aquel con quien había hablado hace poco. Afton le dio la bienvenida.

—Oh. Hola, Henry.

—Buenas tardes, Michael —contestó el recién llegado—. Vengo a hablar sobre una cosa rápida, si no te molesta.

—Para nada. Entra, por supuesto —respondió Michael, echándose a un lado.

En cuanto Henry entró pudo comprobar que el hogar de Michael era lo más parecido al de un vampiro. La casa permanecía prácticamente a oscuras. Las cortinas nunca dejaban pasar la luz solar, mucho menos un día tan nublado como ese. La única luz encendida en toda la casa era la de una pequeña lámpara en el salón, al lado del sofá, y allí transcurrió la charla.

—¿Quieres un té o algo? —preguntó Michael.

—Oh, no. No soy de té —Henry se sentó en el sofá—. De todas maneras no pienso tomar nada. Quiero ir al grano.

—Vale —contestó Michael, sentándose en frente suya—, pues ve al grano.

Henry miró fijamente a Michael. Lo cierto es que hacía mucho tiempo que no le veía la cara, y todavía no podía creer lo que le había pasado. Quien alguna vez había sido un adolescente rebelde y travieso ahora era un hombre de más de cincuenta años a quien la vida no le había tratado muy bien.

Ya habían pasado casi dos décadas desde el horrible incidente de Circus Baby's. Henry y Michael apenas se hablaban, pero en ese momento el señor Afton tuvo que pedirle ayuda. Emily no dudó en ayudarle con las operaciones y trasplantes, para mejorar el aspecto de muerto viviente de Michael.

A pesar de ello ambos permanecían muy separados. Apenas se dirigían palabra, y un aura de incomodidad y malos recuerdos siempre llenaba el ambiente cada vez que se miraban. Sin embargo esta vez el destino los había juntado, para bien o para mal, por un bien común:

Hace ya unas semanas un comunicado llamó la atención de todos los periódicos y telediarios; el dueño de Fazbear Entertainment, Henry Emily, acababa de anunciar que pensaba revivir Freddy Fazbear's Pizza una última vez. Puso a la venta la franquicia con la esperanza de encontrar a alguien que fuese ingenioso en la gestión de restaurantes.

Varias personas y empresas empezaron a llamar la atención de Henry con promesas hacia el futuro; pero solo una, la de un conocido, le interesó de verdad.

Michael Afton llevaba años, o mejor dicho, décadas escondido en las sombras. Nunca salía, vivía como un completo vampiro, a quien sus actos y recuerdos atormentaban cada día. Esa amargura le hacía creer que moriría así: solo, sin familia, y con el sentimiento de no haber hecho nada correcto en su vida.

Ese anuncio le hizo cambiar de parecer. Siempre había sentido una admiración por la franquicia de Freddy Fazbear, a pesar de lo mal que lo pasó con la de Circus Baby's. La reputación de Fazbear Entertainment estaba manchada con todos aquellos crímenes cometidos en sus locales; crímenes que fueron cometidos por su propio padre.

Sin embargo, si era capaz de tomar el control de Freddy, y convertirla en una franquicia de verdad, sin crímenes, ni sangre, ni muertes, tal vez, solo tal vez, se podría sentir bien conmigo mismo; y podría irse a la tumba, sabiendo que había limpiado el nombre de Fazbear, que su padre había manchado sin piedad.

—Debo hacerlo —afirmó Michael—. En cuanto encontré y leí sobre el trabajo lo supe con claridad. Le he dado varias vueltas, pero estoy seguro. Siento que yo debo de ser quien lo haga. Podré limpiar todo aquello que se hizo mal en el pasado, y afrontarlo.

Five Nights at Freddy's - Donde las Memorias Nunca Mueren |FNAF Fanfic|Where stories live. Discover now