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|Capítulo Narrado |

Helston, Inglaterra. 2 de Mayo. 1998.

Había sido una noche inquietante, Marla había dormido en el sótano debido a que sentía miedo de que cualquier persona viera las luces encendidas de la casa. Lamentablemente no había conseguido ninguna poción multijugos por lo que no pudo cambiar su apariencia. Despertó a eso de las nueve de la mañana, exaltada y confusa por no recordar el lugar donde se hallaba. Cuando se percató que se encontraba en el sótano se sintió tranquila, la había perturbado ver tanta  oscuridad.

Se levantó despacio para evitar marearse, pero en cuanto hubo despejado su cabeza de la somnolencia, se incorporó y subió las escaleras al primer piso. Tenía que comunicarse con Draco de cualquier manera. Sacó del bolsillo su varita y se colocó frente a la chimenea.

— Draco Malfoy. — susurró.

Esperó unos segundos de manera impaciente.

¿Qué pasaba si no era él quién estuviera cerca de la chimenea?

Comenzó a sentir desesperación, pero de pronto algo le tranquilizó.

La voz del rubio se materializó de entre las llamas y su rostro también.

— Marlie. — susurró sonriente.

Marla se arrojó al suelo de rodillas, sonriendo en todo momento a la chimenea. Al fin, después de tantos meses podía ver al rubio. El rubio que tantas cosas le había hecho sentir. No podía creer que realmente fuera él, de cierta forma su inteligencia siempre la mantenía a la defensiva. Por lo que debía de ponerle a prueba.

— Espera, tengo que saber si es que realmente eres tú. — dijo Marla con aprehensión. — Dime ¿Cuál es mi segundo nombre?

Casi nadie sabía cuál era el segundo nombre de la chica, ya que jamás lo utilizaba, ni en la escuela ni en ninguna parte. Casi nadie sabía que tenía un segundo nombre de hecho.

— Pues tu segundo nombre es Claire. —contestó el joven del otro lado de la chimenea. — ¿Estás satisfecha?

La muchacha sonrió y sintió unas ganas enormes de abrazarle en ese momento, más debían de esperar un poco más. No quedaba mucho para que ellos se reencontraran, por lo que estaba dispuesta a esperar un poco más.

— Draco ¿Dónde estás? ¡Tenía pánico de que no fueras tú quien viera la chimenea!

— No, tranquila. No estoy en casa, he venido rápidamente a una cabaña que tenía la familia de mi madre, pero debemos irnos antes de que noten mi ausencia. — anunció el joven. — El señor tenebroso piensa ir a Hogwarts hoy.

— ¡¿Qué?! — exclamó la muchacha. — ¿Para qué?

— Al parecer la mente de Potter y la de él están vinculadas, sabe que él y sus amigos llegarán hoy a Hogwarts, más no se sabe cuánto. Snape y los Carrow son los encargados de capturarle, pero debo estar en la Mansión cuanto antes o me mataran.

— Draco ¿Cómo estás?

— Estoy destruído, más ya tendremos tiempo de conversar Marlie ¿Y tú? — Draco sabía que ella estaría muy afectada por la situación que había vivido hace unos días atrás con su padre, no era fácil para ella, ya que él era prácticamente la única familia directa que ella tenía.

— Estoy bien, no quiero hablar de eso  ahora si te soy honesta, creo que no me hace ningún bien.

— Marla, si nos vamos debemos hacerlo ahora, no tenemos tiempo que perder. Quien tú sabes está perturbado y solamente está pensando en Potter en este momento, por lo que es la instancia precisa para irnos.

Querida Traidora [Draco Malfoy] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora