Querida Traidora [Draco Malfoy]

23.

|Capítulo Narrado|

Marla y Hermione caminaban entre los pasillos del castillo, a Gryffindor y a Ravenclaw les tocaba la primera clase de defensa contra las artes oscuras en conjunto según el horario. Antes habían estado pegando volantes para promocionar el club de lectura, así que decidieron caminar juntas hacia el salón.

— Marla, debes tener cuidado. Sabes que Malfoy no es una buena persona. — le indicó Hermione tras enterarse de la repentina cercanía de ambos estudiantes.

— Hermione, no tienes que preocuparte, sé cuidarme sola. Además él no ha mostrado ninguna mala actitud hacia mí. — contestó con tranquilidad — ten claro que si algo llegara a pasar me alejaría de inmediato.

— Aún no entiendo por qué se empezaron a acercar.

Marla no se lo había contado, solamente lo sabía Neville.

— El año pasado al final del año me devolvió unos pergaminos con la tarea de pociones, yo los había perdido.

— ¿Me estás tratando de decir que él te los devolvió?

— Sí, tenían mi nombre y si no los hubiera recuperado, Snape me hubiera reprobado. — le comentó al recordar la historia.

— ¿Te los devolvió sin pedirte nada  a cambio? — cuestionó la leona.

— Pues sí.

— No lo creo ni en un millón de años, estoy segura de que está tramando algo, ten cuidado por favor.

— Hermione, tranquila. No quiero parecer desagradable, pero que ustedes junto a Ron y a Harry tengan problemas con él, no quiere decir que todos los estudiantes vayan a tenerlos. — le rebatió Marla.

—¿Le estás defendiendo? — le acusó la castaña.

— ¿Qué? No puedo creer que tomes esta actitud infantil Hermione, creo que tú y tus amigos deberían madurar e intentar solucionar sus conflictos o evitarlo.

— ¡Él es quien me ha llamado sangre sucia desde que me conoce!

— ¿Y tú tendrás la misma actitud ridícula? Hermione, pensé que eras la más inteligente. ¿Acaso te sientes identificada por sus dichos? Si él tiene esos modos con ustedes, es porque  le han dado el poder de cierta forma.

Hermione no tuvo qué objetar. De cierta forma su compañera tenía razón.

— Sabes que los bravucones se alimentan del miedo o de las reacciones que causan en los demás, si no le dieran esa importancia, él no sería nadie aquí. — soltó antes de que entraran en el salón.

Marla fue a sentarse junto a Neville de inmediato y Hermione se sentó junto a otra chica de Ravenclaw en la parte de adelante del salón. La sala era un barullo total, todos reían y hablaban de cosas casuales antes de que llegara la maestra.

Padma junto a Parvati hicieron un avión de papel y comenzaron a volarlo con la varita. Entre todos los estudiantes comenzaron a mantenerlo en el aire, las risas no se hicieron esperar y la algarabía del trabajo en equipo. Hasta que de un repente el avión de papel se convirtió en cenizas y aterrizó en medio de la mesa de las gemelas Patil.

— Buenos días niños. — una voz chillona resonó entre los gritos de los estudiantes. Todos se volvieron hacia la puerta trasera del aula, la mujer que se había presentado con maestra de defensa hizo su aparición.

Era regordeta, de cabello castaño y corte masculino, además de tener unos rasgos muy poco agraciados.
— Ella no me produce nada de confianza — Neville le susurró a Marla en el oído, evitando que la profesora se diera cuenta. La chica asintió, ya que pensaba de igual manera que su amigo.