70.

972 133 4
                                    

|Capítulo Narrado |

Septiembre, 1997. Georgia

Las vacaciones estaban a una semana de acabar, sin que nadie supiera, el tiempo estaba en contra de todos. Las manecillas del reloj cada vez se acercaban a una batalla que era imparable, inexorablemente, no habría vuelta atrás. Más en ese momento nadie pensaba en las consecuencias que eso traería. Nadie sabía lo que la guerra significaría para ninguno.

— ¿Estás seguro de que volverás a Hogwarts, Neville?

— Sí, si tengo que pelear, pelearé.

— ¿No puedo hacer nada para que cambies de opinión?

— No Marlie, yo pelearé, si hay que luchar contra «quién tu sabes» lo haré.

Nadie mencionaba al señor tenebroso, decir su nombre se había convertido en tabú. Si decías su nombre, los mortífagos se dejaban caer y tomaban prisionero a quien fuera, sin excepciones. Muchos magos habían sido capturados de esa forma, siendo llevados al ministerio de magia para hacerles juicio injustamente.

— Hogwarts al mando de un asesino no será seguro. — le comentó Marla, intentando hacer razonar a su amigo.

— Pues ahora sé defenderme, ya no soy el debilucho blandengue que conociste en primer año. — respondió Neville de manera divertida. — No temas por mí, estaré bien.

— Me dejas preocupada, pero bueno. Eres un Gryffindor, no puedo decir nada más.

Ambos chicos rieron mientras se abrazaron. Neville volvería a Londres ese día para dentro de una semana volver a la escuela. Marla también tenía que retomar sus clases dentro de poco. Ya era su último año, el último año de ambos.

— Pronto te haré saber la contraseña de Pottervigilancia. — comentó Neville. — Es importante que oigas más que sea lo que pasa.

— Lo haré.

— Prometeme algo Marlie.

— ¿Qué sucede Nev? — la chica pensó que por una u otra razón su amigo le había descubierto. Que sabía que Draco había vuelto a enviarle cartas.

— Promete que suceda lo que suceda, no pondrás un pie en Inglaterra. — determinó. — Tu padre no se equivocó en traerte aquí, acá estas segura, en Ilvermorny estás a salvo. Por favor promételo.

Ella barajó las opciones de cumplir la promesa, además las que habían de romperla.

— Dudo que papá me permita hacerlo, está con los ojos puestos en mí, lo sé.

— ¿Cree que huíras? — le cuestionó Neville.

— Eso parece, siempre saca el tema de Londres, no sé porqué.

— Solamente debe de estar preocupado por tí, él no quiere que te pase nada malo.

— Puede que tengas razón.

—Bueno, pues no me haz prometido lo que te pedí.

Ella le observó interrogante.

— No irás a Londres Marla, no debes ir por ningún momento. Los americanos no tienen conflictos, esta no es la guerra para ustedes.

— No iré a Londres, pero si quién tu sabes gana, no habrá lugar seguro. Ni aquí y mucho menos allá. — dijo Marla en tono sombrío. — Si eso fuera así, yo volvería y pelearía con el Ejército de Dumbledore, de hecho ya me siento una cobarde por haber huído, jamás debería de haber venido aquí, yo soy inglesa, tengo motivos por los cuales querer luchar.

Querida Traidora [Draco Malfoy] Where stories live. Discover now