67.

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|Capítulo Narrado |

El puerto de Savannah, en Georgia, no estaba tan repleto de personas. Marla se hallaba sentada a unos cuantos metros del muelle principal. Tenía la vista fija en el mar, que solía tranquilizarla al mirarlo de manera atenta. Ella no estaba en calma últimamente, todos los acontecimientos que habían ocurrido habían provocado que se encontrara en un estado de sopor e incertidumbre. Al menos durante las vacaciones estaría cerca de una de las personas más valiosas para ella.

A lo lejos divisó una silueta alta, delgada y de cabello negro. No tuvo que verlo acercarse mucho para poder reconocer al joven que había descendido de un barco que acababa de arribar en el muelle. Llevaba puestas sus prendas favoritas, el chaleco de colores de su padre y unos jeans.

En cuanto la vió le sonrió, Neville había tomado un barco para poder ir a ver a su amiga a América.

Marla le observó, solamente tenía una mochila. No pudo evitarlo, cuando vió que el chico venía hacia ella, fue imposible contener sus lágrimas. Al llegar con ella, los brazos de su amigo le envolvieron.

— Estoy aquí Marlie, puedes dejarlo salir. — le susurró en el oído. — Tranquila, todo estará bien, te lo prometo.

— Neville, mi adorado Neville. — hipó la joven tratando de ocultar su rostro en el pecho de su amigo. — Lo he perdido, lo he perdido para siempre.

— Tshhh, tranquila, ya tendremos tiempo para hablar, no te agobies, no quiero que te sientas triste. He venido para acompañarte. — dijo observándola y limpiando su rostro de las lágrimas. — Mira qué guapa estás.

El chico consiguió que su amiga sonriera y eso le hizo feliz.

— ¿Cómo estuvo tu viaje? ¿Cómo está tu abuela? ¡Aún no puedo creer que estés aquí! — murmuró la joven realmente feliz. — Cuando me escribiste diciendo que vendrías a pasar un tiempo aquí, realmente me puso muy contenta.

— Mi viaje estuvo bien, controlando las ganas de vomitar todo el camino, fue un viaje largo. — contestó el chico. — Mi abuela al parecer asume que aquí estoy mejor y más a salvo que en Londres, pero créeme que pronto enviará un vociferador para saber si realmente llegué.

Ambos rieron.

— ¿Y qué? ¿Me tendrás en el muelle todo el día? — bromeó Neville.

Ella por primera vez en muchos días, rió con ganas, desde que se enteró de la muerte de Dumbledore, de la unión de Draco al lado tenebroso y que este dejara de contestar a sus cartas su humor había cambiado de manera considerable.

— Dame la mano.

Iban a desaparecer, algo que Neville detestaba.

— Que sea rápido por favor. — se quejó.

Ambos se tomaron de la mano y sintieron el vértigo clásico de la desaparición conjunta. Cuando hubieron llegado, Neville se colocó doblandose un poco, conteniendo su estómago.

— Jamás me gustará desaparecer.— soltó el chico.

Neville observó la casa nueva donde Marla vivía. Tenía una fachada blanca y tenía dos pisos, estaba construída en medio de una parcela que tenía una laguna tras de ella.

— Vives en una casa muy bella. — le comentó.

Marla deshizo los hechizos protectores y en ese momento, Maxwell se asomó por la puerta para salir a su encuentro. El padre de la chica sonrió ya que la visita del muchacho le ayudaría mucho a su hija.

— ¡Muchacho! ¡Tanto tiempo! ¿Cuánto haz crecido? — saludó el mago.

— Señor Maxwell, gracias por recibirme en su casa, es muy amable.

Querida Traidora [Draco Malfoy] Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin