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Abril 24, 1998. Ilvermorny.

Siento no haber contestado antes, las cosas aquí no están bien, para nada. No sabes lo feliz que me sentí por leer tu carta, saber que me quieres tanto como yo a tí ha sido lo único bueno que me ha sucedido, saber que aún sientes algo por mí es lo que me ha dado fuerzas. Potter estuvo en mi casa hace unos meses, él, la comadreja y Granger. Mi tía Bellatrix torturó a Hermione, habían entrado a su bóveda supuestamente a robar la espada de Gryffindor. Más eso no es lo importante, creí que moriría, Potter se escapó de mi casa con un elfo doméstico que antes trabajaba aquí, le dejaron ir, yo no quise entregarle, me torturaron como nunca antes, jamás había experimentado tanto dolor. Pero sentiría más dolor si es que a tí te sucediera algo. No pude contarte en persona, por eso me arriesgo. Si el señor tenebroso gana, todos los países del mundo estarán en peligro. Siento mucho lo que te diré, pero debes dejar América, debes dejarla de inmediato y huír, huyamos juntos Marla, dejemos todo atrás. Si el Señor tenebroso gana irán a por tu padre y por tí, sí, siento decirlo sin ningun tacto pero los mortifagos buscan a tu padre. No es que él se les hubiera unido, pero cometió el error de pedirles dinero, una buena cantidad de galeones, exorbitante si me lo preguntas, si él gana debes huír, ya que no estarás segura, todos comenzaran a buscar a quienes les traicionaron, tendrán el apoyo de los ministerios por el miedo que causarán. Lo siento Marlie, de verdad, pero no podía seguir ocultándolo. Por favor comunicame lo más pronto posible tu decisión, estaré atento, te ruego que estés atenta y seas cuidadosa, esto no es a la ligera.
Te adoro, mantente a salvo.

En el momento en que la chica terminó de leer lo entendió todo, ahora entendía el porqué del cambio repentino de vida que había sufrido. Su padre era el culpable y eso la estaba matando, su padre se había asociado a ellos y había salido huyendo de Londres cuando Lord Voldemort se hizo al poder tiempo atrás.

Sintió como que todo su mundo se hubiera destruído, no podía creer que la persona que más confianza debía de tenerle le había fallado, le había ocultado información todo este tiempo, les había puesto en riesgo al momento de hacer este trato con ellos. Recordó cuando el taller de Maxwell había comenzado a ir en aumento de un momento a otro, cuando compró muchos implementos y le dijo que supuestamente había vendido muchos cuadros. Todo era mentira.

Rápidamente la chica tomó un pequeño bolso, al cual le hizo un hechizo indetectable de extensión, echó ahí su ropa, sus libros y sus objetos preciados. Iba a dejar Ilvermorny, iba a hacer una desaparición, no estaba interesada en que la expulsaran, no pensaba volver a la escuela, jamás se había sentido parte de aquel lugar, por lo que no se molestaría en despedirse de nadie. A diferencia de Hogwarts, este lugar no tenía tanta seguridad en el tema de apariciones, por lo que saldría a una azotea y lo haría.

Tenía que enfrentar a su padre, lo tenía que hacer ahora. No podía dejar el tema así. Antes de irse fue por Mila a la lechucería, sacó un pergamino y escribió algo rápido, se la amarró en la pata y la dejó volar. Subió unas escaleras por una torre que conducía a una azotea algo baja, cerró los ojos concentrándose en el lugar donde quería ir y poco a poco sintió las náuseas de la aparición.

Volvería a casa, tenía un tema pendiente demasiado importante. Jamás se sentó o paró a pensar en que si eso era verdad o mentira, el comportamiento de su padre y los últimos hechos le daban la razón a Draco. Cuando sus pies hicieron contacto con el césped, un impulso de rabia hizo presa de ella. No hubo tiempo para razonar nada, se dirigió al estudio de su padre, donde solía pintar y pasar la mayor parte del tiempo.

Entró sin tocar y llena de prisa, su padre se hallaba allí con un pincel en la mano ante un cuadro que estaba preparando. Cuando sintió el estruendo de su entrada, le observó con asombro y preocupación, Marla no tenía porqué estar allí. Después su cara se tornó de exaltación.

¿Qué sucedería si ella no era su hija? ¿Si alguien estana tomando la poción multijugos para hacerse pasar por ella?

— ¿Cariño qué estás haciendo aquí? — preguntó con exaltación. — ¡Deberías estar en la escuela!

— Tú me mentiste. — le echó en cara de inmediato. — Me has mentido todo este tiempo.

— ¿Hija? ¿Estás bien? ¿Qué pasa contigo? ¡Deberías estar en la escuela!

— ¡Deja de mencionar esa tontería! ¡Me importa una mierda la escuela!

— ¡Qué significa esto! ¿Qué son estas palabras? ¡No seas irrespetuosa!

— ¡Eso es lo que te preocupa! ¡Mis palabras! ¡Debería preocuparte el trato que hiciste con los mortifagos! — la cara del hombre se desfiguró, haciendo aún más evidente que ella tenía razón y que no era una mentira. — Osea es verdad ¿Tanto te sorprende que lo sepa? ¿No pensaste nunca que lo descubriría?

— ¿Quién te ha dicho eso? — preguntó el hombre incorporándose mientras todo su cuerpo se tensaba.

— No importa quien lo haya hecho ¡Tú te mezclaste con ellos! ¡Les pediste dinero! ¡Nos has entregado a ellos!

— No es así hija.

— ¡Por eso te urgía venir tanto a América! ¡Para huír de ellos! ¡Me arrebataste mi vida con tal de salvar tu pellejo! ¡Eres de lo peor!

— ¡Tú y yo no somos tan diferentes! ¡Crees que no sé que te sigues escribiendo con el hijo de los Malfoy! ¡Crees que no sé que estás involucrada con él! Vinimos aquí para alejarnos de ellos.

— ¡Tú me obligaste a venir! ¿Ahora me culpas? — chilló Marla. — Estoy avergonzada de ser tu hija ¡Mamá sentiría vergüenza de tí!

Dicho esto corrió escaleras arriba, entró en su habitación y guardó dentro del bolso todo lo necesario para irse. Ya había hablado con Draco antes de fugarse de la escuela. Iba a huír con él. Ya no le interesaba seguir aquí.

— ¡Marla, Marla! — golpeó su padre.

— ¡Protego! — conjuró la chica, para evitar que su padre entrara dentro de la habitación y tratara de persuadirla.

— ¡Abre la puerta! — golpeó el hombre otra vez con fuerza.

Marla tomó sus cosas, pensó en el lugar al cual se dirigiría y desapareció. El ruido del hechizo le dejó claro al hombre que su hija se había ido. Mientras Marla apareció en el puerto, en el cual días atrás había ido a despedir a Neville. Caminó entre las personas que circulaban por el lugar a toda prisa. Fue de inmediato a la boletería por un ticket de abordar.

— Quiero un pasaje para Londres, el más próximo que tenga. — pidió.

En el barco le escribiría una carta a Neville para avisarle de todo, para contarle todo lo que no había tenido oportunidad de contar. Todos los acontecimientos que habían pasado de improviso y que habían dado un giro a su vida en ese día.

Recibió el pasaje y guardó el dinero dentro del bolso, rápidamente fue hacia el lugar de abordar.

Esa sería la última vez que pisaría América.

Querida Traidora [Draco Malfoy] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora