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Apenas vio las rosas blancas sobre la mesa salió de casa lo más rápido que pudo para escapar de los tristes recuerdos que lo abrumaron apenas despertó esa mañana, como si aquello cambiase la triste ausencia en su corazón, pedaleó por inercia hasta el instituto pensando en ella, solo en ella y en lo injusta que era la vida.

—¿Un baile bajo las estrellas? —Habló JeongHan emocionado al saber que iba a formar parte del comité para organizar el baile de graduación.

—Eso suena muy romántico —Dijo JiHoon cerrando su casillero, de pronto vio a SeungCheol entrando al instituto y su rostro se iluminó con una sonrisa, levantó una de sus manos para saludarlo pero el pelinegro pasó de largo, ignorándolo.

—¿Qué ocurrió? —Preguntó JeongHan tan confundido como los demás chicos.

—No lo sé —Musitó JiHoon mirando al mayor alejarse de él.

SeungCheol no apareció en la primera clase, tampoco en la segunda y JiHoon comenzó a preocuparse cuando fue al laboratorio de química y no lo encontró, fue a la cafetería, a la biblioteca, a las áreas verdes e incluso a su lugar secreto.

Bajó las escaleras que llevaban al salón de teatro y por los ventanales vio a un chico vestido de negro sentado bajo uno de los árboles mirando una vieja fotografía que sostenía en sus manos.

No necesitaba que se lo dijese para saber lo que sucedía, así que solo se sentó a su lado y apoyó la cabeza en su hombro viendo la fotografía de anuario de una joven mujer de aproximadamente diecisiete años, tenía el cabello largo y negro, ojos grandes y expresivos como los de SeungCheol y una sonrisa tan sincera y dulce como la de su hijo.

—Era muy hermosa —Comentó JiHoon.

—Cuando pequeño creía que era una reina —Habló SeungCheol y JiHoon levantó la cabeza de su hombro para mirarlo.

—¿Eso quiere decir que eres un príncipe?

—No —Respondió elevando ligeramente las comisuras de sus labios pero fue suficiente para hacer sonreír a JiHoon —Claro que no.

—¿Irás a visitarla? —Preguntó el pelirosa, SeungCheol giró el rostro hacia él y asintió —¿Te puedo acompañar?

Luego de clases JiHoon se sentó en la rejilla de atrás en la bicicleta de SeungCheol y lo abrazó por la cintura mientras el mayor pedaleaba en dirección al cementerio.

Cada paso en el césped se sintió pesado para SeungCheol y el nudo en su garganta lo estaba dejando sin respiración hasta que unos delgados dedos se entrelazaron con los suyos tomando su mano y fue todo lo que necesitó para llegar a la lápida donde con siete años lloró hasta quedarse dormido y primera pregunta al despertar fue dónde estaba su mamá.

JiHoon acomodó las flores que habían comprado en lo que SeungCheol quitaba las hojas secas, su corazón se estrujó cuando lo vio acariciando el césped mirando con tristeza el nombre de ella.

—Tu mami debe estar muy orgullosa de ti —Dijo el menor mirando de reojo el perfil de SeungCheol al levantarse —¿Verdad, señora Choi?

La suave brisa movió las campanillas bajo los árboles a lo lejos.

—¿Has oído eso? —Susurró JiHoon obteniendo la atención de SeungCheol —Dijo que sí.

El mayor sonrió y JiHoon tomó su mano.

—¿Perdón, qué ha dicho?

SeungCheol negó con la cabeza y JiHoon levantó sus talones dándole un sonoro y corto beso en la mejilla.

—Ella te envió ese besito.

Un reconfortante abrazo los unió, JiHoon deslizó sus brazos por los hombros de SeungCheol escondiéndose en su cuello y el mayor se encorvó para rodear su diminuta cintura soltando un largo suspiro al sentir que de alguna manera JiHoon lo protegía.

—¿Sabes? —Susurró al abrir los ojos y ver al padre de SeungCheol junto a Ailee, a pocos metros de ellos —A veces pienso que tu mami envió a Ailee para cuidarlos.

SeungCheol deshizo el abrazo ante el repentino comentario y miró hacia atrás, bufó y frunció el ceño, Ailee iba cada año a dejarle flores a su madre, sin embargo, no lo hacía cuando estaba él por temor a su reacción.

—No es justo para ella que la sigas rechazando, que la veas como una intrusa en casa cuando lo único que quiere es cuidarte —Habló JiHoon colocando sus manos en las mejillas de SeungCheol, obligándolo a mirarlo. No quería que se fuera, que continuara huyendo —No olvidarás a tu mami, nunca lo harás pero deberías darle una oportunidad a Ailee, ¿No crees?

JiHoon los esperó y tomó la mano de SeungCheol, los adultos los saludaron y el señor Choi acomodó cuidadosamente el ramo de rosas blancas.

—Se ve muy lindo —Dijo JiHoon refiriéndose a los arreglos florales.

—Sí —Sonrió el señor Choi viendo el nombre de su difunta esposa.

SeungCheol levantó la mirada y vio las flores que Ailee escondía detrás de ella —Creo que se vería más lindo si hubiesen margaritas —Murmuró.

Ailee no pudo ocultar su sonrisa, miró al padre de SeungCheol y a JiHoon preguntándose si acaso estaba soñando, se agachó y dejó el ramo de margaritas junto a las flores rosas.

—Tenías razón —Sin soltar su mano JiHoon apoyó el mentón en el hombro de SeungCheol mirándolo a los ojos —Se ve más lindo.

JiCheol ♡ Pink boy.Where stories live. Discover now