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JiHoon dio un giro sobre uno de sus pies, sonriendo ampliamente al mirar su reflejo en el espejo, llevaba un suéter de color celeste que le quedaba enorme dejando a la vista sus pálidas clavículas, jeans de un tono claro y tenis blancos, con delicados movimientos ordenó su cabello rosa y tomó su mochila antes de salir de la habitación.

—Buenos días cariño —Saludó su madre desde la cocina, bebiendo de la taza de café.

—Buenos días —JiHoon dejó la mochila en el asiento de un lado y se sentó a desayunar. Sus padres no tardaron en notar su felicidad, JiHoon hacía tiernos sonidos al comer, la pareja se miró con complicidad y el hombre limpió las comisuras de sus labios con la servilleta.

—¿Emocionado? —Preguntó el señor Lee.

JiHoon bebió un sorbo de leche, dejó el vaso sobre la mesa, masticó el trozo de tostada que tenía en la boca y con las mejillas llenas de comida les sonrió tímidamente a la vez que asentía con la cabeza.

Si había algo que caracterizaba a JiHoon era su amor por los colores pasteles, especialmente por el rosa y su bicicleta de tal color no pasó desapercibido para los estudiantes al llegar al nuevo instituto. Las vacaciones habían finalizado y le emocionaba comenzar su último año escolar con nuevos compañeros, hacía dos meses habían llegado a la ciudad debido a un traslado en el trabajo de su padre y aunque le faltaban muchos lugares por conocer hasta el momento le había encantado.

"Verifiquen en la esquina derecha de sus horarios el salón de clases que les corresponde, si tienen alguna duda no duden acercarse a informaciones, estaremos encantados de orientarlos, sin nada más que decir, les damos la bienvenida a un nuevo ciclo escolar."

JiHoon escuchó los parlantes y de la mochila que llevaba colgando en su hombro sacó el horario, revisó el salón de clases y comenzó a buscarlo entre los pasillos, disculpándose al rozar sin querer los hombros de otros estudiantes al ser empujado sin cuidado. Al llegar a la puerta saludó alegremente a dos chicos que estaban saliendo y aunque no recibió respuesta no borró la sonrisa de su rostro.

Había cerca de veinte estudiantes y apenas cruzó el marco de la puerta las desconocidas miradas se posaron en él, sus mejillas se sonrojaron ligeramente y avanzó entre los pupitres, buscando uno vacío para él.

Hasta que algo, o más bien, alguien lo hizo tropezar y cayó al suelo.

—Disculpa —Dijo el chico de cabellos rubios de manera burlesca, acomodó sus piernas hacia adelante e intentó no reír a carcajadas como los demás lo hacían.

—No te preocupes —JiHoon se levantó del suelo y los hoyuelos se marcaron en sus mejillas cuando su mirada se cruzó con la de su compañero haciéndolo fruncir el ceño.

Al dar un paso hacia adelante su pierna derecha dolió haciéndolo cojear y las risas se hicieron más fuertes. 

Pocos minutos después una mujer de aproximadamente cincuenta años entró al salón de clases llevando libros y cuadernos entre sus brazos, los dejó sobre el escritorio y acomodó sus anteojos mirando a cada uno de los estudiantes —Buenos días.

—Buenos días —Saludaron al unísono, unos pocos alumnos entraron corriendo y buscaron su lugar.

JiHoon estaba sentado en la fila del medio, al final, algo aislado. Sacó un cuaderno de su mochila cuando la maestra comenzó a presentarse, de su estuche color blanco con una adorable carita de oso panda sacó un bolígrafo que tenía una brillante estrella en la punta y algunos marcadores, levantó la cabeza al escuchar las risitas de unas chicas que se voltearon rápidamente al darse cuenta que las había oído.

Dejó la mochila colgada en la silla y un suave dolor en su rodilla hizo que la revisara encontrándose con un mancha de sangre en el pantalón, era poca pero sus ojos se llenaron de lágrimas y su sonrisa tembló al bajar la cabeza, lo cual fue peor porque las lágrimas se escaparon sin previo aviso, rápidamente las limpió con las mangas de su suéter y volvió a levantar la cabeza.

—Lee JiHoon —Llamó la profesora al pasar la lista, el mencionado levantó la mano y ella marcó un punto junto a su nombre —Choi SeungCheol.

—Aquí —Un chico alto y de cabello negro entró al salón de clases, la maestra rodó los ojos porque al parecer SeungCheol seguiría llegando tarde sin importar cuantas detenciones le diera y JiHoon, quien escribía la fecha en la parte superior del cuaderno solo escuchó como alguien tiraba la mochila al suelo para sentarse a su lado.

JiCheol ♡ Pink boy.Where stories live. Discover now