You Should Be Here [Minsung]

25

Felix, Jeongin, Minho, Changbin y Jisung están sentados a la mesa mientras los dos más mayores están preparando los bocadillos para la cena.

Jisung ha propuesto aprovechar el tiempo charlando para que Jeongin hablara y se entretuviera. Y parece estar funcionando, porque se está riendo sin parar de lo que dice Felix.

Jisung también se ríe, y mientras tanto, Minho no aparta los ojos de él. Verle reír es la mejor manera de subirle el ánimo a cualquiera, así que Minho no se va a privar de ese pequeño privilegio. Poco a poco, casi como si en realidad no se estuviera moviendo, acerca un pie al del contrario y, en cuanto le roza, Jisung le devuelve la mirada. La sonrisa se ha borrado por la sorpresa, pero los demás están tan centrados en las palabras de Changbin, que no se fijan en lo que sucede entre los otros dos.

Permanecen quietos varios segundos, sosteniéndose la mirada el uno al otro sin aparentemente inmutarse, pero ambos corazones han empezado a latir muy deprisa. Uno de ellos está asustado por no recibir reacción o por ser rechazado; el otro, demasiado nervioso para ser capaz de hacer algo. Finalmente Jisung mueve el pie, devolviéndole el roce, y Minho suelta el aire que estaba conteniendo.

El mayor saca el teléfono y le presta toda su atención a la pantalla. Momentos después, el teléfono de Jisung vibra.

Minho hyung~

«¿Te estoy molestando?».

Hannie~

«¿Con qué?».

El mayor mueve el pie sobre el de Jisung, que está mirando el teléfono para no parecer nervioso.

Hannie~

«Ah...

No.

¿Te está molestando a ti?».

Minho se ríe, haciendo que Jeongin le lance una mirada extrañada, pues la conversación sobre su tortuga no es demasiado cómica. Sin embargo, le ignora en cuanto Felix le pregunta el nombre.

Minho hyung~

«Claro que no.

Sube a mi cuarto y espérame allí».

Jisung frunce el ceño y teclea con prisa.

Hannie~

«¿Para qué?».

Minho hyung~

«Tú solo hazlo».

El menor levanta la cabeza y se encuentra con los ojos de Minho observándole con impaciencia. Al principio se niega, pero el pie del mayor vuelve a rozar el suyo, insistiendo, así que termina por levantarse, excusarse para ir al baño, y marcharse.

Entra en la habitación de Minho y se queda mirando hacia la puerta. No entiende demasiado bien qué es lo que quiere que haga allí o lo que va a pasar, por lo que lo único que hace es esperar durante un par de minutos, pensando en volver a bajar junto al resto, hasta que Minho aparece y cierra la puerta con pestillo a sus espaldas.

—¿Qué quieres? —pregunta.

—Que te tumbes en mi cama.

—¿Qué?

—Ya me has oído.

—Hyung...

—Túmbate en la cama. Ahora —ordena.